Por: Jesica De Angelis

El Monitor de Comercio e Integración alerta sobre la pérdida de mercados de la región derivada de una débil competitividad

El 15 de noviembre se presentó la más reciente edición del  Monitor de Comercio e Integración, un informe elaborado por el Sector de Integración y Comercio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y su Instituto para la Integración de América Latina y el Caribe (INTAL) con los datos disponibles en el Sistema de Información sobre Integración y Comercio.

La presentación, a cargo de Paolo Giordano y Alejandro Ramos Martinez, abordó la coyuntura del comercio, así como dos temas estratégicos: el efecto de la competitividad sobre la participación de la región en el mercado mundial y las oportunidades del comercio electrónico. El reporte fue comentado por dos expertos, Álvaro Ons, Secretario de Transformación Productiva y Competitividad del Uruguay, y Ricardo Rozemberg, Economista Jefe del Centro IDEAS de la Universidad de San Martín.

Las buenas noticias de la coyuntura

El comercio de América Latina y el Caribe entró en una coyuntura de recuperación, luego de un periodo de retracción que duró casi cuatro años encuadrada en un régimen de bajo crecimiento del comercio mundial y de presiones deflacionarias que han afectado a muchos productos básicos.

A principios de 2017 se afirmó un repunte de las ventas externas regionales de bienes, un tanto más marcado que el del comercio mundial y explicado en buena medida por la dinámica favorable de los precios y, en menor medida, por de los volúmenes exportados. La intensidad de esa recuperación se ha ido aminorando en el curso del año. Las exportaciones de servicios ya venían mostrando una recuperación previamente y, en los primeros tres meses de 2017 registraron una notable expansión, principalmente gracias al turismo.

Los matices

Al tratarse de una recuperación muy determinada por la evolución favorable de los precios de algunos productos básicos se comprende que haya estado impulsada principalmente por los países exportadores de energía y por Brasil, gran exportador de mineral de hierro y cuya demanda tuvo un gran impulso de China en la primera parte del año. El segundo matiz se observa al focalizar en los volúmenes del comercio, cuya dinámica ha sido mucho más atenuada que la de los precios. Más aún, en la primera parte de 2017, en realidad el volumen exportado por la región se estancó, luego de un crecimiento significativo en la segunda mitad de 2016.

Un tercer punto a tener en cuenta surge del análisis de los flujos de exportaciones globales medidos a precios constantes. La matriz de crecimiento del comercio global por origen y destino (Cuadro) muestra que el incremento interanual global del volumen del comercio en el primer semestre de 2017 alcanzó 4,1%. Esta tasa resulta de variaciones muy diferentes por regiones, siendo Asia aquella de mayor dinamismo. En efecto, las importaciones desde ese origen crecieron 8,1% en ese periodo, y sus exportaciones 6,8%, claramente por encima de la media. Las cifras respectivas para ALC son 2,8% y 3,0%, esta última particularmente importante para redimensionar la escala de la recuperación de las exportaciones regionales. Es decir, la reactivación del comercio global está siendo impulsada en gran medida por Asia, mientras que las ventas reales de ALC están creciendo por debajo de la media. No solo eso. Cuando se examina el dinamismo de las importaciones asiáticas, resulta que las compras en ALC han sido las de menor crecimiento: 4,6%, contra el mencionado promedio de 8,1%, pero también por debajo de todas demás regiones en consideración.

 

 

 

CUADRO:

Dos conclusiones principales respecto a la coyuntura:

  1. Estamos frente a un comercio mundial en el cual el superciclo de precio de los productos básicos ha quedado atrás y atravesamos una “nueva normalidad” en la cual el impulso del intercambio es menos intenso que en el auge previo. De allí que haya que preguntarse acerca de los motores de las exportaciones de ALC.
  2. Por el momento, ALC parece estar alejada de los principales polos dinámicos del comercio mundial, un dato que motiva preguntarse qué tanto de esto se explica por el factor competitividad.

 

El mediano plazo y la competitividad

Cabe constatar, en primer lugar, que el volumen del comercio mundial está creciendo a tasas menores que las imperantes antes de la crisis financiera de 2008-2009. En el caso de ALC, y según se desprende del Monitor de 2016, esta ralentización no ha sido tan severa como en otras regiones. Ello se debe a que, al medir el comercio a precios constantes, lo que se observa es que las exportaciones de la región se encuentran en una trayectoria lineal desde principios del milenio, la cual no sufrió mucho después de la crisis, pero de hecho era menos intensa que la del promedio mundial. Entonces, si las exportaciones de la región vienen creciendo menos rápidamente que el comercio mundial hace mucho tiempo, ¿qué factores se encuentran detrás de ello?

El Monitor 2017 aborda el tema con indicadores centrados en la cuota de ALC en el comercio mundial. La primera comparación sencilla que podemos hacer para ver cómo le fue a ALC en el quinquenio postcrisis (2010-2015) es ver cuánto creció en relación con lo que creció el comercio mundial. En ese periodo, el crecimiento de las exportaciones de la región fue 2,5% punta a punta, una cifra muy baja, e inferior a lo que creció el comercio mundial que se expandió 4,1%. Ese diferencial de tasa implica necesariamente que ALC perdió participación en el mercado mundial en ese periodo (Gráfico).

