Cómo la fabricación digital y la internet de las cosas pueden cambiar la forma en que comerciamos y nos integramos.


 

Autos que se estacionan solos, sistemas de calefacción encendidos remotamente antes de llegar a casa, heladeras que avisan la fecha de vencimiento de los alimentos que contienen, zapatillas con GPS, son solo algunos ejemplos de lo que se conoce como el “Internet de las Cosas”. Pero, ¿qué es exactamente?

El “Internet de las Cosas” (o IoT, “Internet of Things”, por su sigla en inglés) es un concepto nacido en el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), que plantea una revolución en las relaciones entre los objetos y las personas, e incluso en las propias relaciones entre objetos, los que se conectaran entre sí y con la red aportando y compartiendo datos en tiempo real. Este proceso lleva a la digitalización del mundo físico.

Con el objetivo de discutir sobre este tema tan atrapante como relevante y de gran impacto en la integración y el comercio regional, el Instituto para la Integración de América Latina y el Caribe (INTAL), del Departamento de Integración y Comercio (INT) del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), organizó una conferencia que tuvo lugar el 8 de septiembre en el INTAL-LAB, en la que Andrei Vazhnov, Director Académico del Instituto Baikal, presentó su libro “La Red de todo: Internet de las Cosas y el Futuro de la Economía Conectada”.

Para Vazhnov es mejor pensar en IoT como una metáfora en la que los objetos se vuelven inteligentes, aprenden a sentir el mundo alrededor de ellos y adquieren la capacidad de comunicarse entre sí. Productos conectados e inteligentes cambian la naturaleza de las cosas, al tiempo que las habilidades de los objetos y los datos que ellos generan constituyen los factores principales de esta nueva era.

El origen de esta corriente de cambios disruptivos se encuentra en la caída de los precios de los componentes electrónicos, la que ha permitido incorporar comportamientos inteligentes y conexión inalámbrica a internet a todas las cosas que nos rodean: autos, teléfonos, relojes, drones, etc. De esta forma, cuando se agregan sensores, una computadora y una conexión inalámbrica a un nuevo objeto, éste ya no es simplemente un producto sino que se convierte en un nuevo punto de conexión entre el mundo físico y el mundo digital.

Es así como, la convergencia entre el mundo físico y el mundo digital, en el que cada máquina, cada auto, cada reloj y cada electrodoméstico puede beneficiarse de las habilidades inteligentes, brinda productos más conectados, máquinas más confiables y una manera mucho más eficiente de usar los recursos del planeta. A medida que en los próximos años sectores como la logística, el transporte, la agricultura y las manufacturas comiencen a transformar su base industrial, agregando comportamientos inteligentes y conectados a todos sus sistemas y procesos productivos, se abrirá un abanico de desafíos y oportunidades para los empresarios y emprendedores.

No obstante, IoT vinculado a la actividad industrial no solo cambiará la forma en que se crean, mantienen y se venden productos sino también la naturaleza de las industrias, dado que la necesidad de agregar comportamiento inteligente y conectado a todas las máquinas y procesos productivos va a generar nuevas dinámicas competitivas y va a exigir que las empresas industriales desarrollen nuevo conocimiento en ámbitos como el software y big data.

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¿De qué hablamos exactamente cuándo nos referimos a dispositivos inteligentes?

La referencia a dispositivos inteligentes implica la capacidad de éstos de ejecutar programas que puedan analizar los datos que brindan los sensores y realizar acciones en función de ellos según ciertas reglas establecidas por programadores. En efecto, de acuerdo con un principio clave de diseño de la tecnología inteligente, las computadoras no deben preguntar al humano algo que puedan averiguar por sí mismas.

Según Vazhnov, la “inteligencia” de cada dispositivo inteligente se refiere a tres aspectos: sensores, procesamiento y conexión. Asimismo, igual de importante es la “nube” asociada con el producto, ya que mientras algunas aplicaciones funcionan directamente en el dispositivo, otras funcionan a través de un almacenamiento remoto. La función más importante de la nube es la de habilitar nuevas funcionalidades que existen fuera de un aparato físico, de esa forma, con los dispositivos conectados, cualquier tipo de interacción potencialmente beneficiosa puede estar coordinada automáticamente.

