La recuperación de las compras externas sumado a la caída más suave de las exportaciones coloca a una de las economías más grande del mundo en una posición más equilibrada.

Las importaciones chinas subieron un 1,5% respecto al mismo lapso del 2015, lo que pone fin a un período de 21 meses de declives y sugiere que la demanda interna está aumentando junto con unos precios más firmes de las materias primas.

Por otra parte, las exportaciones bajaron un 2,8% en agosto respecto al mismo mes del año anterior, según anunció la Administración General de Aduanas.

Después de una expansión extraordinaria, la economía china crecía a la menor tasa de los últimos 30 años, afectando con el freno a los mercados globales. La participación de China en las importaciones totales declinó por primera vez desde su espectacular inserción en el mercado global. Las modificaciones progresivas en su perfil de inserción internacional estaban  impactando negativamente en la potencia de su demanda externa. Este fenómeno se centró en el comercio de manufacturas y podría ser parte de la explicación del régimen de menor crecimiento que exhibe ahora el comercio mundial, tal como se analizó en la pasada edición de Conexión INTAL 239.

Si la recuperación del comercio resulta sostenible, ayudaría a aliviar los temores de que la economía china sufra un desequilibrio cada vez mayor, y brindaría al crecimiento global un impulso.