Intal-BID presentó la investigación “Compás Millennial. La generación Y en la era de la integración 4.0”. Qué piensan los jóvenes argentinos de la tecnología, el futuro del empleo y los vínculos comerciales con América Latina.

Bajo la premisa de generar conocimiento y contribuir al análisis sobre el futuro del empleo, el cambio tecnológico y la integración regional, el Intal-BID desarrolló la investigación “Compás Millennial. La generación Y en la era de la integración 4.0”, cuyos resultados fueron presentados el 5 de julio en Buenos Aires.

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La encuesta, realizada por la consultora Voices! y el Intal-BID, abordó la situación laboral y educativa, los valores, las expectativas, la visión sobre América latina y la integración regional, el consumo de tecnología y las habilidades de los jóvenes en la Argentina. Fue realizada en base a 600 encuestas domiciliarias a personas de entre 18 y 34 años de distintos niveles socioeconómicos que habitan en los principales centros urbanos del país. Esta metodología fue complementada con la realización de focus groups y entrevistas en profundidad.

“América Latina tiene un desafío de equidad social para analizar esta problemática; si los robots van a destruir, crear o reemplazar empleo en una nuestra región no es una pregunta menor: América Latina es la región más desigual del mundo, por lo cual se requiere un cambio de estrategia en esta problemática. Se requiere comenzar a discutir un nuevo contrato social tecnológico, que oriente las tecnologías en un sentido social y que diversifique la matriz exportadora de esta región. En la actualidad, la matriz productiva está altamente concentrada en una serie de trabajos que corren el riesgo de ser automatizados en el futuro cercano”, dijo Gustavo Béliz, director del Intal-BID durante la apertura del evento.

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Posteriormente, Ana Inés Basco, especialista en Integración del Intal-BID, y Marita Carballo, directora de Voices!, presentaron los principales hallazgos y conclusiones de la investigación.

Según el estudio, el 64% de los Millennial quiere fomentar la integración comercial con América Latina. Sin distinción ideológica, los jóvenes tienen una elevada imagen positiva de América Latina, e incluso manifiestan un fuerte apoyo a que el Gobierno promueva las relaciones de integración comercial con la región. “Pero creen que es preciso hacerlo con límites sociales: las políticas de importación de bienes y servicios, así como las de inmigración, deben implementarse teniendo en cuenta el cuidado del empleo local”, advirtió Basco. Además, en una escala de 1 a 10 -donde 1 es “completamente en desacuerdo” y 10 “completamente de acuerdo”-, los Millennial se colocaron en un valor promedio del 7,2 a favor de que el Gobierno promueva la integración comercial de la Argentina con América Latina.

América Latina es, también, la región del mundo que despierta la opinión más positiva, del 54%, entre los jóvenes entrevistados. Esta elevada imagen favorable se mantiene en todo el arco de posturas ideológicas.

En cuanto al uso de tecnología, si bien el 93% de los jóvenes tiene celular con acceso a Internet, el 54% no la emplea en su trabajo diario. La tecnología -en particular Internet, telefonía móvil y redes sociales- está fuertemente internalizada en los jóvenes de todos los segmentos socioeconómicos, que la usan principalmente como una herramienta de entretenimiento y socialización. “Pero se atenúa su aplicación en el ámbito laboral, la capacitación, el acceso a información y en el uso de e-commerce y de plataformas colaborativas, con excepción de los jóvenes de nivel socioeconómico alto”, sostuvo Basco.

Así, el cambio en los comportamientos de consumo hacia las nuevas propuestas online es todavía incipiente: las plataformas de comercio electrónico y economía colaborativa tienen un bajo nivel de uso entre los Millennial.

Sólo el 25% de los jóvenes encuestados ha recurrido a alguna plataforma de e-commerce para comprar y vender productos o servicios en el último mes. Lideran esta tendencia los hombres de nivel socioeconómico alto y los residentes en CABA (que representan el 40% de quienes realizan esta actividad). En segundo término, se ubican quienes residen en GBA (25%) y, en tercer lugar, los que viven en el Interior del país (14,8%).

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En cuanto a las nuevas formas de consumo colaborativo, apenas un 10% declaró estar dispuesto a cambiar sus hábitos de consumo, comprando menos y alquilando más (por ejemplo, alquilar la ropa o un auto, en lugar de comprarlos). “El concepto de propiedad privada sigue muy arraigado en esta generación”, dijo la especialista del Intal-BID.

Otro rasgo de los Millennial argentinos es la desconfianza frente al cambio exponencial y las instituciones. Por ejemplo, sólo un 25% está dispuesto a adoptar las nuevas tecnologías. “A futuro, los Millennial tienen una actitud de cautela frente a la posibilidad de andar en un vehículo sin conductor, ser operados por un médico a distancia o por un robot, o comer carne creada artificialmente –precisó Basco-. También, son reticentes a adoptar otros hábitos, como pagar las cuentas por Internet, pagar con tarjeta de crédito o votar a través de una computadora.”

Los encuestados tienen una visión optimista sobre su futuro personal: 7 de cada 10 creen que gozarán de una mejor vida que sus padres. “A pesar de que admiten que la tecnología y la robótica pueden reemplazar puestos de trabajo, los jóvenes tienen altos niveles de optimismo, autoestima y confianza personal. Creen que el mañana será mejor.”

