Por: Kathia Michalczewsky

El comercio agropecuario entre México y algunos países sudamericanos es uno de los eslabones faltantes de la integración latinoamericana.

El protagonismo de México en el ámbito de las negociaciones comerciales se ha incrementado en los últimos meses. A la vez que se ha abierto la posibilidad de una renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), México ha avanzado con propuestas negociadoras en Sudamérica, en especial con Argentina y Brasil. El comercio agropecuario resalta como uno de los ámbitos de interés.

México cuenta con veinte acuerdos comerciales vigentes con 52 países, de los cuales trece son bilaterales (Cuadro 1).[1] La mayor economía de América Latina tiene tratados vigentes con casi todos los países de la región; la excepción son los caribeños, incluyendo a Belice, Guyana y Surinam. Acuerdos bilaterales previos con Chile, Colombia y Perú han sido complementados con las disposiciones acordadas dentro de la Alianza del Pacífico; con las economías centroamericanas se reemplazaron tratados preexistentes por un documento único que rige las relaciones comerciales entre México y los países del istmo en conjunto. Con el MERCOSUR, México tiene un acuerdo marco que prevé futuras negociaciones para la creación de un área de libre comercio; hasta tanto eso ocurra, el intercambio se regula a través de acuerdos bilaterales de escaso alcance. Solo Uruguay ha logrado un acceso más amplio a través de un tratado de libre comercio (TLC) con la economía mexicana. Bolivia y Panamá también cuentan con TLC con México; finalmente con Cuba y Ecuador están vigentes acuerdos de alcance parcial.

Por otra parte, el acuerdo más relevante para México se encuentra en el ámbito extra-regional: el histórico Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) con Canadá y Estados Unidos está vigente desde 1994. México también cuenta con TLC con Israel, Japón y casi todos los países europeos. En los casos de Japón y la Unión Europea, los tratados incluyen cuestiones que van más allá del ámbito comercial, y por eso se denominan acuerdos de asociación.

Cuadro 1. Acuerdos comerciales vigentes de México

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Notas: AAP.CE: Acuerdo de Alcance Parcial de Complementación Económica; AAP.R Acuerdo de Alcance Parcial de Renegociación; es usual abreviar estos acuerdos como “ACE”. * Los acuerdos bilaterales entre las partes se mantienen vigentes en lo que no es modificado por el Protocolo de la Alianza del Pacífico. ** Resultado de la convergencia de los tratados bilaterales que México tenía con Costa Rica, Nicaragua y los países del Triángulo Norte.   Fuente: BID INTAL con datos de INTradeBID, SICE-OAS y ALADI.

 

 

A pesar de los numerosos tratados, los flujos comerciales internacionales de México se encuentran fuertemente concentrados: entre 2014 y 2016, 81% de las exportaciones y 48% de las importaciones provinieron de Estados Unidos (Gráfico 1). China es el segundo proveedor más relevante (17% del total), pero es destino de solo 1% de las ventas externas mexicanas. Apenas 3% de las importaciones son originarias de América Latina y el Caribe, mientras que 5% de las exportaciones se destinan a la región.

Gráfico 1. Flujos comerciales de México, según principales socios

En porcentaje del total, promedio 2014-2016

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Fuente: BID-INTAL con datos de DataINTAL.

En este contexto, posibles modificaciones en la estructura del vínculo preferencial entre México y Estados Unidos podrían generar oportunidades para algunos sectores de la región. Los productos agropecuarios se destacan como los de mayor potencial por la competitividad de las exportaciones de varios países latinoamericanos en este sector. Entre 2014 y 2016, 6% de las importaciones de México fueron productos agropecuarios.[2] En ese período, se afianzó como un mercado de aproximadamente US$ 25.000 millones anuales, equivalente a cerca de 15% del total que exporta el sector agropecuario de América Latina y el Caribe (excluyendo a México).

Los cereales, las carnes y las semillas y frutos oleaginosos representan casi la mitad de las compras mexicanas de productos agropecuarios (Cuadro 2). Dentro de los cereales, los más importantes son el maíz, el trigo y el arroz; las importaciones de carnes se encuentran relativamente equilibradas entre aquellas de origen porcino, avícola y bovino; y las compras de semillas y frutos oleaginosos están concentradas, principalmente, en porotos de soja (más de la mitad de este rubro) y, en menor medida, en semillas de nabo y semillas de hortalizas para siembra.

