Por: Mariana Pernas

En los próximos cuatro años, la adopción de Internet de las Cosas en el sector de gestión de flotas y fletes se duplicará en la región.

La convergente multiplicidad de dispositivos, sistemas de comunicación, tecnologías e información conocida como Internet de las Cosas (IoT) desembarcó en el sector de logística para integrar procesos, agregar inteligencia y simplificar la cadena de valor. Hacia el año 2020, la consultora IDC proyecta que en el mundo habrá 10.000 millones de objetos conectados. Sin embargo, el impacto de esta tecnología sobre los flujos de comercio internacional y las cadenas globales de valor aún es incipiente.

Definida como una red de objetos, máquinas y personas conectados para intercambiar datos entre aplicaciones y servicios, IoT permite integrar los procesos de producción, circulación y consumo de los objetos con los flujos de datos digitales que generan. Esta información crece en forma exponencial y puede ser aprovechada en distintos sectores de la economía con técnicas estadísticas avanzadas.

La logística y el transporte tienen un gran espacio para capitalizar estas innovaciones. Es que la posibilidad de comunicar, en tiempo real, a una flota de carga, dispositivos móviles, bienes y depósitos de almacenamiento es una etapa clave del ensamble productivo que propone la Industria 4.0. Según una investigación de las empresas DHL y Cisco, que indagó sobre el impacto de IoT en logística, esta tecnología “promete rentabilidad de largo alcance para los operadores logísticos, sus clientes y consumidores finales. Estos beneficios se extienden a lo largo de toda la cadena logística, incluyendo las operaciones de almacenamiento, el transporte de carga y la distribución de última milla. Impacta en la eficiencia operacional, la seguridad, experiencia del cliente y nuevos modelos de negocios”.

La aplicación de IoT permite “monitorear el estado de los activos, paquetes y gente en tiempo real a través de la cadena de valor”, consigna el estudio.  También, posibilita medir cómo estos activos se están desempeñando, “automatizar los procesos de negocios para eliminar las intervenciones manuales, mejorar la calidad y la predictibilidad, y disminuir costos”. Otro beneficio de IoT -subraya el informe de DHL y Cisco- es la “optimización de cómo la gente, los sistemas y los bienes trabajan juntos y coordinan sus actividades, y aplicar analíticas en la cadena de valor para identificar oportunidades de mejora”.

Innovación que se duplica

A nivel global, el mercado de IoT en el sector de manufactura tiene un valor de US$ 143.000 millones, y se proyecta que crezca un 53% entre 2017 y 2021, consigna la consultora IDC. “En el segmento de gestión de flotas y fletes este volumen alcanza a US$ 59.000 millones, con un crecimiento estimado del 50% entre 2017 y 2021”, explica Diego Anesini, director de Soluciones Empresariales de IDC Latinoamérica.  En la región, en tanto, el mercado de IoT en la industria manufacturera representan US$ 1.200 millones, una cifra que se triplicará en los próximos cuatro años. Con mayor madurez y trayectoria, el sector de gestión de flotas y fletes concentra un valor de US$ 2.700 millones que, según IDC, se duplicará entre 2017 y 2021.

Las industrias con mayor uso de IoT en América Latina son la de transporte y fletes, con un 19% del mercado, seguido por la de energía (19%). Con menor penetración, le siguen manufactura (7,4%), salud (7,4%) y seguridad pública (5,3%). “En el caso de transporte y fletes, se aplica principalmente para seguimiento de contenedores; control de calidad de la carga, control de temperatura, seguridad de la carga y monitoreo de funcionamiento del vehículo”, explica Anesini.

Las empresas están orientando sus presupuestos a IoT. De acuerdo con una encuesta de PwC, realizada en 2017 sobre una muestra de 2.216 CEOs y gerentes de Sistemas a nivel global, estas soluciones encabezan las estrategias de tecnología corporativa. El 73% invierte en proyectos de IoT, mientras que un 63% afirmó que también se inclinará por esta tecnología en los próximos tres años. La apuesta por IoT está por delante de aplicaciones como inteligencia artificial, robótica, impresión 3D, realidad aumentada, realidad virtual, drones y blockchain. Los ejecutivos encuestados por PwC también consideraron que en los próximos cinco años será la tecnología más disruptiva para la industria y los modelos de negocios.

En esa misma línea, según una encuesta de CapGemini realizada sobre 1.000 directivos del área manufactura, el 43% aseguró tener en marcha una iniciativa de ‘fabrica inteligente’, mientras que el 33% ya ha formulado una estrategia de este tipo, pero todavía no la puso en práctica. Los sectores de manufactura industrial, aeroespacial y defensa, automotriz y transporte son los más avanzando en la implementación de estos de proyectos Para ellos, los beneficios en productividad y calidad oscilaron entre el 15% y el 20%.

