Por: Kathia Michalczewsky

Los recientes acuerdos con Canadá y Japón sitúan a la UE al frente de los procesos de regionalización del comercio mundial.

En los últimos dos años y medio, la Unión Europea ha firmado acuerdos comerciales con diez países y tiene negociaciones en marcha con dieciséis más. Estos tratados se suman a los ya vigentes con 46 economías del mundo. Las discusiones en curso con los cuatro fundadores del MERCOSUR podrían culminar en un acuerdo que profundice la vinculación del bloque europeo con América Latina y el Caribe.

Este activismo negociador puede pasar desapercibido en un escenario donde se destaca con frecuencia el Brexit, o bien el menguado ritmo de las iniciativas mega-regionales y del foro multilateral estructurado en la OMC. Sin embargo, a pesar de estas tendencias, la Unión Europea ha sostenido la marcha de las negociaciones en varios frentes y ha comenzado a elaborar puntos de vista estratégicos respecto a los procesos de integración. En mayo pasado, la Comisión Europea publicó El encauzamiento de la globalización,[1] un documento de reflexión donde se argumenta la necesidad de incluir reglas mutuamente vinculantes en los acuerdos de manera que el crecimiento del comercio y la actividad económica tengan impactos más amplios y favorezcan a todas las partes. Adicionalmente, se señala que, para mejorar los resultados de la integración, es necesario implementar políticas internas que la acompañen. El trabajo subraya la importancia que tiene hoy en día la armonización de las reglas para la producción de bienes y servicios, y también aquellas que regulan su colocación en el mercado. Adquieren así peso relativo cuestiones como los derechos de los trabajadores y de los consumidores y las regulaciones relativas al medio ambiente, entre otros temas.

Esta reflexión sobre los procesos de integración va aparejada con la histórica flexibilidad de la Unión Europea para plantear sus vínculos externos ya que, como se sabe, el bloque tiene varias modalidades que pueden clasificarse en tres grandes grupos, de los cuales los dos primeros involucran elementos de política comercial:

  • Uniones aduaneras: en las que se eliminan aranceles en el comercio bilateral y además se fija una tarifa común para las importaciones extra acuerdo.
  • Acuerdos de asociación, Acuerdos de estabilización, Acuerdos de Libre comercio y Acuerdos de asociación económica: en estas modalidades se remueven o reducen los aranceles en el comercio bilateral.
  • Acuerdos de asociación y cooperación: en los que se establece un marco general para las relaciones económicas bilaterales, sin alcanzar a temas como aranceles.

Las iniciativas de vinculación extra-regional de la Unión Europea pueden dimensionarse mediante la proporción de su comercio cubierta por acuerdos comerciales. En 2015, 26% de los flujos totales (exportaciones más importaciones) se realizaba bajo algún esquema (Gráfico 1).

Gráfico 1. Comercio de la Unión Europea, según socios con o sin acuerdos.

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2015 Nota: ALC: América Latina y el Caribe. Acuerdos 2015-2017: comprende acuerdos firmados o que entraron en vigor en ese periodo; se incluye UE-Japón que no se ha firmado pero cuya negociación finalizó exitosamente. Acuerdos pre-2015: comprende acuerdos que entraron en vigor antes de 2015. *Países pertenecientes a la Convención Pan-Euro-Mediterránea de reglas de origen preferenciales. Fuente: BID-INTAL con datos de BACI y de la Comisión Europea.

 

Ahora bien, entre ese año y mediados de 2017, el bloque ha firmado acuerdos que cubren un 7% adicional del comercio (cifras de 2015) y se encuentra negociando por otro 11% de esos flujos. De culminarse exitosamente esas negociaciones, en torno a un 45% del intercambio comercial extra-bloque estaría enmarcado en algún acuerdo comercial.

