El 13 de diciembre pasado se llevó a cabo en Montevideo el VI Foro de Comercio Exterior de SURA, “Uruguay de cara al Pacífico”. La actividad reunió a representantes del sector privado, la academia y autoridades gubernamentales, así como expertos en procesos de negociación comercial con China.

Durante el evento se discutieron las tendencias actuales en materia de negociación comercial, a la vez que se presentaron las experiencias de Chile y Costa Rica en materia de tratados con China. Representantes del sector privado uruguayo plantearon distintas cuestiones concernientes al acceso de ese país al mercado chino y las posibilidades de optimizar una relación que se juzgó de gran importancia para el sector externo.

Como parte de la actividad, Alejandro Ramos, especialista del BID-INTAL presentó algunos indicadores de diversificación exportadora en el caso de dos países latinoamericanos que firmaron acuerdos comerciales con China: Chile y Perú. Los indicadores fueron construidos con información de la base de datos INTrade, profundizando temáticas abordas en publicaciones de ese sistema, en particular del Monitor de Comercio e Integración en sus ediciones de 2015 y 2016.

El especialista señaló, en primer lugar, que el vínculo con China tiene distintos grados de profundidad en función de los intereses defensivos de China. Estos son muy bajos o nulos en componentes de la canasta exportadora vinculados con ciertas materias primas, especialmente mineras y energéticas, pero no así las agroindustriales. Desde el punto de vista de los países de la región, un objetivo de diversificación requiere, por tanto, negociaciones de acceso al mercado chino en sectores donde sus intereses defensivos son mayores o la complejidad de esos mercados es superior. Si bien, para los bienes energéticos y minerales se conforma un “piso de exportación” al que se llega con relativa facilidad (como es el caso de Chile y Perú), es la negociación de acceso al mercado la que permitiría, potencialmente, un incremento de los tipos de productos enviados a ese mercado.

Los indicadores presentados, correspondientes a las exportaciones chilenas y peruanas a China y al mundo, cubren el periodo 1995-2015 y dividen la canasta exportadora de esos países, en un “núcleo concentrado”, integrado por 2 o 3 productos que representan una proporción muy alta de las exportaciones a China.[1] [2] A su vez, el periodo de las dos décadas se dividió en dos sub-periodos marcados por la firma de sus respectivos acuerdos comerciales, 2006 y 2010, para Chile y Perú, respectivamente. Los indicadores estimados muestran comportamientos distintos entre ambos países, relacionados con algunos factores que se mencionarán.

Gráfico 1: Chile – Dinámica del valor exportado por fracciones de la canasta pre- y post-acuerdo con China, 1995-2015 (tasas anuales promedio de variación)

Fuente: INTrade-DataINTAL y WITS.

Fuente: INTrade-DataINTAL y WITS.

Para Chile, la fase naciente y explosiva de las exportaciones a China se dio con precedencia a la firma del acuerdo comercial e involucró tanto las exportaciones de cobre (la parte concentrada de la canasta) como el resto de las exportaciones (Gráfico 1). En ambos casos, el crecimiento de las ventas a China excede las del promedio mundial. Con posterioridad a la firma del acuerdo, se observan algunos hechos interesantes. En primer, lugar, el mercado chino siguió creciendo a tasas superiores a las del promedio mundial tanto para el segmento concentrado como para el resto de las exportaciones, afianzándose el peso de China como socio de Chile. En segundo lugar, la expansión del segmento diversificado de exportaciones a China fue superior (15% anual) al de la fracción concentrada destinada a ese mismo mercado (12%). En tercer lugar, después del tratado, la diferencia positiva entre el crecimiento del segmento diversificado destinado a China y el del promedio mundial para ese mismo grupo de productos es muy apreciable (11 puntos porcentuales); esa diferencia es semejante a la verificada en la fase inicial de exportación acelerada hacia China, antes de la firma del acuerdo.