Cuadro 2. Importaciones de productos agropecuarios de México

En porcentajes del total de importaciones agropecuarias, promedio 2014-2016

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Nota: Clasificados por capítulos del Sistema Armonizado (SA); las denominaciones están abreviadas. Fuente: BID-INTAL con datos de DataINTAL.

 

Estados Unidos es el principal abastecedor del mercado de mexicano de productos agropecuarios: entre 2014 y 2016, 72% de las compras en este rubro se efectuaron de ese país (Cuadro 3). El otro socio del TLCAN, Canadá, es responsable de 7% de las importaciones. Entre los primeros 16 proveedores, solo siete son latinoamericanos que, en conjunto, representan apenas 7% del total de las compras.

Chile es el país de la región que más participa en las compras mexicanas de productos agropecuarios (2%): le exporta principalmente carnes de pescado y de aves, frutas en conserva, uvas y vinos. El salmón, principal variedad de exportación, se encuentra libre de aranceles; otros tipos de pescados tienen un cronograma de desgravación que los eliminará en 2020. Las frutas en conserva no están sujetas a tarifas, como tampoco los vinos. Las compras de uvas están sujetas a un calendario de desgravación entre 2014 y 2025, que establece reducciones diferentes para cuatro periodos del año.[3]

Desde Argentina, México importa aceites vegetales, vinos, extracto de malta y maíz; en ninguno de estos casos México otorga trato preferencial por lo que están sujetos al arancel de nación más favorecida. Las importaciones mexicanas desde Brasil están compuestas, principalmente, por carne de ave, café, porotos de soja, maíz y pimienta; solo la pimienta tiene un arancel preferencial.

En Costa Rica y Guatemala, México compra aceite de palma y aceite de coco; en ambos casos libre de arancel; en Paraguay, porotos de soja, importaciones sujetas a arancel; y en Uruguay, arroz, quesos, preparaciones alimenticias y porotos de soja. Aunque Uruguay accede al mercado mexicano con alto grado de liberalización, uno de sus principales productos, el poroto de soja, aún paga tarifas.

Cuadro 3. Importaciones de productos agropecuarios de México, según principales proveedores

En porcentaje del total de importaciones agropecuarias, promedio 2014-2016

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Fuente: BID-INTAL con datos de DataINTAL.

 

Por lo tanto, los niveles de protección del sector agropecuario mexicano son parte de la explicación de su estructura de abastecimiento: mientras que para la mayoría de los latinoamericanos existe aún un porcentaje significativo de líneas que pagan arancel, casi la totalidad de los productos agropecuarios de Canadá y Estados Unidos acceden al mercado libre de aranceles. Las excepciones se encuentran, para Canadá, en la Sección I del Sistema Armonizado (animales vivos y productos del reino animal), donde 25% de las líneas arancelarias aún tienen aranceles y, para Estados Unidos, en la Sección IV (productos de las industrias alimentarias, bebidas y líquidos alcohólicos, tabaco), donde 4% de las líneas están gravadas.

El grado de liberalización del comercio agropecuario de México respecto a otros países latinoamericanos tiene un amplio rango de variación. De los países que cuentan con acuerdos significativos, solo Chile, Colombia y Nicaragua tienen un porcentaje de líneas liberalizadas por encima del 90% en las secciones respectivas del Sistema Armonizado (Gráfico 2). La Sección II del Sistema Armonizado (productos del reino vegetal) es la que mayor proporción de líneas libres de arancel presenta para el conjunto de los acuerdos; en el otro extremo se encuentra la Sección III (grasas y aceites animales o vegetales), que muestra los menores niveles de liberalización en términos de porcentaje de líneas con arancel cero.

Gráfico 2. Cronograma de desgravación arancelaria de productos agropecuarios otorgada por México, acuerdos seleccionados

En porcentaje de líneas arancelarias, 2010-2024

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Fuente: INTradeBID

 

Por otra parte, en el caso de Argentina y Brasil, con quienes México no tiene acuerdos significativos, un análisis detallado de los instrumentos vigentes muestra que el grado de liberalización del comercio agropecuario es especialmente bajo (Gráfico 3).