Por su peso económico, pueden destacarse dos casos dentro de la reciente corriente negociadora europea. En primer lugar, el acuerdo con Canadá, país que explica 2% del intercambio extra bloque de la UE y socio con el que además tiene un fuerte superávit comercial. El Acuerdo Económico y Comercial Global (CETA, por sus siglas en inglés) fue firmado en octubre de 2016 y será aplicado de manera provisional a partir de septiembre de este año;[1] “provisional” significa que se implementarán las cuestiones relacionadas con el comercio, mientras que aquellas que involucren temas de inversiones solo se aplicarán una vez que entre totalmente en vigor. El acuerdo liberaliza 99% del comercio bilateral: en siete años las tarifas sobre productos industriales desaparecerán por completo. Significativamente, 92% de las líneas arancelarias de productos agropecuarios serán liberalizadas, aunque se mantendrán las cuotas en algunos productos sensibles para la Unión Europea como el maíz y las carnes bovinas y porcinas, y productos lácteos para Canadá. El Acuerdo deja por fuera el comercio de carne de aves y huevos.[2] En cuanto a servicios, el CETA es el acuerdo de mayor alcance que ha firmado la Unión Europea: según estimaciones de la Comisión Europea[3] la mitad del crecimiento previsto derivado del CETA se originará en el comercio de servicios.

En segundo lugar, el Acuerdo de Asociación Económica con Japón fue cerrado en julio, luego de dieciocho rondas de negociación a lo largo de cuatro años. El comercio con Japón representa en torno al 4% de los flujos extra-regionales europeos. Cuando el tratado entre en vigencia en 2019, 90% de las importaciones de Japón desde la Unión Europea ingresarían libres de aranceles y un 7% se liberalizará gradualmente. En particular, 87% de los productos agrícolas europeos entrarán en Japón con arancel cero. Algunos de los productos más beneficiados por el acuerdo son agropecuarios, como carnes bovinas y porcinas, vinos, quesos, y varios productos agrícolas procesados. Por su parte, las tarifas sobre manufacturas se eliminarán por completo.[4]

Cabe notar que, como resultado de las negociaciones recientes, la Unión Europea firmó acuerdos con dos países que pertenecen a la Convención Pan-Euro-Mediterránea de Reglas de Origen Preferenciales, Bosnia-Herzegovina y la República de Moldavia. Si bien se trata de economías con escaso peso relativo en el comercio extra-regional del bloque, estos países pasan ahora a formar parte de una red articulada a través de la mencionada Convención. Este instrumento está destinado a permitir la “acumulación de origen” o “acumulación diagonal” entre sus integrantes (todas economías vinculadas por una red de acuerdos de libre comercio) mediante la implementación de un único instrumento legal que reemplazará a los cerca de 60 protocolos bilaterales previos existentes en esa materia. Entre los signatarios de la Convención pueden distinguirse las economías avanzadas del EFTA (Suiza, Noruega, Islandia y Liechtenstein) y un conjunto de economías en desarrollo entre las que destacan Turquía, Argelia, Egipto y Marruecos, entre otras. Este último grupo cubre un apreciable 9% del comercio extra-regional europeo, una proporción mayor que la de Canadá y Japón juntos. La arquitectura integradora de esta Convención y de la red de acuerdos que enlaza estimula el funcionamiento de cadenas regionales de valor porque reduce los costos del flujo de productos a través de varios países, los cuales pueden especializarse en fases distintas de los procesos.

Por otra parte, entre las negociaciones en curso más relevantes en términos de comercio se encuentran las que la Unión Europea está llevando a cabo con ocho economías de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN, por sus siglas en inglés), que representan 4% de su intercambio extra regional, India, México y el MERCOSUR, responsables de 2% cada uno.

El frente de trabajo con ASEAN (8) presenta grados diferentes de avance por países. Mientras que el acuerdo con Singapur ya se encuentra firmado y con Vietnam se ha finalizado la negociación, aún continúan las discusiones con Indonesia, Filipinas y Myanmar. Con Malasia y Tailandia las tratativas están en suspenso. En el caso de India, las negociaciones fueron retomadas a principios de 2016, después de un impasse motivado por divergencias iniciales respecto al grado de profundidad del acuerdo.

