Por: Carlos D’Elía

Un Diálogo de Alto Nivel en INTAL-LAB inicia un proceso de reflexión hacia la XI Conferencia Ministerial de la OMC y la Cumbre del G-20.

¿Qué lecciones y mejores prácticas pueden extraerse de los Acuerdos Regionales de Comercio en las áreas de servicios, comercio digital, cadenas de valor, agricultura, inversión, manufactura y política industrial? ¿Cuáles son las principales cuestiones a mejorar mediante las negociaciones en estas áreas para América Latina? ¿En el nuevo contexto global, qué mecanismos y enfoques se están ensayando en las políticas nacionales y regionales? ¿Cómo podrían estas iniciativas aportar al desarrollo constructivo de los acuerdos regionales a nivel latinoamericano y global?

Estas son algunas de las preguntas abordadas en un Diálogo de Alto Nivel llevado a cabo en INTAL-LAB el pasado 4 de abril. Un destacado grupo de funcionarios gubernamentales, del sector privado y la academia se reunieron como parte del trabajo que viene realizando el Sector de Integración y Comercio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Centro Internacional para el Comercio y el Desarrollo Sustentable (ICTSD) en el marco de RTA Exchange, un proyecto compartido en la Iniciativa E15. Esta plataforma busca ser un espacio para compartir ideas y experiencias, reuniendo las innovaciones que se registran en materia de acuerdos regionales y potenciando lecciones aprendidas con el fin de contribuir a un sistema de comercio global que sea un vector del desarrollo sustentable y socialmente inclusivo.

Fortalecer la red de reflexión sobre los desafíos del regionalismo en el marco del desafiante contexto global actual es una tarea imprescindible a la luz de la próxima Conferencia Ministerial de la OMC en diciembre de este año y de la Cumbre del G20 de 2018, ambas a realizarse en Buenos Aires, Argentina.

La apertura del Diálogo estuvo a cargo de Gustavo Beliz, Director del INTAL, quien ofició de moderador del encuentro. Miguel Braun, Secretario de Comercio de Argentina, acompañado por el Subsecretario de Comercio Exterior, Shunko Rojas, efectuó las primeras reflexiones de la jornada. Destacó la importancia que tienen la próxima Reunión Ministerial de la OMC y la Cumbre del G-20. Se hace necesario en el contexto global articular una agenda positiva y fructífera. Esto ocurre en un momento en el cual Argentina debe acercarse más al mundo, considerando que los países con los que tiene acuerdos comerciales representan apenas 10% del PIB global.

 

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En este sentido, la estrategia de acercamiento que se han propuesto las autoridades comprende una ambiciosa agenda de nuevos acuerdos, donde sobresalen las negociaciones entre el MERCOSUR y la Unión Europea, y la profundización de los vigentes, y dentro de las cuales es necesario implementar distintas medidas para que ganen en eficiencia; por ejemplo, la reciente firma del Acuerdo sobre Inversiones del MERCOSUR. Para Argentina, la estrategia regional no se agota en el MERCOSUR, ya que apoya los esfuerzos de convergencia con la Alianza del Pacífico; en el plano extra-regional se llevan adelante negociaciones con Japón, Corea, Canadá y con países emergentes tanto de Asia como de África.

El Secretario Braun resaltó los avances en materia de facilitación del comercio a partir de la implementación de las Ventanillas Únicas de Comercio Exterior (VUCEs), un proyecto que cuenta con el apoyo del BID, la modificación de la normativa de seguridad eléctrica[1] y el proyecto sobre seguros de caución.

Ricardo Meléndez Ortiz, Director Ejecutivo del ICTSD, se refirió a la iniciativa E-15 que reúne a numerosos expertos mundiales e instituciones dedicadas a analizar y formular recomendaciones para los gobiernos, empresas y la sociedad civil, orientadas a proyectar el sistema de comercio y de inversión en un sendero de sustentabilidad de largo plazo. En colaboración con el Sector de Integración y Comercio del BID, esa iniciativa creó la plataforma RTA Exchange, una base de datos global de Acuerdos regionales comerciales que funciona como espacio para desarrollar diálogos que promuevan un desarrollo sostenible, inclusivo y que responda a los desafíos globales.

 

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Según Meléndez Ortiz, en el ámbito de la OMC, existe consenso sobre la importancia de lo no multilateral como parte de un sistema integrado de comercio e inversión a nivel mundial. Aunque subrayó los problemas de articulación de los acuerdos bilaterales con el sistema multilateral, indicó que en los últimos diez años muchos de estos han ido mucho más allá de lo multilateral, ampliando su cobertura hacia temas tales como inversión, comercio digital, reglas de competencia y otros aspectos de la integración, esenciales en la economía global.

