Oportunidades y desafíos que traen la convergencia de la economía digital, cambios en movilidad y consumo, regulación y cuidado del medio ambiente.

En “La Inversión Extranjera Directa en América Latina y el Caribe 2017”, de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, se analizan las principales tendencias de la inversión extranjera directa (IED) en los países la región. El estudio revela que las entradas de IED disminuyeron un 7,9% en 2016, a 167.043 millones de dólares, cifra que representa una caída acumulada del 17,0% con respecto al nivel máximo de 2011.

Sin embargo, el dato significativo y objeto de esta reseña se centra en el cambio disruptivo que se está verificando en un sector productivo líder: relocalización, modelos de negocios y revolución tecnológica en la industria automotriz mundial. Este proceso se está convirtiendo en un catalizador e impulsor de grandes cambios tecnológicos y productivos. Proveedores de partes, piezas y componentes comienzan a adquirir una relevancia cada vez mayor en la cadena productiva, impulsando el desarrollo tecnológico.

Los autores plantean que, la fuerte competencia, la presión de los consumidores y los rápidos avances tecnológicos han favorecido la consolidación de nuevas plataformas que permiten combinar una gran escala de fabricación con crecientes niveles de flexibilidad. En los próximos años, los principales fabricantes concentrarán gran parte de su producción global en un número muy reducido de nuevas plataformas modulares, focalizándose cada vez más en sus áreas de especialización y dándoles espacios crecientes de responsabilidad a sus proveedores. Se destaca, además que los fabricantes están atrapados en una dinámica de gran competencia de la que surgen presiones por más y mejores prestaciones de sus productos. Se requiere cada vez más un alto contenido de innovación y tecnología para mantener posiciones en el mercado.

Esta dinámica, afirman, obliga a las empresas de la cadena productiva a incrementar los recursos destinados a la investigación, el desarrollo y la innovación. De hecho, 5 de las primeras 20 empresas que más invierten en I+D del mundo son del sector automotor. Mientras que los fabricantes de vehículos invierten, en promedio, cerca del 5% de sus ventas en I+D, los proveedores de partes, piezas y componentes tienen una intensidad de I+D cercana al 10%.

El informe detalla tres grandes tendencias que determinarán la dinámica de esta industria en los próximos años:

  • La convergencia con la economía digital:
  • los cambios en el concepto de movilidad y en los patrones de consumo y
  • las exigencias regulatorias en el ámbito de la seguridad, el medioambiente y la eficiencia energética.

Frente a estos cambios, el mercado ampliado de la industria automotriz cambiará de manera significativa. Entre 2015 y 2030, estiman que la venta de vehículos caerá del 50% al 28% y, al mismo tiempo, y prevén que los servicios de movilidad compartida crezcan del hasta un 20%. Por otro lado, los proveedores tradicionales verán disminuir su participación de mercado del 10% al 3%, mientras que en el mismo período la participación de los proveedores de nuevas tecnologías, electrónica y software incrementará del 1% al 10%. En la actualidad se experimenta un colosal proceso de cambio en el que la electrónica, la digitalización y el software son elementos claves:hoy en día, un automóvil medio posee unos 60 microprocesadores y se espera que en 2030 la electrónica y software crezcan exponencialmente, en particular con el desarrollo de los vehículos eléctricos. De este modo el origen de los ingresos de los proveedores cambiará de motores, interiores y chasis (los rubros tradicionales) a electrónica, software, servicios en la nube y baterías de última generación.

La incorporación de las tecnologías digitales a los vehículos está permitiendo un rápido avance de la conectividad y de la conducción autónoma. De hecho, se espera que en 2020 cerca del 75% de la producción corresponda a vehículos conectados. Es interesante mencionar que esta oleada de incorporación de nuevas tecnologías a la industria del automóvil no se traduciría en sustanciales incrementos de precios.

Estos avances están atrayendo a empresas del núcleo duro tecnológico: Apple, Google, Uber, Intel y Samsung, que están incursionando desde la fabricación de vehículos hasta el desarrollo de componentes y servicios vinculados a la conectividad y la conducción autónoma.

Estos procesos, que se enmarcan en fenómenos actuales de sobrepoblación, congestión en las grandes urbes y la contaminación, están modificando los patrones de consumo y las exigencias regulatorias que enfrenta la industria automotriz.  Por esto, se desprende que el sector está pasando por una de las mayores revoluciones productivas de su historia: sus fronteras se están expandiendo y están apareciendo nuevos productos y modelos de negocio.

La convergencia de la manufactura tradicional con la electrónica y el software está modificando la estructura de la cadena internacional de producción de los vehículos automotores.

CEPAL, 2017. La Inversión Extranjera Directa en América Latina y el Caribe 2017