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La actualización de las “Estimaciones de las tendencias comerciales de América Latina” revela que la estabilización de los precios de los productos básicos y la expansión de los volúmenes exportados han dado paso a una leve mejora en el desempeño comercial de la región.
La ralentización de la contracción de las exportaciones, cuya sostenibilidad es aún incierta, se debe principalmente a las cotizaciones de los principales productos básicos exportados por América Latina que parecerían haber alcanzado un piso en enero de 2016 y han registrado un leve incremento en los últimos meses.
La contracción de las exportaciones se desaceleró en América del Sur, a raíz de la reversión de la tendencia en Argentina, el único país sudamericano que registró un crecimiento de las exportaciones, y del menor ritmo de caída de las ventas externas de Brasil, Chile y Perú, y en menor medida de Paraguay y Uruguay. En Bolivia, Colombia, Ecuador y Venezuela, economías con exportaciones más concentradas en hidrocarburos, se continúan observando las mayores contracciones de la región.
Por su parte, contrariamente a las expectativas, se agudizó la caída de los envíos de México y de algunos países de Centroamérica como El Salvador, Guatemala y Honduras. Nicaragua, Panamá y República Dominicana mostraron una leve desaceleración, mientras que Costa Rica logró revertir la evolución de las exportaciones y registró una expansión.
El informe producido por el Sector de Integración y Comercio del BID incluye datos detallados para 18 países latinoamericanos.
En la actual coyuntura, la contracción de las exportaciones se debe principalmente a la retracción de la demanda de los Estados Unidos y de la propia región. La caída de la demanda intrarregional afecta marcadamente las economías sudamericanas, a su vez que la falta de transmisión del crecimiento de los Estados Unidos por el canal comercial perjudica las perspectivas de México y Centroamérica.
El informe concluye que los riesgos para el crecimiento de las exportaciones de la región siguen tendiendo a la baja y que las perspectivas de reversión de esta tendencia negativa se asocian con un escenario de estabilización y eventual mejoría de las cotizaciones de los productos básicos, así como con una aceleración de la demanda externa en los Estados Unidos y China.