Por: Ana Inés Basco

La reciente publicación del INTAL Compás Millennial, investiga en profundidad las opiniones y habilidades de los jóvenes argentinos entre 18 y 34 años con relación al empleo, las nuevas tecnologías, la región y el futuro. Este artículo presenta las principales conclusiones asociadas a la integración regional y el comercio del estudio.

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América Latina es la región que despierta la opinión claramente más favorable entre los jóvenes entrevistados, alcanzando el 54% de percepción positiva. El índice alcanza al 58% de la población de ingresos altos y medio altos, y al 50% de los estratos de ingresos bajos. La visión sobre otras regiones y países es la siguiente: Europa (47% de opiniones favorables), China (36%), Estados Unidos (31%) y Rusia (25%) (ver figura 40).

Esta perspectiva se replica cuando se indaga entre los Millennials sobre los vínculos con el exterior que debería fomentar la Argentina. Respecto a las regiones y países con las cuales el Gobierno debería promover la integración, nuevamente América Latina lidera el ranking con el 64% de opiniones favorables. En segundo término, se destaca Europa (49%), seguida por China (39%) y Estados Unidos (37%). Rusia, se coloca última en el ranking con un 30% de imagen positiva (ver figura 1).

Entre los Millennials argentinos, es interesante observar como la alta y generalizada imagen positiva que cosecha América Latina se confirma a lo largo de todo el espectro ideológico: centro-izquierda (81% de casos a favor), centro (65%), izquierda (57%), centro-derecha (52%) y derecha (52%). Una valoración todavía mayor tiene las visiones favorables hacia la adopción de políticas de integración con la región, que se distribuyen de la siguiente manera entre quienes se identifican con ideas de centro-izquierda (89%), centro-derecha (77%), centro (73%), derecha (61%) e izquierda (59%)

 

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La Argentina tiene una extensa historia relacionada con acuerdos de integración bilateral, regional y multilateral. Los antecedentes se remontan a 1947, cuando el país fue parte contratante del GATT (Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio, según su sigla en inglés). En 1995, la Organización Mundial del Comercio -de la cual la Argentina es miembro fundador- expandió su espectro desde el comercio de bienes hasta el de servicios y los derechos de la propiedad intelectual. Otro hito en la integración del país es la fundación del Mercosur junto a Brasil, Paraguay y Uruguay en 1991. El Mercosur, precisamente, es el ámbito natural a partir del cual se enmarcan las negociaciones comerciales de Argentina con otros mercados. En ese marco, la Argentina forma parte de los Acuerdos de Complementación Económica (ACE) que el Mercosur ha suscripto con Chile (ACE N°35 de 1995), Bolivia (ACE N°36 de 1996), México (ACE N°54 de 2002) y Perú (ACE N°58 de 2005) y del Acuerdo de Libre Comercio con Israel (2007). En el ámbito extra-regional, la Argentina participa de los Acuerdos Comerciales Preferenciales que el Mercosur suscribió con India (2004) y la Unión Aduanera del África del Sur (2008).

Jóvenes sin fronteras

A pesar de este apoyo a la integración regional, los Millennials argentinos manifiestan algunos reparos asociados a cuestiones de empleo, lo cual queda evidenciado cuando se indaga acerca de la inmigración. 4 de cada 10 jóvenes consideran que el Gobierno debería permitir que personas de otros países trabajen en la Argentina sólo en la medida que haya trabajo disponible, y para un 32% es preciso establecer límites estrictos en cuanto al número de extranjeros que puedan ingresar al país. Un 8% se expresó a favor de prohibir que los extranjeros se instalen en la Argentina y solo un 21% tuvo una postura abierta a favor de permitir el ingreso “a todos los que quieren venir” (ver figura 2).

 

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Es notoria la diferencia que, sobre la relación entre inmigración y empleo, existe entre los distintos niveles socioeconómicos. Mientras que los estratos de nivel alto y medio alto tienden a mostrarse más favorables a recibir población migrante, los sectores más bajos lo hacen en menor medida (ver figura 3).  Estas visiones encontradas pueden explicarse por el impacto diferencial del desempleo, subempleo y la precarización laboral en los distintos sectores. En el país, el sub-empleo inestable afecta al 41% de la población de nivel socio económico muy bajo y sólo alcanza al 3,5% del sector medio y alto. La desocupación se distribuye de manera más homogénea, afectando al 14,3% de los sectores muy bajos y 6,4% de los niveles de altos ingresos. Pero el riesgo de desempleo es del 13,3% entre los niveles altos y sube de manera pronunciada al 47,7% en los sectores bajos.[1]

 

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Abiertos SI. Regulados mejor

 

La visión cautelosa asociada al empleo que sobre la inmigración tienen los Millennials se traslada a su concepción sobre el comercio de bienes y servicios: un 42% cree que el Gobierno debería regular la importación con el objetivo de resguardar la producción y el empleo local. El 60% restante se divide entre quienes proponen políticas más liberales (30%) y los que se ubican en posturas intermedias (otro 30%) entre ambos extremos (ver figura 4).

