La situación laboral regional repunta, aunque persiste un marco de deterioro

El Panorama Laboral 2017 de América Latina y el Caribe, una entrega anual de la Organización internacional del Trabajo, es una síntesis de la evolución económica de los países de la región en 2017 y un análisis de los impactos registrados en los mercados de trabajo este año, así como los esperados para 2018. Esta edición, además, analiza la evolución de los salarios en la región en el período 2005-2015.

Los hallazgos del Panorama 2017 configuran un escenario de desempeños mixtos, de claros y oscuros, donde se combinan señales de mejoría con otras de deterioro, además del comportamiento heterogéneo que presentan distintos ámbitos nacionales y subregionales.

  • Crecimiento: La región ha retomado la senda de crecimiento, con una tasa de variación anual del PIB que se estima alcanzará 1,2% en 2017. Sin embargo, este incremento no fue aun suficientemente alto para revertir las tendencias negativas en el conjunto de los indicadores laborales.
  • Nueva trayectoria: De cualquier manera, el Panorama vislumbra el final del generalizado deterioro de los mercados laborales de los últimos años, y el inicio de una nueva fase de mejoramiento. Este pronóstico está, ciertamente, sujeto a la esperada materialización en 2018 de un aceleración en el ritmo de crecimiento económico, si bien a tasas que siguen siendo modestas: para el FMI, ese año la economía regional se expandiría 1,9% y para la CEPAL, 2,2%.
  • Desocupación: El Panorama muestra que, a pesar de la reactivación económica, la tasa de desocupación regional promedio aumentó por tercer año consecutivo de 7,9% en 2016 a 8,4% al concluir 2017. Esta tasa equivale a unos 26,4 millones de desocupados en la región, dos millones más que en 2016.
  • Disparidades: Este resultado está muy influido por la situación de Brasil, afectado aun por las consecuencias de un severo proceso recesivo y donde se localiza cerca del 40% de la población económicamente activa de la región. Por esta razón, para algunos indicadores clave, el informe reporta datos excluyendo a Brasil. Al eliminar ese país sudamericano del cálculo, la tasa de desocupación promedio del resto de los países de la región muestra un desempeño positivo: pasó de 6,1% a 5,8% entre 2016 y 2017.
  • Empleo joven: En la franja juvenil de la fuerza laboral, la tasa de desocupación aumentó en 2017 para el total de la región, pero se redujo en el agregado que excluye a Brasil. Para el total regional, la tasa de desocupación de los jóvenes pasó de 18,9% en 2016 a 19,5%, en 2017; estas tasas equivalen a 9,8 y 10,2 millones de personas, respectivamente. Excluyendo a Brasil, la tasa de desocupación juvenil se redujo de 13,7% en 2016 a 12,7% en 2017.
  • Subregiones: Al enfocar distintas realidades subregionales, la situación del desempleo resulta heterogénea. El Cono Sur registró la tasa de desocupación más alta -y en aumento- ya que pasó de 10,7% a 11,9% de la población económicamente activa, utilizando como referencia el tercer trimestre de 2016 y 2017. En cambio, en otras subregiones se verificaron mejorías: en los Países Andinos la tasa cae ligeramente a 6,8%; en Centroamérica y México, pasó de 4,5% a 4,0%; y en el Caribe, de 7,8% a 7,4%.
  • Salarios reales: En una visión de mediano plazo, el Panorama reporta que durante el periodo 2005-2015, los salarios reales subieron 19,8%, lo que equivale a 1,8% anual. En promedio, el salario mínimo real aumentó 42% en América Latina en ese mismo periodo. Es decir, se verifica una mejoría en el mediano plazo, más allá del impacto de las tensiones recesivas registradas en los años más recientes, en particular desde 2010.

La “nueva normalidad” y el empleo

El Panorama reconoce que es una buena noticia que las economías de América Latina se estén encauzando en una senda de crecimiento. Sin embargo, subraya que, si estuviéramos en un escenario de “nueva normalidad”, con tasas de crecimiento modestas -como el 1,2% de 2017 o cercanas al 2,0% previsto para el 2018- el impacto positivo sobre el sector laboral sería insuficiente. Para que el crecimiento tenga impactos transformadores en los indicadores sociales y en los mercados laborales sería necesario moverse en un rango de tasas de crecimiento del producto de entre 5% o 6% anual.

Finalmente, para el Panorama, la clave para salir de esta situación está en superar las brechas estructurales de baja productividad y escasa diversificación productiva, así como en materia de educación, formación profesional y desarrollo empresarial.  Solo así se podrá avanzar hacia un crecimiento más sostenido, inclusivo y sostenible, con más y mejores empleos, y salir de la conocida “trampa del ingreso medio” que sufrirían varios países de la región.

 

OIT. 2018. Panorama Laboral 2017 de América Latina y el Caribe.