Como conclusión, para Basco, “los jóvenes de la argentina aún no se han subido a esta nueva de transformación productiva”. Y agregó: “El desafío es ayudarlos, sin descuidar la equidad social y la brecha de género”.

Marita Carballo, por su parte, destacó que el estudio del Intal-BID es representativo de toda la población. La directora de Voices! reveló que “7 de cada jóvenes 10 trabajan”. Y agregó: “Lo que buscan en un empleo es combinar el trabajo formal con cierta flexibilidad y autónoma; es decir, quieren las adecuadas condiciones de contratación, un buen sueldo, seguridad social y obra social, junto con criterios de independencia que otorguen un buen balance entre la vida personal y la laboral”. En cuanto a la automatización del mercado laboral, “si bien hay una idea muy generalizada de que los robots van a realizar gran parte del trabajo que hacen las personas, sólo un 25% tiene temor de que su puesto sea reemplazado en el futuro”.

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El teléfono celular es el dispositivo más utilizado. “El 93% de los Millennial tiene un teléfono con acceso a Internet; y, en promedio, pasan cuatro horas por día chateando y 3 horas diarias navegando en la Web. ¿Para que usan Internet? Constituye un rol socializador: la usan para conectarse con sus amigos y familiares. En menor medida, lo hacen para estudiar o para trabajar”, destacó Carballo. “Pero prefieren el mundo off-line y las relaciones cara a cara”, completó. La red social más usada es Facebook, en el 97% de los casos, seguida por YouTube (63%), Instagram (49%) y Google+ (45%).

“La mayoría piensa que la salud y la educación van a ser los dos aspectos más favorecidos por la ciencia y la innovación tecnológica, pero le tienen menos fe a su contribución en la reducción de desigualdades y en la mejora de la seguridad de los ciudadanos”, consideró Carballo.

“Los Millennial son un grupo heterogéneo, hay muchas diferencias entre ellos -concluyó la directora de Voices!-. Para entenderlos y para diseñar políticas es necesario mirarlos a todos. Esta generación de jóvenes, que es el futuro del país, confía mucho en sí misma, en sus propias capacidades, y cree que va a tener mejor calidad de vida que sus padres. Esto se da tanto en los sectores socioeconómicos altos como en los bajos. Su actitud hacia el futuro es optimista.”

Debate

Luego de la presentación de los principales resultados de la encuesta, en una charla coordinada por Béliz, Laura Briano, Human Resources Service Delivery Lead para América Latina de la empresa argentina de tecnología Accenture, y Andrei Vazhnov, director Académico de Instituto Baikal, brindaron su perspectiva sobre el lugar que ocupa la región en el desarrollo de servicios globales de tecnología y las capacidades que deben tener sus habitantes para insertarse en esa industria.

“América Latina se está posicionando muy fuerte en el mundo como una región de talento tecnológico.  Hay distintas variables que contribuyen a esto; por ejemplo, la ubicación geográfica en una zona horaria que la posiciona para proveer servicios a Estados Unidos y Europa occidental”, argumentó Briano. “La Argentina, en particular, tiene un nivel educativo muy alto y universidades de buena calidad, por lo cual el talento de nuestro país es muy reconocido. Otra característica que ayuda a poder trabajar con el exterior es que el dominio del idioma inglés está bastante difundido y que, al tener mucha población inmigrante, se encuentran personas que tienen un segundo o tercer idioma, como portugués, mandarín, alemán o francés. Además, nuestra historia nos ha marcado para trabajar muy bien en zonas grises y de manera desestructurada, con una flexibilidad que es muy valorada”, expresó la ejecutiva. “En Accenture creemos que la Argentina es un centro muy importante de desarrollo de nuevas tecnologías, de provisión de servicios de alto valor agregado a un costo razonable.”

En cuanto a las habilidades que deben desarrollar los jóvenes, Briano destacó “la agilidad y rapidez para aprender, porque la realidad es que todo lo que aprendemos y sabemos hoy quizá en diez años ya no sirva”. Y agregó: “Esa plasticidad o flexibilidad para aprender cosas nuevas es sumamente importante”.

“En la era de la robotización se le va a dar mucho valor a la capacidad relacionarse”, afirmó, por su parte, Vazhnov. Y aludió al concepto de “trabajador auto programable”, que se refiere a aquellas personas que tienen la capacidad y el entrenamiento actitudinal para poder aprender permanentemente y de manera autónoma. “Es una habilidad clave y que agrega valor, pero actualmente muy pocos la tienen”, admitió.

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Vazhnov también expuso acerca de los desafíos del país para diversificar su matriz productiva. De acuerdo con el especialista, las políticas públicas, que deben enfocarse en un plazo de diez a veinte años, deberían orientarse a “fortalecer de las bases de las ventajas competitivas”. En el caso de la Argentina, “se debería incorporar tecnología a la agricultura y los recursos naturales en mayor medida”, sostuvo. Y agregó que la exportación de servicios de software, incluyendo tecnologías de Inteligencia Artificial, Realidad Virtual o Robótica, y las actividades vinculadas con la producción de entretenimiento son otros posibles ejes de diversificación económica. “Es preciso entender que la tecnología hoy se extiende a todos los sectores”, advirtió.