Al respecto, las opiniones de los Millennials se distribuyen de manera homogénea en los distintos niveles socioeconómicos. Aunque es importante destacar que los habitantes de CABA son quienes manifiestan una tendencia más propensa (40% de ellos) a permitir la libre circulación de productos y servicios importados. En contraste, el 26% de los residentes en GBA opina en este sentido y un 30,9% de los habitantes del Interior.

 

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La tendencia favorable a regular el ingreso de importaciones puede asociarse con el actual escenario del comercio internacional. A pesar de que las exportaciones de América Latina y el Caribe comenzaron el 2017 con una tasa de crecimiento interanual positiva, la región tuvo los últimos tres años una fase de recesión, de acuerdo con el informe “Estimaciones de las tendencias América Latina y el Caribe 2017”[2]. Según este estudio, los precios de las exportaciones de América Latina se contrajeron un 15% durante 2015, en lo que fue su peor performance desde que en 2008-2009 se desencadenó la crisis financiera internacional.

Web de bajo consumo

A pesar de la adopción generalizada de las nuevas tecnologías de comunicación y de la elevada penetración de Internet entre los Millennials, sus hábitos de consumo online son todavía incipientes. Las compras en Internet tienen un nivel relativamente bajo en esta franja de la población: durante el último mes, sólo un cuarto de los jóvenes encuestados ha recurrido a alguna plataforma de e-commerce para comprar y vender productos o servicios (ver figura 5). Un porcentaje aún más bajo, del 11,3%, dijo realizar frecuentemente alguna transacción de ese tipo en Internet

Se observan, en este punto, importantes diferencias de acuerdo con el nivel socioeconómico y el lugar de residencia.  Los sectores medios y altos declaran haber utilizado el e-commerce en mayor medida en el último mes. (Ver figura 5)

 

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Pese al relativo bajo uso de este tipo de plataformas, la mayoría de los encuestados (94%) -sin distinción de nivel socioeconómico o lugar de residencia- conoce Mercado Libre. Esta empresa les resulta más popular que otros servicios online más recientes en el país como Uber (50,6%) y Airbnb (6,2%)[3] (ver figura 6).

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En consecuencia, entre las personas que alguna vez utilizaron plataformas de e-commerce o de economía colaborativa, se destaca el sitio Mercado Libre, con el 54% de los casos. Una sensible menor proporción de uso tienen propuestas más recientes, como Uber (6,7%) y Airbnb (4,1%).

La conservadora adopción del comercio electrónico se vincula también con las preferencias de consumo a futuro: ante la pregunta sobre qué les resulta más cómodo y seguro en el futuro, si ir a comprar productos en negocios o comprar on line y que se los envíen a su casa, el 71% se inclinó por seguir yendo a los comercios y sólo un 15% estuvo claramente a favor de la modalidad de e-commerce. Al respecto, las diferencias según el nivel socioeconómico son marcadas: el 27,5% de los Millennials de sectores altos y medio-altos eligen las compras online, una proporción que baja al 16,8% en los niveles medios, y al 10,2% en estratos más bajos.

A pesar de la aún poca incidencia del comercio electrónico en los Millennials, en la Argentina, esta actividad viene experimentando una participación creciente en la economía. Durante 2016, este mercado facturó $ 102.700 millones, con una suba del 51% con respecto a 2015, de acuerdo con datos de la Cámara Argentina de Comercio Electrónico (CACE).

Estas fueron algunas de las principales conclusiones de esta investigación que buscó contribuir con el análisis y la conceptualización de los Millennials en Argentina, la cual permitió romper con algunos estereotipos o miradas reduccionistas de esta generación Se establece que son un grupo heterogéneo con habilidades, conocimientos, miradas y visiones de la región diferentes asociadas a los diferentes sectores socioeconómicos. Son además una generación para la cual, transversalmente, América Latina tienen una imagen muy positiva.

[1] Empleo, precariedad laboral y desigualdades estructurales en la argentina urbana (2010-2016). 2016. Buenos Aires: Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina.

[2] Giordano, Paolo, coord.; Michalczewsky, Kathia y Ramos Martínez, Alejandro. 2017. Estimaciones de las tendencias comerciales América Latina y el Caribe 2017. Washington: BID.

 [3] Es preciso mencionar que se trata de la plataforma de mayor antigüedad en el país, de modo que es de esperar que su desempeño sea más alto que el de las otras dos plataformas evaluadas.