GRÁFICO:

Sin embargo, es necesario hacer una segunda comparación en la cual se tome en cuenta no el crecimiento global del comercio, sino la variación de aquellos productos en los que efectivamente la región tiene exportaciones, tal y como fueron demandado en los mercados en los que los países de ALC efectúan realmente exportaciones. Cuando se hacen estos ajustes, se observa que la demanda que enfrentó realmente ALC en ese quinquenio creció un poco por encima de la demanda global: 4,4% vs. 4,1%. Con este dato, podemos ver que la región logró aumentar sus exportaciones, solo 2,5%, es decir, tuvo un “bache de oferta” de 1,9%. La oferta exportadora regional no creció al ritmo de su demanda. Esto lo que revela es la incidencia negativa del factor competitividad, en el cual se concentran múltiples causas que impidieron colocar los productos de la canasta exportadora en los mercados respectivos al ritmo que crecía su demanda. La brecha de competitividad puede incorporar elementos tan diversos como restricciones para acceder a los mercados, insuficiencia de oferta por reducción en la capacidad productiva (por ejemplo, el agotamiento de un yacimiento mineral) o porque su sistema científico-tecnológico tiene escasa capacidad de generar innovaciones, entre otras.

El Monitor desagrega el “efecto competitividad” en distintas formas, encontrando que, a nivel regional:

  • Se observó un aumento en la competitividad únicamente en productos primarios agropecuarios.
  • La pérdida de competitividad fue mayor en manufacturas industriales.
  • Hubo un patrón generalizado de baja competitividad en los sectores de mayor valor agregado.
  • El mercado intrarregional fue el que más restó del crecimiento de las exportaciones.
  • Al excluir a México, el efecto de pérdida de competitividad es mucho mayor, ya que este país ganó espacio de mercado y competitividad.
  • Los exportadores agropecuarios fueron los que más perdieron competitividad en el mercado regional.
  • Excluyendo a México, la región cedió mercados en forma generalizada.
  • ALC perdió -1,5% de cuota en el comercio global, esto significó US$ 14,3 mil millones o 1,6% de exportaciones totales 2015.
  • ALC, excluyendo a México perdió 14,8% de cuota global, lo que implicó US$ 92,2 mil millones o 17,4% de exportaciones totales 2015.

El comercio electrónico

En este contexto de pérdida de competitividad y espacio en el mercado global, el comercio digital se presenta como una oportunidad. Sin embargo, se observa que, el comercio electrónico es aun marginal para ALC (su participación está muy por debajo de la importancia de la región en el comercio global) pero tiene un patrón muy dinámico: en 2015, las ventas en el segmento B2C (empresa-consumidor) crecieron 24% con respecto al año anterior.

Para aprovechar las potencialidades de este tipo de comercio, hay un conjunto de retos que tiene la región para expandir este mercado. En primer lugar, el Monitor releva insuficiencias de las condiciones previas para desarrollar el comercio electrónico (banda ancha, pagos electrónicos, etc.). En segundo, también estima la brecha en términos regulatorios. En este último sentido, se comparan los acuerdos de la región con las disposiciones del Tratado Transpacífico (TPP) para determinar la brecha regulatoria existente. Se observa que:

  • 70% de ACP contiene por lo menos una disposición sobre e-commerce; 52% un capítulo separado.
  • 85% de ACP extrarregionales tiene disposiciones de e-commerce; 56% de los acuerdos intrarregionales.
  • Existen solo 3,4 disposiciones por acuerdo (30% del TPP).
  • En cuanto al tipo de disposiciones, los compromisos de facilitación del comercio electrónico son los más frecuentes, la protección de los usuarios se omite en la mayoría de los acuerdos.
  • Los compromisos efectivamente asumidos corresponden sólo a 13% de los potenciales.
  • La brecha es un tanto menor si se consideran los acuerdos extrarregionales.
  • Los compromisos en los acuerdos ALC-EE.UU. tienen mayor profundidad que los firmados con la UE.
  • Los países de la Alianza del Pacífico adoptaron el mayor número de compromisos.
  • La regulación en el MERCOSUR se estableció por resoluciones internas.
  • Centroamérica y el Caribe asumieron compromisos a través de negociaciones extrarregionales.

Los comentaristas apuntaron una serie de elementos para entender los desafíos futuros de la región a la luz de los expuesto por el Monitor. Ricardo Rozemberg señala el poco dinamismo inversor de la región en los últimos años como un factor central de debilidad y en la pérdida de competitividad. Para ser competitivos, en primer lugar, hay que tener una inversión dinámica, y la región no la ha tenido. A esto se pueden haber sumado las presiones a la apreciación cambiaria en varios países. Esto deja una pregunta para la reflexión: ¿por qué no pudimos pasar a ofrecer productos más complejos en un mundo donde la seguridad alimentaria vuelve a ser importante?

Álvaro Ons alertó sobre la importancia estratégica de una política pública adecuada para crecer en competitividad y sobre la necesidad de tener en cuenta que la competitividad radica en la empresa. También llamó la atención sobre los desafíos de largo plazo, como el fortalecimiento de la educación en tempranas edades, en especial cómo formar los recursos humanos para adaptarse a las nuevas tecnologías; esto no puede hacerse con los programas educativos del siglo XX. Por último, no tener acuerdos regionales va a empezar a ser una traba en el futuro, va a empezar a explicar una parte creciente de la brecha con la demanda.

 

Paolo Giordano, Economista Principal, INT

Alvaro Ons, Secretario de Transformación Productiva – Uruguay