Mantenimiento anticipativo

Otro aspecto central que resalta Vazhnov con relación al IoT industrial es que nos encontramos en los comienzos de un proceso de transformación del mantenimiento de las infraestructuras que sostienen nuestras vidas desde la modalidad retrospectiva a la modalidad anticipativa. ¿A qué se refiere este cambio de modalidad? En este nuevo contexto, una máquina podría llamar automáticamente a su fabricante para pedir un repuesto, el sistema de monitoreo avisaría a un técnico adecuado para que realice el arreglo y el técnico se presentaría en la fábrica o empresa con el repuesto necesario. Como resultado, la evolución tecnológica permitiría que los repuestos se instalen antes de que se rompan y que los técnicos sepan exactamente qué hacer antes de llegar, evitando así la inactividad causada por fallas técnicas.

Medicina interconectada: del tratamiento a la prevención

Vazhnov destacó también que así como el modelo de negocios de la industria se está transformando hacia el mantenimiento anticipativo, el sistema de salud transita desde un enfoque basado en el tratamiento hacia otro con foco en la prevención.

El uso de dispositivos electrónicos que monitorean los signos vitales, el contenido de azúcar en la sangre y muchos otros aspectos relacionados con la salud de las personas, permite diagnosticar y predecir enfermedades, disminuir el estrés, mejorar la calidad del sueño y aumentar el rendimiento deportivo, entre otros aspectos.

El mayor impacto de estas tecnologías se observaría en la gestión de enfermedades crónicas, sin embargo, Vazhnov resaltó que se plantea un desafío regulatorio por el manejo de información sensible en términos de seguridad y privacidad.

Asimismo, la aplicación de IoT al sistema de salud permitiría expandir el acceso a la medicina de calidad, lo que representa uno de los mayores desafíos, fundamentalmente, para los países en desarrollo. Vazhnov sostuvo que si podemos detectar casi todos los problemas apenas comiencen, o incluso antes, y si los pacientes pueden contactarse directamente con un médico adecuado en cualquier lugar del mundo de una manera tan fácil como buscar una página en Google, los incentivos y estrategias de los grandes actores del ámbito médico van a empezar a cambiar.

En la actualidad, cada vez más clínicas y hospitales alrededor del mundo confían en sistemas que les permiten al personal de salud monitorear activamente a los pacientes de manera ambulatoria y no invasiva.

La Economía Conectada

Con este concepto, Vazhnov resalta la liquidez de los productos digitales, es decir, que si un producto digital está disponible en algún lugar del mundo, se lo puede encontrar, comprar y empezar a usar con tan solo unos clics. Entonces, la oferta encuentra la demanda no en una tienda física, sino a través de un algoritmo.

En esa línea, citó los ejemplos de Uber y Airbnb. Sostuvo que la razón por la que esas aplicaciones resultaron tan disruptivas es que están empezando a traer esa misma liquidez a un activo físico, e incluso al mundo del trabajo, cambiando una industria por completo. En cierto sentido, lo que estas plataformas hacen es eliminar los límites de espacio y tiempo entre oferta y demanda.

Asimismo, destacó que, en general, muchas de las máquinas, herramientas y recursos en la economía tienen el porcentaje de tiempo ocioso muy alto, simplemente porque antes de IoT no había una manera eficiente de conectar la búsqueda de ciertos recursos con su disponibilidad. Por eso, con IoT se puede dar un mayor y mejor uso a lo que ya tenemos y, al mismo tiempo, crear valor en el proceso.

Descarga de un auto nuevo

Estamos acostumbrados a que debemos cambiar el auto para adquirir una nueva prestación, sin embargo, a partir de la irrupción de TESLA en la industria automotriz, el auto físico ya dejó de ser un producto entero para ser un hardware conectado y cada vez con más partes convertidas en software. En consecuencia, las nuevas funciones de un auto se vuelven similares a las aplicaciones que se descargan de tiendas como iTunes o Android. De esta forma, TESLA puede enviar una actualización con la nueva versión del auto autónomo directamente a través de internet.

