Por: Carlos D’Elía y Alejandro Ramos

El intercambio internacional de productos cárnicos se ha fortalecido en años recientes.

Mientras que el crecimiento de la producción global de carnes se ha estabilizado (e incluso exhibe algunos rasgos de estancamiento)[1], el comercio de estos productos muestra un dinamismo superior al del comercio global (Gráfico 1).

 

Gráfico 1: El comercio mundial de carnes, 2000-2017

(Índices, 2010=100)

 Nota: El comercio de carnes corresponde a los flujos físicos exportados y el comercio mundial total a una estimación a precios constantes de 2010. Las cifras de 2017 son proyecciones. Fuente: Elaboración propia con cifras del Departamento de Agricultura de EE.UU. y de la Oficina Holandesa de Análisis de Política Económica (CPB).


Nota: El comercio de carnes corresponde a los flujos físicos exportados y el comercio mundial total a una estimación a precios constantes de 2010. Las cifras de 2017 son proyecciones.
Fuente: Elaboración propia con cifras del Departamento de Agricultura de EE.UU. y de la Oficina Holandesa de Análisis de Política Económica (CPB).

 

En el periodo previo a la crisis financiera internacional (2001-2007), el volumen del comercio mundial crecía a una tasa de 5,7% por año, mientras que las exportaciones de productos cárnicos considerados se expandían a un ritmo similar, 5,4% en promedio anual. La fuerte desaceleración operada en el intercambio global después de 2010 redujo el crecimiento del comercio global a una tasa en torno al 2,4% (promedio 2011-2017).[2] Si bien el comercio de carnes también se ha visto afectado por la letárgica evolución del intercambio en años recientes, su crecimiento (3,5% por año) supera al promedio global.

Es interesante observar que este comportamiento está vinculado con un crecimiento en la proporción de la producción que se canaliza a través del comercio internacional (Gráfico 2).

 

Gráfico 2: Proporción de la producción exportada, por variedades de carnes 2000-2017

(En porcentajes)

2

Fuente: Elaboración propia con cifras del Departamento de Agricultura de EE.UU.

 

Desde el año 2000, y en los tres tipos de carnes, hay un aumento sostenido en la fracción de la producción que se destina a las exportaciones. La carne vacuna, cuya producción tiene una tendencia prácticamente contractiva es, sin embargo, el producto con una mayor propensión exportadora; en 2017, casi un 16% del total producido se vende en el mercado internacional. La carne aviar también tiene un coeficiente de exportaciones superior al 10% mientras que la carne porcina es el bien menos comercializado en términos relativos, siendo que es el rubro de mayor importancia relativa en la producción.

Estas diferencias posiblemente estén explicadas por los grados distintos de dificultad para obtener estos productos internamente, dada la dotación de recursos de los países. Un caso interesante es el de China que, si bien importa carne porcina, procura elaborarla internamente supliendo la carencia interna de recursos mediante la importación de materias primas, como los porotos de soja. En este caso, potenciales importaciones de carne se reemplazan por compras de materia prima para la fabricación de concentrados, en un contexto de escasez de recursos internos para el sector.

 

El mercado de carne vacuna

Del lado de los vendedores, la mayor parte del mercado de carne vacuna está repartido entre un grupo de países emergentes y otro de economías avanzadas (Gráfico 3). En el último destacan países sudamericanos (Argentina[3], Brasil, Paraguay y Uruguay) que cubren casi 30% del total de las exportaciones mundiales. Por su parte, la cuota de India alcanza 19%, situándose como un gran exportador de este producto. La participación de los países desarrollados combina un aporte relativamente bajo de Estados Unidos y la Unión Europea (16%) con el grupo formado por Australia, Canadá y Nueva Zelanda ‑economías desarrolladas especializadas en recursos naturales‑ cuyas exportaciones de carne vacuna suman 27% del mercado, una cifra similar a la de los países sudamericanos.

En cuanto a las importaciones mundiales, el papel de los países más avanzados es mucho más destacado que su papel como exportadores: Estados Unidos y la Unión Europea combinan 23% de las compras. Si a estos se suma Japón y la República de Corea, queda explicado el 39% de la demanda mundial de esta variedad de carne. El segundo contingente relevante de demanda, está formado por un grupo de economías emergentes: China (incluyendo Hong Kong), Rusia y Egipto representan 27% de las importaciones mundiales.

Se trata, pues, de un mercado abastecido esencialmente por países emergentes (sudamericanos e India), junto con Australia, Canadá y Nueva Zelanda; en conjunto, estos dos subgrupos explican 72% de la oferta externa. Los países más avanzados hacen un aporte menor como abastecedores. En cambio, la demanda está impulsada, principalmente, por estos últimos, a los que se suma una proporción apreciable originada en pocas economías emergentes, con un peso destacado de China.

 

Gráfico 3: Origen y destino de los flujos comerciales de carne vacuna, 2016

(En porcentajes)

Exportaciones

                                      3

    Importaciones4

Fuente: Elaboración propia con cifras del Departamento de Agricultura de EE.UU.

 

El mercado de carne porcina

A diferencia del mercado de carne vacuna, las exportaciones de carne porcina se originan en medida apreciable en los países avanzados (Gráfico 4). Estados Unidos y la Unión Europea dominan el mercado, explicando 66% de las ventas; si se agrega Canadá, la proporción se eleva a 82%. Brasil participa de las ventas, pero cubre apenas un 10% del total.

El comprador más relevante es China (incluyendo Hong Kong) (33%) que, a pesar de ser el principal productor mundial, no logra cubrir su consumo interno. Si se suman otros dos compradores asiáticos (Japón y la República de Corea), queda explicado 58% de la demanda mundial, concentrada en estos países en cuya estructura de preferencias esta variedad de carne ocupa un lugar muy destacado. México aparece como un comprador significativo, con 13% del total global.

Gráfico 4: Origen y destino de los flujos comerciales de carne porcina, 2016

(En porcentajes)

Exportaciones

5

Importaciones

6

Fuente: Elaboración propia con cifras del Departamento de Agricultura de EE.UU.

 

El mercado de carne aviar

Si bien en este mercado, Estados Unidos y la Unión Europea cuentan con un 40% de las ventas, Brasil ha logrado situarse en una posición similar, representando 36% del total vendido (Gráfico 5). Del lado de los compradores se presenta una gran dispersión, posiblemente relacionada con una preferencia más generalizada por este tipo de carne.

Gráfico 5: Origen y destino de los flujos comerciales de carne aviar, 2016

(En porcentajes)

Exportaciones

7

Importaciones


8

Fuente: Elaboración propia con cifras del Departamento de Agricultura de EE.UU.

 

Conclusiones

En contra-tendencia con cierto enfriamiento de la expansión productiva del sector de la carne, el comercio mundial de estos productos exhibe un dinamismo superior al del intercambio global. Los bienes con mayor coeficiente de exportación son la carne vacuna y la aviar.

En cada uno de los mercados imperan patrones de abastecimiento y demanda muy distintos. Mientras que la oferta de los países de la región resulta relevante sobre todo en la carne vacuna, la provisión de carne porcina está dominada por los países más avanzados. Brasil ha incursionado exitosamente en el mercado de carne aviar, pero su presencia es aun inferior que la de los países desarrollados.

[1] Véase La producción mundial de carnes: la transición nutricional y el protagonismo de los emergentes, en esta misma edición de Conexión INTAL.

[2] Giordano y Ramos (2016), Cambio de Marcha – América Latina y el Caribe en la nueva normalidad del comercio global.

[3] En 2016, la participación argentina en las exportaciones mundiales de carne vacuna fue del 2%.