El INTAL presentó una nueva publicación sobre el futuro del empleo con contribuciones de 40 expertos internacionales.

¿La robotización destruirá, desplazará o creará nuevos empleos sustentables? ¿Qué habilidades se necesitarán en el futuro? ¿Puede el cambio tecnológico contribuir a disminuir la inequidad en la región? ¿Cómo armonizar la agenda multilateral de negociaciones comerciales a las nuevas realidades tecnológicas?

Esta son algunas de las preguntas clave que respondieron los especialistas convocados en “Robotlución. El futuro del trabajo en la integración 4.0 de América Latina”. La presentación del informe tuvo lugar el 23 de agosto en el auditorio del INTAL-BID en Buenos Aires. (Descarga el informe completo)

El Jefe de Gabinete de Ministros de Argentina, Marcos Peña, saludó la iniciativa a través de un video de bienvenida y sostuvo que “este libro brinda muchas herramientas, y no para afrontar los desafíos del futuro, sino del presente”. Al tiempo que agregó que “este tipo de análisis debemos llevar al G20 para que nuestra región tenga una voz en los replanteos de la educación y el trabajo en el siglo XXI”.

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El embajador Pedro Villagra Delgado, Sherpa de Argentina en el G20, aseguró que las nuevas tecnologías ofrecen una oportunidad extraordinaria para los países que en la actualidad están más rezagados en su desarrollo. “Pueden incorporar rápidamente esas nuevas formas de producción y brindar bienestar a su gente, porque de eso se trata. El mundo está cambiando rápidamente y habrá disrupciones que afectarán el futuro del empleo”, remarcó.

Desde Washington DC, el gerente de Integración y Comercio del BID, Antoni Estevadeordal, analizó el efecto que tendrán avances como la impresión 3D, la internet de las Cosas, el Big Data o la computación en nube en la logística, el almacenamiento, el intercambio de bienes y demás componentes fundamentales de las políticas comerciales. Estevadeordal dijo que “desde el INTAL venimos observando hace años como los cambios tecnológicos disruptivos modifican a su vez los parámetros clásicos de la negociación de acuerdos de comercio. La alineación de las negociaciones en curso con las nuevas demandas tecnológicas potenciaría la diversificación exportadora de América Latina”.

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La presentación del informe estuvo a cargo de Gustavo Beliz, Director del INTAL-BID, quien destacó la necesidad de impulsar un nuevo Contrato Social Tecnológico en la región, para aprovechar las oportunidades que ofrecen las nuevas tecnologías, generar empleos de calidad e incentivar la formación de habilidades que permitan afrontar con éxito la transición hacia una economía digital. Beliz subrayó que cada empleo tecnológico crea 4,9 nuevos trabajos en un efecto multiplicador. “Necesitamos nuevas métricas para medir el fenómeno de la automatización, una herramienta fundamental para tomar decisiones y diseñar políticas de Estado anticipatorias que den forma a un futuro que no es ciencia ficción, sino ya está entre nosotros”, concluyó.

De la presentación participaron destacados expertos mundiales, como Jacques Bughin, Director del Mckinsey Global Institute; Irmgard Nübler, Coordinadora del programa de Tecnología, Transformación Estructural y Trabajo de la Organización Internacional del Trabajo (OIT); Tang Jun, Investigador del Zhejiang International Studies University; Lydia Harriss, Asesora de la Oficina de Ciencia y Tecnología del Parlamento Británico; Miguel Acevedo, Presidente de la Unión Industrial Argentina; Beatriz Nofal, Directora de la Consultora Eco-Axis y Eduardo Levy Yeyati; Decano de la Escuela de Gobierno de la Universidad Torcuato Di Tella, entre otros expositores.

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Jacques Bughin, Director del Mckinsey Global Institute

Tras el panel de apertura, Bughin resumió los principales hallazgos de su investigación que forma parte de Robotlución. Según comentó, en el futuro será clave el rol de las firmas en la educación, el learning by doing (aprender haciendo) es fundamental para la innovación. “Por eso tenemos que cuidar al sector privado y no dejar a la educación solo en manos del sector público. Son las firmas las que saben los problemas que enfrentan y las mejores formas de resolverlo”, explicó y también reseñó las conclusiones del reciente informe de McKinsey sobre Inteligencia Artificial, donde se muestra que el salto de productividad permitiría en varios sectores la creación de valor y nuevos empleos. “La productividad de América Latina creció a tasas anuales de apenas 0,4% en los últimos 50 años, el potencial es enorme si se apuesta a la productividad”, manifestó el experto belga.

 

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Fuente: McKinsey

Irmgard Nübler, de la OIT, remarcó la importancia de los trabajos solidarios, y aseguró que el trabajo es mucho más que un ingreso, “es el vínculo con los otros, el armazón de los lazos sociales, y fuente de dignidad”. Por esa razón ponderó a la renta básica universal como remedio al desempleo tecnológico. “Los países latinoamericanos tienen mucho que aprender de Asia, en especial para elevar su complejidad productiva, una tarea que llevó a los países asiáticos a liderar hoy el mercado mundial de electrónica”, enfatizó y comentó que de los 5 países que tienen mayor densidad de robots por obrero industrial (más de 2 robots por cada 100 obreros), 3 son asiáticos: Corea del Sur, Japón y Singapur. El desarrollo de capacidades es, para esta analista, la clave para navegar en las nuevas tendencias productivas donde la automatización y la inteligencia artificial hacen parte creciente del escenario.