Por otra parte, si alguno de los autos TESLA tuviera un problema, los sensores del auto informan de la falla para que sea analizada y, una vez que se haya reparado, se envía automáticamente la actualización que la corrige a todos los autos. Por el contrario, en un auto tradicional, la solución de cualquier desperfecto debe realizarse en cada auto en forma individual.

Vazhnov destaca que a raíz de la digitalización de grandes partes del auto, no solo el ciclo de desarrollo de TESLA es mucho más rápido, sino que los usuarios tienen un vehículo mucho más seguro y que continuamente “aprende” de las experiencias colectivas de todos los demás autos TESLA en las calles.

Se estima que, a largo plazo, los vehículos inteligentes y conectados que automáticamente cooperan entre sí, con los semáforos y otros aspectos de la infraestructura vial, podrán prevenir accidentes de tráfico, lo cual salvará cientos de miles de vidas y evitará las lesiones causadas por los accidentes.

Medio Ambiente

El uso de IoT en la lucha contra la contaminación tiene un triple impacto: mejorar la salud y calidad de vida, preservar uno de los recursos más escasos y difíciles de renovar (el medio ambiente limpio) y, a la vez, dar incentivo a las empresas para crear procesos industriales con cero o mínimos residuos, lo cual alienta el uso eficiente de las materias primas y genera crecimiento económico a través de la creación de nuevas tecnologías.

Procesos Inteligentes

El IoT ayudará a mejorar múltiples servicios públicos gracias al incremento de información que generará. Como principio general de la revolución de eficiencia, podemos decir que los productos basados en IoT habilitan el flujo de información libre que nos permite coordinar de mejor manera cualquier tipo de proceso en todas las áreas de la vida.

Vazhnov brindó un ejemplo aplicado al transporte. Sostuvo que se estima que, en promedio, un ciudadano pasa más de 50% de su tiempo total de desplazamientos en transporte público esperando en las paradas, ya que, dada la incertidumbre de la llegada del transporte y la variabilidad en el tiempo de viaje, hay que estar en la parada con mucha antelación para asegurarse de que no se va a llegar tarde al trabajo u otro destino. Por otro lado, los transportes públicos a veces llevan pocas personas y otras van tan sobrecargados que es imposible subir. ¿Por qué pasa esto? Una gran parte de la respuesta es la falta de información. Si el ciudadano pudiera saber desde su teléfono móvil el horario exacto de llegada del transporte y la estimación correcta del tiempo de viaje dadas las condiciones en la ciudad en ese momento, podría recuperar mucho tiempo de la vida que se pasa esperando. Por su parte, si las empresas tuvieran la información actualizada al minuto de cuántos pasajeros están esperando en cada parada y cuántos viajan en cada medio, podrían gestionar el suministro de los mismos, las rutas y los horarios de los conductores de forma dinámica y adecuada a cada momento del día. Esto no solo ofrecería un mejor servicio a la población, sino que también ahorraría dinero a las empresas, generando la utilización óptima de sus activos.

Podemos encontrar esta lógica en todos los procesos que nos rodean. El camión de la basura no tendría que quemar combustible recorriendo todas las calles una por una si cada contenedor de basura pudiera informar si ya está lleno o no. En función de esta información, el conductor seguiría una ruta optimizada para cada ciclo.

Desafíos

El IoT es una de las tecnologías disruptivas con mayor potencial para crear riqueza. Que las cosas adquieran inteligencia y se comuniquen entre ellas debe ser aprovechado en beneficio de mejorar la calidad de vida de las personas. No obstante, deben conocerse los riesgos que representa para que se pueda medir el impacto eventual que podrían generar. Algunos de ellos son la autonomía que se le quiera conceder a las cosas conectadas entre sí y la inseguridad informática. Estos son temáticas en que una discusión de política pública debería permitir tomar decisiones en beneficio de toda la sociedad.