Esto sugiere un cierto impacto del acuerdo comercial de Chile con China en términos de que creo posibilidades de acceso a ese mercado para un grupo de productos, diferentes a los que integran al núcleo concentrado. Otro aspecto de este fenómeno se observa si se mide el peso que va adquiriendo el mercado chino en el total correspondiente a los dos segmentos exportados (Grafico 2).

Gráfico 2: Chile – Participación del mercado de China en las fracciones de la canasta exportadora, 1995-2015 (porcentajes)

Fuente: INTrade-DataINTAL y WITS.

Fuente: INTrade-DataINTAL y WITS.

Es claro que, el peso de China como mercado para el segmento concentrado de las exportaciones chilenas ha venido creciendo con un patrón que se ajusta, dentro de un rango de fluctuación, a una trayectoria lineal. En cambio, para la canasta diversificada se observa un quiebre en la trayectoria de esa proporción a partir de la entrada en vigencia del acuerdo comercial en 2006. Para ese grupo de productos, el peso relativo del mercado chino se modificó sustancialmente, pasando de 2%-4% en años previos a la vigencia del tratado, a cerca de un 14% del total exportado en ese segmento en 2015; de hecho, esta participación experimentó un salto abrupto con posterioridad a 2006.

Un indicador adicional se obtiene al identificar dentro de la canasta diversificada aquellos productos “más dinámicos”, definidos como aquellos cuyas exportaciones a China crecieron más que el promedio en el periodo post-acuerdo 2006-2015, es decir 15% anual. Ese grupo de crecimiento rápido constituye un cuadro a nivel sectorial de los vectores sectoriales de la diversificación verificada (Cuadro 1).

Cuadro 1: Chile: Sectores de los principales productos de la “canasta dinámica” exportada a China, promedio anual de 2006-2015 (en millones de US$ y porcentajes)

Nota: La “canasta dinámica” está formada por los productos exportados a China que crecieron más de 15% durante el periodo indicado; se los agrupó a su vez en sectores genéricos. Fuente: INTrade-DataINTAL y WITS.

Nota: La “canasta dinámica” está formada por los productos exportados a China que crecieron más de 15% durante el periodo indicado; se los agrupó a su vez en sectores genéricos.
Fuente: INTrade-DataINTAL y WITS.

 

En esta “canasta dinámica” aparece un conjunto de exportaciones mineras (cerca de dos tercios), distintas de los dos productos de cobre incluidos en la canasta concentrada. Se trata de minerales tales como hierro, yodo, zinc y litio. Un segundo grupo está formado por el complejo de la madera y la celulosa, seguido por el de frutas, donde destacan las uvas, cerezas, manzanas y ciruelas, y el de los vinos. Son mercancías que, así definidas genéricamente, hacían parte de la oferta exportadora de Chile con precedencia al acuerdo, y cuya firma puede haber facilitado su introducción en el mercado chino.

Como se mencionó, estos mismos indicadores para el caso de Perú muestran diferencias de comportamiento respecto a Chile.

Gráfico 3: Perú – Dinámica del valor exportado por fracciones de la canasta pre- y post-acuerdo con China, 1995-2015 (tasas anuales promedio de variación)

Fuente: INTrade-DataINTAL y WITS.

Fuente: INTrade-DataINTAL y WITS.

Como en Chile, en el caso de Perú la tanto la canasta concentrada como la diversificada crecieron a ritmos muy superiores que el promedio mundial antes del acuerdo comercial, mostrando la profundización de la relación comercial (Grafico 3). Más aún, la canasta diversificada creció más intensamente que la canasta concentrada antes de la firma del acuerdo, un fenómeno que se revierte después del tratado; el escaso incremento del segmento diversificado de las exportaciones hacia China (3% anual) es incluso inferior al del promedio mundial de esa misma canasta (4%). Es decir, después de 2010, el mercado chino no actúa como un atractor importante para los bienes distintos del núcleo concentrado, mientras que si lo hace respecto a esa fracción de la canasta.

El análisis del peso que representa el mercado chino para ambos grupos de productos también contrasta con el caso de Chile (Gráfico 4).

