Por: Mariana Pernas

La economía del conocimiento es una oportunidad para diversificar las exportaciones de América Latina.

La exportación de servicios basados en conocimiento, ligada a la disponibilidad de capital humano y conexión a Internet, es un activo que crece y representa una oportunidad para diversificar el comercio exterior de América Latina y el Caribe. Tanto, que Brasil, la Argentina y Costa Rica se destacan entre los primeros 30 países del mundo que generan negocios en este sector.

De acuerdo con datos de la Organización Mundial del Comercio (OMC), la economía del conocimiento en 2016 generó exportaciones por US$ 900.000 millones. Estados Unidos es el principal jugador de este segmento, con ventas por US$ 278.000 millones, seguido de lejos por India (US$ 86.2000 millones), Japón (US$ 80.800), Singapur (US$ 42.900) y Suiza (US$ 38.000 millones).  En este mercado, que incluye servicios de software y computación, también se destacan las exportaciones de Brasil (US$ 18.900 millones), Argentina (US$ 6.123 millones), Costa Rica (US$ 3.769 millones) y Uruguay (US$ 704 millones).

Se trata de un sector que involucra los clásicos servicios profesionales -como medicina, contabilidad, derecho, diseño, arquitectura, ingeniería y publicidad- que, con el despliegue de la infraestructura de comunicaciones, ahora pueden prestarse bajo modalidad remota. Pero también incluye el uso de licencias y propiedad intelectual; actividades de investigación y desarrollo; producción de contenidos culturales y recreativos; servicios de computación, y programación y desarrollo de software.

“En la Argentina, la economía del conocimiento representa el segundo o cuarto complejo exportador del país, ya que varía según cada año. Si bien las dos terceras partes de este sector se explican por los servicios profesionales, el segmento de software es el que más crece y tiene mayor dinamismo en cuanto a la creación de empleo”, sostiene Carlos Pallotti, subsecretario de Servicios Tecnológicos y Productivos del Ministerio de Producción de la Argentina. “Es posible prestar servicios de software desde cualquier sitio, ya que sólo es preciso tener conocimiento y conexión a Internet; pero para considerarlo a escala industrial se debe tener volumen y calidad. En primer lugar, esto se logra con buenas y accesibles escuelas y universidades pública que generen talento, y en segundo término con la creación de actividad productiva y empresarial.”

“Si bien hay diferencias entre los distintos países, América Latina está en condiciones de ser un proveedor importante de la industria del conocimiento y de software, en un mundo en el que crece el comercio de servicios y la posibilidad de localizar actividades en distintos sitios -agrega el funcionario-. Por ejemplo, un programador senior de Estados Unidos gana al año US$ 140.000, pero en la Argentina, India o en los países de Europa del Este es más barato.”

Algunos países de la región se han especializado en la exportación de software, como la Argentina, México y Uruguay, mientras que otros -como Chile- han incentivado la exportación de servicios de ingeniería. Colombia, por su parte, se destaca en servicios audiovisuales; la Argentina y Brasil en publicidad, y los países del Caribe en la tercerización de procesos de negocios.

Servicios que crecen

En América Latina y el Caribe -según datos del Monitor de Comercio e Integración, del Intal-BID-, las exportaciones de servicios sumaron en 2016 US$ 144.900 millones, con un incremento de 1,9% con respecto a 2015. En los primeros tres meses de este año, el comercio regional de servicios registró un incremento del 9,7%.

“Desde los últimos veinte años se le está prestando mucha atención al comercio internacional de servicios. Por un lado, con los  procesos offshore ya no es necesario que los proveedores se encuentren todos en el mismo sitio y, por otro, muchos servicios que ya existían antes, como la medicina, se vuelven transables y se comercializan a nivel internacional”, afirma Romina Gayá, directora de Monitoreo de Servicios Tecnológicos y Productivos que está a cargo del Observatorio de la Economía del Conocimiento. “Pero además, las tecnologías de la información generan la posibilidad de que muchas exportaciones se canalicen a través de Internet, y que surjan nuevos servicios, como las aplicaciones para celulares y el streamming audiovisual. A esto se suma que los bienes físicos están tendiendo a incorporar cada vez más servicios y actividades complementarias como marketing y posventa”, completa Gayá.

En cuanto a las regulaciones, la funcionaria señala que “el comercio de servicios, a nivel internacional, tiene muchas menos restricciones”. Y añade que mucho más difícil y complejo restringirlo. “Por ejemplo: ¿cómo se controla el flujo de datos? ¿Cómo se distinguen los datos de lo que no lo son? Las barreras son difusas y en las negociaciones internacionales se discute caso por caso. Otro obstáculo al comercio de servicios es el reconocimiento de los títulos profesionales, que varían entre los diferentes países. Aun así, hay muchas menos barreras que en las transacciones de bienes.”

