Apoyo ciudadano a la integración regional
Durante los últimos 28 años, el respaldo a la integración económica en América Latina ha crecido del 63% al 79%, siendo los habitantes de Uruguay, Argentina y Chile los que han manifestado mayores niveles históricos de apoyo. Un análisis reciente (Barafani et. al, 2023) destaca que el crecimiento económico impacta positivamente en el apoyo a la integración por parte de la población latinoamericana. Además, resalta la mayor inclinación de los hombres que de las mujeres a la integración regional, y el respaldo más fuerte de la población joven a este proceso. Según datos de 2023, existe un aumento generalizado en el apoyo a la integración regional, especialmente en Argentina, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Ecuador y Perú. Se concluye que reducir brechas de género, sociales y educativas, garantizar estabilidad económica y mejorar la confianza en el Gobierno son objetivos esenciales para fortalecer el respaldo a la integración.
En los últimos años, el Instituto para la Integración de América Latina y el Caribe (INTAL) del sector de Integración y Comercio (INT) del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) ha impulsado estudios para contribuir a la comprensión de la vocación integracionista de los ciudadanos de América Latina y el Caribe.
La información utilizada corresponde a los datos recabados por Latinobarómetro, que constituye uno de los principales bancos de opinión pública en América Latina. Se trata de una encuesta anual de carácter presencial realizada en 18 países de la región, con muestras representativas de cada país, y que aplica un cuestionario común con una unidad metodológica y técnica. Este relevamiento permite captar las diferentes opiniones, actitudes, comportamientos y valores de la población latinoamericana encuestada. Los resultados se obtienen de una muestra representativa de 600 millones de habitantes de la región, en tanto que los temas principales que se abordan son: la democracia, el estado de la economía, el desarrollo social de los países y los esfuerzos de integración regional, entre muchos otros.
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Uno de los principales datos obtenidos fue que, con los años, se fortaleció la vocación integracionista. En los últimos 28 años, la población latinoamericana consolidó su apoyo a la integración económica regional: el porcentaje de personas a favor de la integración pasó de 70% (entre 1995 y 2010) a 75% (entre 2010 y 2023). Uruguay, Argentina y Chile se posicionan como los países con los promedios históricos más altos de apoyo a la integración económica regional (79%, 77% y 75%, respectivamente).
Para el BID INTAL es esencial entender los determinantes que explican el apoyo a la integración regional. En este sentido, a partir de un modelo econométrico, en la última publicación (que tomó datos de 1995 a 2023) se destacaron tres determinantes principales: (i) el crecimiento económico, (ii) el género y (iii) la edad.
En primer lugar, se observó que los ciclos económicos, así como la apertura económica (aunque en menor medida), parecen tener influencia en los cambios en el apoyo a la integración, aunque con un cierto retraso temporal. Existe una correlación positiva entre el apoyo a la integración y el crecimiento económico: por cada aumento en 10 p.p. (puntos porcentuales) del PBI per cápita, se comprobó que la probabilidad de estar a favor de la integración regional aumenta en 2,3 p.p. (de la misma manera, un aumento en la apertura económica de la misma magnitud implica un incremento del 0,2% en el apoyo a la integración).
En segundo lugar, se constató que son los varones quienes lideran la tendencia a favor de una mayor integración. A lo largo de todo el período sometido a análisis, se revela un apoyo más pronunciado hacia la integración económica regional entre los varones en comparación con las mujeres. Desde 1995 hasta 2020, en promedio, la brecha de género regional se mantuvo en 7 p.p., con mínimos que rozaron los 3,5 p.p. y máximos que alcanzaron los 10,2 p.p. Estos resultados están alineados con un estudio previo (Barral Verna et. al, 2020), en el cual se afirma que el menor apoyo relativo de las mujeres no es una particularidad de América Latina y el Caribe sino que se presenta como un fenómeno difundido en otras regiones y países como Europa, Estados Unidos y Asia.
En tercer lugar, se reveló que la población más joven es el grupo que ha defendido en mayor medida la integración económica regional a lo largo de la historia. Un promedio del 74% de las personas comprendidas entre los 15 y 36 años ha manifestado su apoyo a la integración en el período que abarca desde 1995 hasta 2023. Sin embargo, dicho respaldo experimenta un progresivo descenso a medida que se avanza en edad, alcanzando un mínimo del 65% en la población mayor de 65 años.