Destacó que la Conferencia Ministerial de la OMC y la Cumbre del G-20, al ser las dos instancias de gobernabilidad sobre comercio e inversiones más importantes a nivel global, ofrecen a Argentina, en particular, y a la región, en general, la posibilidad única de plantear su visión y avanzar en una agenda estratégica hacia adelante.

La incertidumbre respecto a la política comercial por parte de la nueva administración de EE.UU. mantiene perplejos a los observadores; por el momento, esto hace difícil proyectar qué deparará el futuro. Sin embargo, el analista considera plausible que no se estaría ante un reverdecimiento de formas arcaicas de proteccionismo por parte de ese país, sino más bien de una nueva agenda comercial ofensiva cuyo objetivo es abrir mercados a través de caminos no tradicionales. Esto comienza por el uso de acuerdos bilaterales en ciertos mercados y prosigue con un uso al límite de mecanismos de defensa comercial como antidumping y salvaguardias. Todo este movimiento debería ser tomado como una oportunidad.

Con relación al Brexit, resaltó la declaración de la Primera Ministra británica, Teresa May, en enero de 2017, en la Cumbre de Davos. El mensaje sustantivo es que Gran Bretaña profundizará su tradición vinculada al libre comercio y buscará promover una mayor integración.

Entonces, como resultado del Brexit y de la renuncia de EE.UU. a participar en el TTP se observará un escalamiento de las negociaciones bilaterales y plurilaterales. Sin duda, el tiempo de redefinición de los acuerdos comerciales es algo que afectará en cierta forma a América Latina; por ejemplo, en sus negociaciones con Europa. De esta forma, el contexto global obliga a generar nuevas alianzas y otras configuraciones de integración. Se espera, entonces, una mayor actividad negociadora bilateral y regional.

En cuanto al G-20, Meléndez Ortiz sostuvo que, entre 2008 y 2015, esta instancia se ocupó del comercio de una manera reactiva, dado que el foco de atención estaba puesto en la coordinación macroeconómica; el análisis de la cuestión comercial era marginal. Prevalecían el monitoreo y la vigilancia de las medidas proteccionistas adoptadas como reacción a la crisis. Este panorama cambió a partir de 2015, cuando China asume la presidencia del G-20 y se decide vincular y analizar en forma agregada las cuestiones de comercio e inversión, creándose a tal efecto un Grupo de Trabajo sobre esas temáticas; también se formulan los principios de inversión para el desarrollo sostenible.

Un punto remarcado fue el efecto del reciente desacuerdo entre los Ministros de Finanzas del G20 en la reunión de Baden-Baden, en marzo. Esto podría instalar la necesidad de revisar dos cuestiones en los próximos foros internacionales de comercio: ¿Qué es y qué no es proteccionismo? ¿Qué es justo y qué no lo es en las reglas de comercio?

En Nairobi se acordó que no hay consenso sobre la terminación de la última Ronda de Doha. Sin embargo, se trata de un “acuerdo del desacuerdo” que sencillamente pone de manifiesto las dificultades de avanzar para los miembros de la OMC; esto quizás es un estímulo para moverse hacia adelante en negociaciones plurilaterales.

Según el analista, hacia la Conferencia Ministerial de Buenos Aires se deberá buscar dar impulso a algunos temas importantes para el sistema multilateral, como la actualización del paquete de facilitación de comercio, que a su vez requiere de acuerdos en materia de servicios, comercio electrónico, inversiones, contenido de bienes agrícolas, etc. Otros temas en agenda son la actualización de subsidios a la pesca y acordar procedimientos que lancen el trabajo en la OMC sobre economía digital.

Por último, remarcó que comienzan a verse señales de crecimiento en la economía y el comercio global, como ciertos indicadores en EE.UU. y la estabilización de los precios de los productos básicos. En opinión de Meléndez Ortiz, la relación entre el empleo del futuro y el cambio tecnológico es el tema hacia adelante; y esto es aun más cierto en América Latina, con economías de ingreso medio, que pueden verse amenazadas tanto por las estrategias y las economías de bajo costo laboral, como por las que avanzan en el aumento de su productividad a través del cambio tecnológico.

Felix Peña planteó tres preguntas para explorar respuestas que tengan incidencia en la realidad. ¿Qué ideas y propuestas puede aportar América Latina a las dos Cumbres que se desarrollarán en Buenos Aires? ¿Cómo el entorno global puede contribuir a un rediseño inteligente en la región? ¿Qué función pueden cumplir Argentina y la región como puentes para la integración? De ahora en más, América Latina y el Caribe va a necesitar tener una visión compleja de lo global y lo regional, multidimensional, multinivel y, al mismo tiempo, una perspectiva dinámica. La respuesta a estas preguntas puede informar una agenda apropiada para los mencionados eventos.