Con 13.000 empleados y filiales en 20 países, la firma mexicana Softtek es pionera en la prestación de servicios de informática a escala global. Blanca Treviño, su fundadora y CEO, destaca al propio mercado de América latina como una oportunidad de exportación para las empresas del continente.  “Es una región de más de 600 millones de personas. Países como Brasil, México, Chile o Argentina, tienen ingresos promedio por encima de lo que tienen China o India. Esto te da un mercado consumidor muy atractivo. Sobre todo, si piensas en productos digitales, que se pueden distribuir fácilmente a través de fronteras y que pueden estar diseñados alrededor de las múltiples características que América Latina tiene en común. También tienes el idioma. Considerando que Estados Unidos ocupa el cuarto lugar en número de hispanoparlantes en el mundo, tienes un mercado de poco más de 450 millones de personas. Regionalmente existen muchas oportunidades desde el punto de vista de mercado”, argumenta la empresaria.

 

Ventajas competitivas

La región acumula varios puntos favor para posicionarse como proveedor global de servicios basados en conocimiento. Y el sector de software se destaca en particular. Entre los principales elementos de diferenciación regional se destacan la ubicación en el huso horario, los costos competitivos, calidad de los recursos humanos y la afinidad cultural con Estados Unidos, que concentra el destino de las exportaciones.

“El principal costo es el valor que se paga al programador. Los más baratos del mundo son los profesionales del sudeste asiático, de países como India, Indonesia y Filipinas, que tienen costos que nunca vamos a poder igualar en la región. Mientras en la India ganan al año US$ 11.000, algunos países de América Latina están en un rango que varía entre US$ 14.000 y US$ 18.000; la Argentina se ubica en la media superior de la región, aunque sus profesionales son un más económicos que los de Europa del Este”, compara Pallotti.

“El costo es un diferencial, pero no es suficiente y las empresas quieren ir más allá de eso, enfocándose en la calidad, en ser reconocidas por brindar una solución y servicios adecuados”, señala   Daniel Povis, analista de servicios de TI para la Argentina y Perú de la consultora IDC. “La Argentina, por ejemplo, es uno de los principales centros de delivery de software en la región. Algunos años las empresas han crecido al 20% anual; y si bien son reconocidas por su calidad y por estar muy enfocadas en las últimas tecnologías y orientadas al cliente final, ese crecimiento aún está muy atado a la competitividad que brinda el tipo de cambio”, comenta. “Otros países relevantes son México y Uruguay. Perú también está comenzando a desarrollar su sector de exportación de software, pero hoy está más enfocado a vender a otros países de América Latina”, prosigue el analista.

La ubicación próxima a la zona horaria de muchos sitios de Estados Unidos y Europa no sólo cobra sentido cuando se trata de la prestación de servicios y sistemas transaccionales. “El desarrollo de software de mayor calidad hoy usa metodologías que requieren un trabajo colaborativo y la comunicación de equipos mixtos, en los cuales las personas están ubicadas en diferentes países, por lo cual este solapamiento horario es muy importante”, explica Pallotti.

La cercanía con Estados Unidos no es menor, ya que se trata del “mayor mercado de tecnología en el mundo”, destaca la CEO de Softtex, que exporta el 65% de su facturación. “El estar en el mismo huso horario es en sí mismo una ventaja en comparación con otras regiones del mundo -coincide la empresaria-. En el mundo digital, las metodologías ágiles, que demandan alta interacción entre los diferentes actores, el tener la posibilidad de colaborar durante horas laborables es vital.”

Otro aspecto relevante es “la influencia cultural de Estados Unidos, sobre todo en Centro América y México, y también la cercanía geográfica, porque se facilitan los viajes y traslados de ejecutivos y profesionales”, apunta Gayá.

La demanda

De acuerdo con Povis, de IDC, en el mercado de software la demanda de las empresas clientes actualmente se orienta hacia la experiencia de usuario, la movilidad y el front office digital.  “Empiezan a crecer también temas de machine learning y tecnologías cognitivas. Las empresas proveedoras de software están muy enfocadas en tener alguna solución de inteligencia artificial”, afirma.

“Nuestra región se caracteriza por tener un amplio sentido estético y creativo -dice la CEO de Softtek -. En la era del consumidor, los aspectos ‘suaves’ como diseño gráfico, desarrollo de interfases de usuario amigables, o creación de contenido visualmente atractivo son factores muy relevantes para lograr satisfacer y ‘enganchar’ al consumidor.”

Al respecto, Treviño aconseja: “En un mercado muy amplio, recomiendo la especialización. Un error recurrente es que las empresas latinoamericanas llegan al mercado global cubriendo un espectro muy amplio de tecnologías, servicios y segmentos verticales. Cuando piensas en un mundo globalizado, cada nicho o segmento es enorme. Hoy en día hay segmentos atractivos, con un enorme potencial como Inteligencia Artificial, robótica, drones, ciencias de datos, vehículos autómatas, Blockchain, impresión 3-D. Estos son segmentos que van a seguir creciendo, pero que en sí mismos también son muy vastos. En ellos habrá que encontrar los nichos de especialización, por ejemplo, uso de drones en exploración y perforación de pozos petroleros; uso de Blockchain en producción y distribución de productos alimenticios; reconocimiento de imágenes para tratamiento del cáncer de mama. Las posibilidades son infinitas”.