Por último, se destacan otros factores determinantes, como las desigualdades de ingresos y el nivel de educación. Existen brechas significativas en el nivel de respaldo a la integración regional entre los diferentes segmentos poblacionales, según su estatus socioeconómico. Las disparidades se acentúan notablemente entre quienes pertenecen a un estrato más elevado y quienes se insertan en uno más bajo, con una diferencia importante de 24,5 p.p. Además, se percibe una disparidad similar entre quienes han completado estudios superiores y aquellos que poseen educación básica, registrando una brecha de 24,6 p.p.
Según los últimos datos relevados en 2023 (Garnero et al, 2024), se observa que el apoyo a la integración regional aumentó 8 p.p. entre 2020 y 2023, pasando el promedio regional de 71% a 79%, que constituyó el pico histórico registrado por la encuesta. En todos los países aumentó este indicador, y tres se destacan por experimentar el crecimiento de mayor magnitud: Guatemala (+20 p.p.), Ecuador (+16 p.p.) y Colombia (+11 p.p.).
En la encuesta realizada en 2023 se consultó a la población latinoamericana con qué ideas asocian la integración regional. En particular se les preguntó si la relacionan con: (1) mayores oportunidades de empleo; (2) más y mejor acceso a tecnología; (3) salarios más altos; (4) oportunidades de estudiar o trabajar en otros países; (5) el acceso a una mayor variedad de productos, y (6) el acceso a productos más baratos.
En primer lugar, existe una disparidad en el interés por la tecnología entre hombres y mujeres. Históricamente, los primeros han estado más vinculados a los sectores industriales y de servicios tecnológicos, así como a carreras STEM, en comparación con las mujeres. Las mujeres, por otro lado, muestran una mayor preferencia por temas relacionados con el empleo, ya que enfrentan obstáculos adicionales para ingresar al mercado laboral en comparación con los varones. Además, los asalariados de bajos ingresos tienen una preferencia destacada por los temas salariales y ven en la integración regional oportunidades para mejorar sus condiciones de vida.
En segundo lugar, se observa que las personas con una elevada confianza interpersonal y en las instituciones son más propensas a respaldar la integración económica en diversas formas. Esta confianza se relaciona positivamente con todas las percepciones sobre las ventajas de la integración regional, especialmente en lo que respecta a la disponibilidad de productos más asequibles y a mayores oportunidades laborales. En cambio, las percepciones sobre la situación económica del país y la inmigración no presentan patrones significativos que influyan en el apoyo a la integración y sus prioridades.
Finalmente, los jóvenes manifiestan un interés relativamente mayor en las oportunidades que la integración ofrece para estudiar o trabajar en otros países. Este aspecto resulta menos atractivo para los adultos con responsabilidades familiares, quienes suelen enfrentar restricciones más significativas para abordar cambios de esa índole. Esta preferencia está asociada con la adhesión a valores relacionados con la economía de mercado y, en términos cívico-culturales, se vincula con actitudes pro-inmigración, un interés destacado en la agenda de género, y una mayor preocupación por temas globales como el medio ambiente.
Los últimos resultados revelan que hay diversos caminos para fortalecer el apoyo a la integración de la población latinoamericana: uno de los más importantes es reducir las brechas de género, sociales y educativas. Además, es importante garantizar la estabilidad macroeconómica y los senderos de crecimiento económico. Finalmente, resulta imperioso mejorar los niveles de confianza de los ciudadanos en el gobierno.
- Encuesta Latinobarómetro 1995-2023, años seleccionados.
- Barafani, M.; Garnero, P.; Merino, F. La voz latinoamericana. La opinión sobre la integración regional en el tiempo: una mirada de los últimos 25 años. Washington DC: BID, 2023.
- Barral Verna, Á.; Basco, A.; Garnero, P. El tetris del apoyo a la integración: piezas y huecos de la brecha de género. Washington DC: BID, 2020.
- Barral Verna, Á.; Basco, A.; Garnero, P. Entre luces y eclipses: la opinión de los latinoamericanos sobre democracia, instituciones e integración regional. Washington DC: BID, 2020.
- Garnero, P; Trombetta, M; Merino F. América Latina en conexión: apoyo récord a la integración regional. Washington DC: BID, 2024.
- INTAL BID. La voz latinoamericana: percepciones sobre integración regional y comercio: febrero 2022. Washington DC: BID, 2022.