Con América Latina y el Caribe, el bloque europeo ya tiene acuerdos vigentes con quince países del Caribe (CARICOM y República Dominicana), seis centroamericanos (agrupados en el Sistema de Integración Centroamericana, SICA), cuatro sudamericanos (Chile, Colombia, Ecuador y Perú). El tratado con Ecuador se está aplicando provisionalmente desde enero de 2017. Las tratativas en marcha se están dando con México y con los cuatro miembros fundadores del Mercado Común del Sur (MERCOSUR).[5]

México tiene un Acuerdo Global vigente con la Unión Europea desde 1997, pero en mayo de 2016 se decidió iniciar un proceso de modernización del pilar comercial. La cuarta ronda de este proceso se realizó entre el 21 de junio y 5 de julio pasados en Ciudad de México, y la próxima será en Bruselas entre el 25 y 29 de septiembre.[6]

Las negociaciones con el MERCOSUR se han extendido por más de una década.[7] Entre el 3 y 7 de julio se realizó en Bruselas la 28ª ronda, y las próximas será en Brasilia entre el 2 y 6 de octubre. Algunos textos están prácticamente acordados: facilitación aduanera, asistencia administrativa, servicios financieros, movimientos de capitales; y hay avances importantes en bienes, servicios, compras públicas, indicaciones geográficas, desarrollo sustentable y solución de disputas.[8] Se ha planteado la posibilidad de que el acuerdo se firme a finales de 2017.[9]

En conclusión, la Unión Europea ha mantenido una estrategia de negociación extra-bloque que ha ido rindiendo frutos en los últimos años. Su posicionamiento negociador ofrece a América Latina y el Caribe la posibilidad de lograr acuerdos preferenciales más modernos. Tangencialmente, la arquitectura comercial diseñada para incentivar cadenas regionales de valor, construida por la Unión Europea y sus socios mediterráneos, podría ofrecer interesantes experiencias para el mejoramiento de la red de acuerdos de la región.

 

Referencias

Comisión Europea (2017a). El Encauzamiento de la Globalización. Bruselas, 10 de mayo.

_______ (2017b). Declaración Conjunta de Jean-Claude Juncker, Presidente de la Comisión Europea y Justin Trudeau, Primer Ministro de Canadá. Bruselas, 8 de julio de 2017.

_______ (2017c). A fondo: Acuerdo Económico y Comercial Global (CETA).

_______ (2017d). A fondo: Acuerdo Económico y Comercial Global (CETA). El AECG explicado.

_______ (2017e). Panorama de la Comisión Europea sobre acuerdos de libre comercio y otras negociaciones.

_______ (2017f). Key elements of the EU-Japan Economic Partnership Agreement – Memo. Bruselas, 6 de julio de 2017.

_______ (2017g). Commission publishes reports following negotiation rounds with Mexico and Mercosur.  Bruselas, 18 de julio de 2017.

_______ (2017h). Report on the fourth round of negotiations for modernising the trade pillar of the EU-Mexico Global Agreement. Bruselas, 19 de julio.

_______ (2017i). Report from the XXVIIIth round of negotiations Of the Trade Part of the Association Agreement between the European Union and Mercosur. Bruselas, 18 de julio.

Makuc, A., R. Rozemberg y G. Duhalde (2015). La negociación MERCOSUR-Unión Europea a veinte años del acuerdo marco de cooperación: Quo vadis?, BID INTAL.

Schmidt (2017). La jefa de comercio de la UE cree que a fin de año puede haber un acuerdo político con el Mercosur. Télam, Madrid, 3 de julio.

 

[1] Comisión Europea (2017b).

[2] Comisión Europea (2017c).

[3] Comisión Europea (2017d).

[4] Comisión Europea (2017f).

[5] Comisión Europea (2017g).

[6] Comisión Europea (2017h).

[7] Un análisis detallado de las negociaciones con el MERCOSUR se puede encontrar en Makuc, A., R. Rozemberg y G. Duhalde (2015).

[8] Comisión Europea (2017i).

[9] Schmidt, H. (2017).