Víctor do Prado sostuvo que las claves para Argentina y la región de cara a la Conferencia Ministerial de la OMC y la Reunión del G-20 pasan por tener en cuenta la situación que atraviesa el mundo y lo que suceda en el ámbito de la OMC en una coyuntura que se han producido enormes modificaciones respecto de un pasado no tan lejano. Así, para tener una conferencia exitosa, “se debe olvidar lo que la mayoría ya olvidó”. Con esto quiso decir que una mayoría de los miembros del organismo no quiere ya más rondas, ni paquete único (single undertaking); también el “trato especial y diferenciado” es un tema que está casi en el margen.

Hacia adelante se debe procurar desarrollar una Ministerial donde se “planten nuevas semillas”, como lo fue la Ministerial de Singapur, que plantó la semilla de la facilitación del comercio, cosechada recientemente. En este sentido, su opinión es que, en Buenos Aires, debe producirse, en primer lugar, una declaración política que reafirme principios que valen para todo el mundo; en segundo lugar, esa declaración debe ser acompañada por otros temas relevantes en este momento, como comercio electrónico, pesca, facilitación de inversiones y servicios y PyMES; de esta forma lo que se haría es “plantar nuevos mandatos” para el futuro. Adicionalmente, destacó que la región tiene que proyectar dos de sus rasgos fundamentales, que a veces permanecen invisibles en los propios países: es una región caracterizada por el multiculturalismo y es una región donde hay paz.

Do Prado hizo notar que el tratamiento de temas vinculados al comercio digital está retrasado en el ámbito de la OMC; no obstante, indicó que se está trabajando mucho para avanzar al respecto con 11 propuestas que acercaron diferentes miembros. Destacó también como algo novedoso, desde su punto de vista, que en Argentina se hable más de economía digital que en muchos otros países. Adicionalmente, se mostró sorprendido porque, en ámbitos privados, el enfoque acerca de las negociaciones agrícolas parece estar desplazándose desde el punto de vista tradicional, que apunta hacia las subvenciones y el trade off agro-industria, hacia otra visión, donde se enfatiza la sostenibilidad y el impacto ambiental de esta actividad.

Por último, sostuvo que en la OMC se habla del desafío de articular los acuerdos plurilaterales con los bilaterales.

Pedro Less Andrade, Director de Asuntos Gubernamentales y Políticas Públicas de Google para Latinoamérica, sostuvo que se debe regionalizar el comercio electrónico para maximizar los beneficios de los diferentes actores. Una start up exitosa en un país no puede crecer lo suficiente solo en el país donde nace, sino que su naturaleza es exceder sus fronteras de origen y volverse un éxito regional. Manifestó que, desde las políticas públicas, las mayores dificultades que enfrentan las empresas de internet, sobre todo las start ups, tienen que ver con lograr adaptarse a los distintos marcos regulatorios de cada país. Los ejes claves para el sector pasan por la privacidad, el rol de los intermediarios, las plataformas, los medios de pago y los temas fiscales. Por último, recalcó que el comercio electrónico es una oportunidad de generar sinergia entre lo internacional y lo local.

Gonzalo Navarro, Director Ejecutivo de la Asociación Latinoamericana de Internet (ALAI), sostuvo que es necesario entender la naturaleza de internet, cómo funciona y cómo son los modelos de negocios que se prestan a través de esta plataforma; no es lo mismo comerciar electrónicamente que de las formas tradicionales; pueden ser similares en cuanto a sus fines (la entrega de un servicio o un bien), pero no tienen la misma lógica: temas transfronterizos y técnicos están involucrados y es muy importante entenderlos, para poder saber si hay que regular esta materia y dónde hacerlo.

Pablo García, Presidente del Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE) manifestó que las posibilidades de alcanzar resultados positivos en la Conferencia Ministerial dependerán del surgimiento de un fuerte liderazgo político (rule makers) a nivel global y regional, que actualmente está ausente. Asimismo, se mostró escéptico frente a la posibilidad de avances en las negociaciones multilaterales. Por eso, destacó la necesidad de avanzar en forma pragmática hasta la reunión de fin de año a partir de temas concretos como pueden ser el comercio de servicios y la facilitación del comercio, generando flexibilidades que permitan convivir a lo bilateral, con lo regional y lo multilateral.

El Diálogo de Alto Nivel proporcionó un espacio no solo para iniciar un intercambio de ideas estratégicas hacia los mencionados eventos, sino de interacción entre representantes del sector privado, la academia y funcionarios gubernamentales. La presencia de analistas internacionales también contribuyó a centrar los objetivos que deberán presidir esos momentos de negociación.

[1] El 20 de marzo fue publicada la Resolución E 207/2017 mediante la cual la Secretaría de Comercio de Argentina introdujo importantes cambios sobre la reglamentación técnica referida al equipamiento eléctrico de baja tensión que se comercializa en el país y, específicamente, en las pautas para la certificación que acrediten el cumplimiento de los requisitos esenciales de seguridad (http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/verNorma.do?id=272858).