Gráfico 3: Grado de liberalización del comercio agropecuario de México con Argentina y Brasil

(Proporción de líneas arancelarias con preferencia de 100% sobre el total de líneas de cada sección del SA)

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Nota: Corresponde a los AAP-CE Nº6 (México-Argentina) y AAP-CE Nº53 (México-Brasil). Fuente: BID-INTAL con datos de ALADI.

 

Para el comercio agropecuario, los acuerdos de México con Argentina y Brasil vigentes son poco profundos. El indicador más alto lo tiene la sección III (grasas y aceites vegetales y animales) en Argentina, con apenas 28% de las líneas desgravadas. La sección IV (productos de las industrias alimentarias), con bienes de mayor elaboración, tiene apenas 5% de las líneas desgravadas en Argentina, y 8% en Brasil. En el acuerdo México-Argentina, el calendario de desgravación finalizó en 2010, mientras que en el de México-Brasil las preferencias fueron otorgadas en 2003. Desde entonces, el proceso de liberalización en este sector está detenido. Este bache es relevante en la medida en que ambas economías sudamericanas tienen sectores agropecuarios globalmente competitivos y además buscan diversificar mercados y productos en estas actividades.

En una exploración más específica, es claro que los principales bienes agropecuarios que México importa ingresan sin arancel desde sus socios del TLCAN, mientras que estos productos pagan tarifas cuando son de origen latinoamericano. El maíz, por ejemplo, solo está liberalizado para Bolivia y Paraguay; el resto de las economías de la región deben enfrentar un sustantivo arancel promedio de 20%. Para el trigo es de 15% y para el arroz entre 9% y 20%, salvo para Argentina, Chile, Colombia y Uruguay que tienen una preferencia de 100% en algunas variedades. En cuanto a las carnes, tanto la porcina como la bovina están sujetas a aranceles promedio de 20% y en el caso de la avícola las tarifas se ubican entre 80% y 100%. Solo Bolivia, Chile y Uruguay han obtenido acceso preferencial para algunos tipos de carnes porcinas y avícolas. Dentro de las semillas y frutos oleaginosos, el poroto de soja (principal producto dentro de este rubro) tiene un arancel promedio de 15%. A estas restricciones presumiblemente deben sumarse altos costos relativos de transporte de estos productos desde el hemisferio sur.

Ante el panorama de alta concentración -en términos de socios- de las importaciones agropecuarias de México, las negociaciones con los países latinoamericanos, en especial en lo casos de Argentina y Brasil, abriría oportunidades a ambas partes: por un lado, disminuiría los riesgos de la dependencia de la economía mexicana del sector agropecuario estadounidense, y, por otro, ampliaría los mercados de destino para los países de la región, altamente concentrados en Asia. Contribuiría, además, a cerrar un eslabón significativo del proceso de integración de América Latina.

Los datos muestran que en algunos productos los aranceles están en niveles significativamente altos –como es el caso de la carne avícola- y son también relevantes en otros productos donde la región participa como proveedor y presenta ventajas comparativas (maíz, trigo, soja, etc.). La ampliación de los acuerdos existentes mediante la incorporación de nuevos productos a las listas de preferencias, así como compromisos de disminución adicional de aranceles, sería un paso para la renegociación de los acuerdos existentes. Además, se deberían considerar otros aspectos de la integración, tales como el aprovechamiento de los beneficios que un acuerdo comercial genera en términos de facilitación aduanera, reducción de obstáculos técnicos al comercio, normalización de medidas y controles sanitarios, y plataformas electrónicas de intercambio, entre otros.

[1] Algunos de los acuerdos regionales incluyen países con los que México también tiene tratados bilaterales.

[2] Definidos como los productos comprendidos dentro de los capítulos 1 al 24 del Sistema Armonizado.

[3] Se otorgó una desgravación inmediata para las exportaciones efectuadas en los periodos 1 de octubre-14 de abril y 1 de junio-30 de junio; de 10 años para el periodo 1 de julio-30 de septiembre; y de 12 años para el periodo 14 de abril-31 de mayo. La vendimia del hemisferio sur se realiza entre febrero y abril.