Gráfico 4: Perú – Participación del mercado de China en las fracciones de la canasta exportadora, 1995-2015 (porcentajes)

Fuente: INTrade-DataINTAL y WITS.

Fuente: INTrade-DataINTAL y WITS.

 

En este caso, con posterioridad a la firma del acuerdo, crece la proporción que corresponde al mercado chino de la fracción concentrada de la canasta exportadora de Perú, mientras que disminuye el peso de ese mercado para la fracción diversificada.

El contraste entre los resultados de Chile y Perú en términos de diversificación con posterioridad al acuerdo comercial puede vincularse, en principio, a dos factores. En primer lugar, ambos acuerdos se verifican en fases del ciclo del comercio mundial totalmente distintas. Mientras que el de Chile se alcanza durante el gran auge exportador que termina con la crisis financiera de 2008-2009, el de Perú se firma cuando el comercio mundial entra en una fase de estancamiento.[3] Esto seguramente ha dificultado la colocación de nuevos productos en la medida en que la demanda de China, y la demanda mundial, son ahora menos firmes que en el auge mencionado. En segundo lugar, el periodo de maduración del acuerdo -el tiempo durante el cual Perú va ganando acceso al mercado chino- es, en este caso, menor que el del acuerdo de Chile, un elemento al cual posiblemente debe agregarse que el dispositivo de promoción exportadora de Chile tiene también una trayectoria más prolongada.

Un análisis análogo de la “canasta dinámica” aporta otros elementos. En Perú, el conjunto dinámico del segmento diversificado de las exportaciones está formado por todos aquellos bienes cuyas exportaciones crecieron por encima de la muy modesta cota del 3% anual entre 2010-2015 (Cuadro 2).

 Cuadro 2: Perú – Sectores de los principales productos de la “canasta dinámica” exportada a China, promedio anual de 2010-2015 (en millones de US$ y porcentajes)

Nota: La “canasta dinámica” está formada por los productos exportados a China que crecieron más de 3% durante el periodo indicado; se los agrupó a su vez en sectores genéricos. Fuente: INTrade-DataINTAL y WITS.

Nota: La “canasta dinámica” está formada por los productos exportados a China que crecieron más de 3% durante el periodo indicado; se los agrupó a su vez en sectores genéricos.
Fuente: INTrade-DataINTAL y WITS.

 

Se observa, en primer lugar, que, en Perú, hay una menor cantidad de renglones dentro de la “canasta dinámica”, al mismo tiempo que la proporción que representan los productos mineros es mayor que la de Chile. Esto puede deberse al menos a dos factores que estos indicadores no permiten profundizar: que Perú tenga una oferta exportable con menores componentes que la de Chile, o bien que, durante estos años, Perú aun no cuente con un acceso tan abierto como el de Chile para otros bienes.

En conclusión, en el caso de Chile hay indicios de que la firma del acuerdo comercial con China ha fortalecido relativamente su canasta exportadora, actuando ese país como un mercado para bienes distintos a los del núcleo concentrado de sus exportaciones. Este aprovechamiento estaría vinculado con las oportunidades brindadas por el acuerdo, así como con capacidades de oferta exportable previas al mismo. En Perú, la inmadurez relativa del acuerdo, combinada con una fase desfavorable del comercio mundial, se reflejan en un menor aprovechamiento del acceso al mercado de China con posterioridad a la firma del tratado.

[1] En el caso del Chile, esos productos (definidos a 6 dígitos del Sistema Armonizado) son “cátodos de cobre” (740311) y el “mineral de cobre” (260300) representaron 72% el valor exportado a China entre 1995 y 2015; en Perú, los 3 productos, que integran ese núcleo concentrado son los mismos dos mencionados para Chile más la “harina de pescado” (230120), los cuales representaron 67% de las exportaciones peruanas a ese destino en el mismo periodo.

[2] Cabe notar que la noción de “diversificación” implícita en estos indicadores es de índole muy descriptiva, siendo útiles únicamente para dar una primera visión de estos procesos que requieren más investigación.

[3] Véase el Monitor de Comercio e Integración 2016.