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Irmgard Nübler, Coordinadora del programa de Tecnología, Transformación Estructural y Trabajo de la OIT

 

Cambio en la complejidad económica en Asia y Sudamérica

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Fuente: OIT

A su turno, Lydia Harriss, comentó que el Parlamento Británico cuenta con un grupo especial de científicos trabajando en forma interdisciplinaria en los desafíos que generará la automatización de tareas. “Hemos armado tres comités especiales, uno sobre robótica e inteligencia artificial, otro sobre habilidades digitales, y un tercero sobre ingreso ciudadano para debatir sobre los alcances de la renta universal”. Según la especialista, muchos trabajos en riesgo de ser automatizados responden a profesionales de la educación, la economía de la salud, el trabajo doméstico, los servicios contables y financieros, entre otros. “Corremos el riesgo de que se acreciente la brecha salarial, y que crezca la desigualdad en nuestras sociedades, por eso el Parlamento ha decidido prestar especial atención a estos fenómenos e invertir recursos para entender mejor lo que está ocurriendo”, al tiempo que precisó que el Parlamento ya ha destinado £100 millones a la investigación de nuevas reglas y normativas que regulen los vehículos autónomos.

Tang Jun comentó las implicancias del Plan Made in China 2025, y aseguró que la automatización es vista con ojos optimistas en el gigante asiático. En estos momentos, China ya fabrica 1 de cada 5 robots que se construyen en el mundo. “La tasa de crecimiento anual de las ventas de robots promedia 12% y se estima que a fin de año alcanzarán las 130.000 unidades vendidas anuales”, detalló el experto.

El segundo panel contó con la participación de Ady Beitler, especialista en integración del Banco Interamericano de Desarrollo, quien comentó que muchos de los cambios que introducen las nuevas tecnologías, al igual que ocurre con aspectos vinculados al cambio climático o al crecimiento poblacional, son inevitables y debemos estar preparados para adaptarnos. “No está mal de vez en cuando recordar lo que ocurrió con los dinosaurios. Es crucial darse cuenta cuánto antes de que la conversación ha cambiado para no perdernos las oportunidades que nos brinda un nuevo contexto”, concluyó.

El cierre estuvo a cargo de Levy Yeyati y Miguel Acevedo, que mantuvieron un diálogo final con Gustavo Beliz. Para Levy Yeyati, la clave pasa por generar consensos para una redistribución de los beneficios que ocasiona el incremento de productividad por automatización. “La acumulación de riquezas es recesiva, porque los ricos ahorran. Son los pobres los que gastan la mayoría de sus ingresos y alimentan la demanda y el consumo”, explicó, al tiempo que llamó a darle la bienvenida a muchos trabajos automatizados. “Quizás en este auditorio estemos acostumbrados a pensar los trabajos como carreras profesionales, pero la verdad es que la gran mayoría de los empleos son trabajos pesados y poco agradables. Es bueno que lo hagan los robots. Yo me inclinaría por hacer pruebas pilotos para ver cómo funciona la renta básica o por reducir la jornada laboral”, sugirió el académico de UTDT.

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Eduardo Levy Yeyati, Decano de la Escuela de Gobierno de la Universidad Torcuato Di Tella

Desde el plano industrial, Acevedo comentó que en la provincia de Córdoba (Argentina) ya se fabrican lavarropas conectados a teléfonos celulares, en una industria 4.0 que incluye internet de las cosas (IOT, por sus siglas en inglés). “Es una verdadera revolución de información, tanto para el consumidor como para el fabricante que conoce cada vez mejor cuáles son las necesidades del mercado”, dijo y se mostró proclive a apostar por la educación. “Necesitamos más y mejores ingenieros para conducir este proceso tecnológico”, dijo.

La publicación Robotlución cuenta además con la contribución de autoridades de la talla del Premio Nobel Robert Aumann, Carl Frey y Danil Susskind (Oxford), Alan Krueguer (Princeton), Dani Rodrik (Harvard), John van Reenen (MIT), Arun Sundararajan (New York University), José Manuel Salazar-Xirinachs (Organización Internacional del Trabajo), Anders Samuelsen (Canciller de Dinamarca) y Manuel Blum (Carnegie Mellon University), entre otros expertos internacionales.

Entre las principales conclusiones se destacan las siguientes:

. Afinar las métricas: es necesario construir mejores métricas para monitorear el impacto de la innovación en el empleo, ya que las diferencias en los cálculos actuales van desde un promedio de 5% hasta un 47% de riesgo de automatización según el método utilizado. Una evaluación de impacto implica también considerar la creación indirecta de nuevos empleos.

. Identificación granular: el análisis de la probabilidad de automatización del empleo difiere en cada país, sector y características poblacionales. Por ejemplo, para el sector agrícola en Uruguay el riesgo sube a 82%, siendo mayor para las personas con menor nivel educativo, los más jóvenes y en el género masculino; las personas 15 a 30 años son las más afectadas. En Argentina, sube a 76% para el sector transporte.

. Concentración: Suecia y Alemania son los países europeos con más robots por obrero industrial (más de 2 por cada 100 obreros), aunque detrás de Corea y Japón. En la región, México y Brasil lideran la incorporación de robots, aunque aún lejos de los países más desarrollados (entre 1 y 2 robots cada 1000 obreros).

. Comercio 4.0: las exportaciones bilaterales en el sector automotriz crecen 2% por cada 10% de incremento en la dotación de robots a pesar de los incentivos a la relocalización de empresas. En tanto que la brecha tecnológica entre países que firman un acuerdo comercial con cláusulas de transferencia de tecnología y cooperación científico-productiva puede reducirse hasta 15%.

 

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El Instituto para la Integración de América Latina y el Caribe (INTAL), del Departamento de Integración y Comercio del BID, realiza con esta publicación un aporte para la construcción de una agenda regional que busque monitorear el impacto de las nuevas tecnologías en el empleo, la producción y el comercio, y adoptar las medidas necesarias para mitigar los impactos adversos de la revolución tecnológica así como potenciar las nuevas ventajas que se presentan.