La bioeconomía es un sector en constante crecimiento y que está atrayendo cada vez más atención entre académicos y hacedores de política. En base al desarrollo de productos y procesos basados en la biomasa; tiene el enorme potencial de abordar muchos de los mayores desafíos que enfrenta la economía global, asociados a la degradación ambiental y el cambio climático. Gracias a su abundante dotación de recursos inicial y a que son un reservorio de biodiversidad, los países de América Latina y el Caribe están bien posicionados para aprovechar las oportunidades de esta nueva actividad y son una plataforma mundial de producción de biomasa. Además, tienen una tradición de manejo de recursos naturales (RRNN) y un significativo desarrollo científico e institucional asociado a los mismos. Sin embargo, si comparamos los esfuerzos que está haciendo la región para el desarrollo de la bioeconomía con los esfuerzos que realizan otros países resulta evidente que su potencial puede ser desaprovechado.