“Con el uso de IoT, las empresas que son parte de una cadena de abastecimiento buscan mejorar sus procesos, ya sea la producción, el almacenamiento o la distribución en el punto de venta. Pero a la vez, este tipo de tecnologías tan disruptivas, si están bien aplicadas, proveen mucha información que permite interpretar el comportamiento de clientes para a poder transformar los modelos negocios y explotar un nuevo mercado”, sostiene Diego Taich, director de PwC Argentina. “Varias cadenas de valor, como la farmacéutica, electrónica y de energía son susceptibles de adoptar esta tecnología”, completa.

El ritmo de la transformación de las cadenas de valor, sin embargo, todavía es más lento y conservador de lo que la tecnología evoluciona y habilita realizar, advierte Taich. Es que, a su entender, “los cambios son mirados con mucha cautela”. Y agrega que “este potencial transformador de IoT pasa por mejorar los niveles de eficiencia, optimización, integración y, también, acortar la cadena de valor”.

Al momento de implementar esta tecnología, las empresas deben tener una visión global de su impacto en el resto de la cadena de valor, indica el ejecutivo de PwC. “Es positivo alinear los propios objetivos de la compañía a los del resto de los integrantes de la cadena, y tener en cuenta que lo que hoy implementan en el futuro pueda servir y ser compatible con lo que adopten socios y proveedores”, afirma Taich. “Es clave tener una visión integral, que agrega valor al resto de los actores.”

Estándares para crecer

¿Cómo se vinculan las cadenas globales de valor con la economía digital y las aplicaciones IoT en la producción? La convergencia de la globalización y las nuevas tecnologías -como IoT, big data, impresión 3d, inteligencia artificial y robótica entre otras-, marcarán, en gran medida, las perspectivas de las exportaciones de manufactura en el futuro. “Las tecnologías emergentes y sus crecientes tasas de adopción están transformando los procesos de manufactura, y están siendo implementadas en una configuración global que está evolucionando”, define el libro “¿Problemas en la fabricación? El futuro del desarrollo liderado por la manufactura”, editado por el Banco Mundial en septiembre de 2017.

De acuerdo con el documento – elaborado por Mary Hallward Driemeier y Gaurav Nayyar-, la tecnología de IoT (que incluye big data y computación en la nube) tiene dos impactos simultáneos en el comercio internacional: tienden a reforzar y, a la vez, acortar las cadenas globales de valor (CGV). En el primer caso, “pueden reducir los costos de coordinación de una producción que está fragmentada globalmente haciendo más simple el seguimiento y monitoreo de los componentes a medidas que estos se mueve a través de la cadena de abastecimiento (…) Últimamente, el análisis de grandes, veloces y variados flujos de ‘big data’ han recibido mucha atención, ya que pueden permitir a las empresas que están en las CGV a optimizar una distribución compleja, la logística y las redes de producción”.

Pero al mismo tiempo, “la mayor digitalización a través de IoT podría acortar las cadenas de valor en el futuro, desplazando la producción si resulta más eficiente reagrupar actividades en ‘fábricas inteligentes’”, apunta el documento del Banco Mundial. El uso de IoT en este tipo de plantas -agrega el informe- sirve “no sólo para automatizar la producción, sino también para comunicar y compartir información para optimizar toda la cadena de valor”.

Pero lo cierto es que la mayor digitalización a través de las soluciones de IoT enfatizan, una vez más, “la creciente importancia de los servicios en los procesos más amplios de manufactura”.

El documento “Internet de las Cosas. Dimensionando los beneficios y afrontando los desafíos”, desarrollado en 2016 por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), alerta sobre la necesidad de favorecer la competencia y el ingreso de nuevos jugadores en el terreno digital mediante la promoción del uso de estándares técnicos globales y aplicaciones abiertas.  “Los estándares de IoT son considerados particularmente positivos cuando ofrecen, en oposición a las soluciones propietarias, efectos positivos en cuanto a la implementación a gran escala y mejoras de seguridad”, expresa el reporte. Y agrega que los estándares globales y voluntarios definidos por los consorcios de la industria y organizaciones técnicas especializadas “juegan un rol clave” en el desarrollo y la interoperabilidad del ecosistema IoT.

El trabajo sobre los estándares de IoT involucra a los actores de la industria de hardware, software, cloud computing, servicios de comunicaciones y desarrolladores de aplicaciones específicas, a lo largo de diferentes mercados, como salud, transporte, industria y logística, entre otros.

“La interoperabilidad es esencial para estimular la emergencia de nuevos sistemas, fomentar la innovación y reforzar la competitividad -resume el documento de la OCDE-. Los esfuerzos de estandarización, por ejemplo, pueden también reducir los costos de producir módulos electrónicos para IoT.”