La evolución de los términos de intercambio en América Latina.

La evolución de los términos de intercambio en América Latina

 

Desde 2003 hasta comienzos de la presente década, los países de América Latina (AL) que son exportadores netos de materias primas tuvieron una fuerte mejora en los términos de intercambio, con una interrupción en 2008-2009 derivada de la crisis internacional (Giordano y Ramos Martínez, 2015). Esta mejora fue un factor fundamental para el crecimiento de la región, ya que significó tanto un mayor poder de compra de las exportaciones como mayores recursos fiscales. Los países más favorecidos fueron los exportadores de combustibles y minerales y metales, mientras que los perjudicados fueron los de América Central, importadores de hidrocarburos. La caída en los términos de intercambio durante la crisis financiera internacional y los menores niveles de actividad desde 2011 en adelante, señala la necesidad de adoptar políticas de diversificación de las fuentes de crecimiento y mecanismos de estabilización que fomenten comportamientos fiscales prudentes en las épocas de auge y que ayuden a generar ahorros para los períodos difíciles.

A partir de 2003, se registró una fase de crecimiento en el ciclo de precios de las materias primas en los mercados internacionales. Ello impulsó la bonanza experimentada por América Latina, a través de una mejora significativa en los términos de intercambio (TOT, por sus siglas en inglés) para una parte de los países de la región, principalmente los que son exportadores netos de metales, minerales, hidrocarburos y materias primas agrícolas.

¿Por qué son importantes los términos de intercambio? Este indicador muestra la relación entre el precio de las exportaciones y el de las importaciones. Por lo tanto, una mejora en los términos de intercambio equivale a un mayor poder adquisitivo de las exportaciones. Es decir, por cada dólar de ventas externas se puede comprar una cantidad mayor de productos importados, como bienes de capital, y componentes e insumos para la inversión y la producción. En este sentido, una mejora en los términos de intercambio puede contribuir al desarrollo productivo de los países.

Mueve el año seleccionado en la visualización y averigua si los precios de las exportaciones e importaciones beneficiaron o perjudicaron a los países de la región. El año base del índice es 2015.

Entre 2003 y 2011, AL tuvo una mejora del 26% en sus TOT, con diferencias entre las subregiones. América del Sur fue la subregión con mayor suba en sus TOT. Dado que los combustibles fueron los productos básicos con el mayor aumento de precios, los países más beneficiados fueron los especializados en la exportación de combustibles y energía: Bolivia, Colombia, Ecuador y Venezuela. En la visualización central se observa que, en 2011, se alcanzó el máximo de los TOT para este grupo de países: eran 95% superiores a los de 2003. Para los países exportadores de minerales y metales, como Chile y Perú, los TOT eran 59% mayores en 2011 respecto de 2003. Las economías cuyas exportaciones se concentran en productos agropecuarios, como las fundadoras del Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay), experimentaron ganancias levemente menores y, en 2012, los TOT eran 32% mayores que en 2003. Por su parte, Centroamérica y México mantuvieron sus TOT por debajo de los valores de ese año. 

Luego de cuatro años de caída consecutiva, en 2015 los TOT de la región fueron 17% menores a los de 2011, alcanzando niveles cercanos a los de inicios del período (Giordano y Ramos Martínez, 2015). El deterioro de los TOT fue heterogéneo según el perfil de especialización comercial. Las mayores pérdidas se observaron en los países especializados en exportar combustibles y energía debido a la fuerte disminución de los precios del petróleo. En el resto de Sudamérica y México las caídas fueron algo más moderadas puesto que sus bienes de exportación sufrieron menores reducciones de precios. En Centroamérica, por su parte, se observó cierta estabilidad en el marco de la baja del precio del petróleo, un componente clave de la canasta importadora. 

En adelante, se observaron menores variaciones en los TOT de la región, con algunas excepciones. En 2017 se registró una importante mejora dado que los TOT crecieron en torno al 4% debido a comportamientos muy disímiles dentro de la región y principalmente de la mano de considerables alzas del indicador en los países exportadores de combustibles y energía o minerales y metales, el desempeño del resto fue modesto. En el marco de la pandemia, en 2020 se observaron TOT nuevamente en descenso, principalmente por la caída del indicador en los exportadores del petróleo, un producto afectado por la menor demanda global. En 2021, en el contexto de la recuperación pos pandemia de COVID-19, los precios de las exportaciones de la región crecieron respecto de 2020 más que los de las importaciones, impulsando positivamente los TOT, con excepción de México y Centroamérica. De todas formas, el nivel fue menor que el máximo de 2011-2012 que alcanzó el 13% (Giordano et. al, 2019, 2020, 2021, 2022). 

Durante 2022 se produjo una contracción de los TOT del orden del 7% como resultado de un incremento de los precios de las importaciones mayor al de las exportaciones. La excepción fueron las economías especializadas que registraron mejoras en la exportación de petróleo (Giordano, Campos, Michalczewsky, 2023).

Debe resaltarse que los países especializados en la exportación de bienes primarios sufrieron una mayor volatilidad de sus TOT que aquellos que venden al exterior otro tipo de mercancías. Dicha volatilidad incluso se observó durante los períodos de bonanza. 

No está claro cómo evolucionarán los TOT de la región en los próximos años, lo que dependerá de los movimientos de precios de los bienes que exporta, mientras que los de las importaciones tienden a ser más estables. En cualquier caso, si los TOT no recuperan los niveles de años previos o siguen una trayectoria descendente, las presiones en el frente externo serán más fuertes. Esto obligará a los países de AL a buscar un desempeño macroeconómico estable, promoviendo con mayor vigor la diversificación y mejora de la competitividad de sus estructuras productivas y exportadoras. Para cumplir este objetivo, se deberá avanzar en una mayor inversión en capital físico y humano, así como en actividades de innovación y en infraestructura. Además, se deberán adoptar políticas específicas tendientes a resolver fallas de mercado y de coordinación que puedan afectar los objetivos mencionados. No obstante, ello ocurrirá en un contexto de menor disponibilidad de recursos fiscales que en el pasado reciente.

Pero incluso si los TOT se recuperan, se hace evidente la necesidad de aprender del pasado y de la experiencia internacional, y de avanzar en la diversificación de las fuentes de crecimiento de las economías de la región, de modo de reducir su vulnerabilidad y elevar su potencial de desarrollo a largo plazo. Asimismo, ante la renovada evidencia de que los precios de los commodities son fluctuantes, resulta necesario pensar en mecanismos que permitan ahorrar para los tiempos difíciles y que ayuden a mantener comportamientos fiscales prudentes en las épocas de bonanza. Esto último, por ejemplo, se puede lograr a través de la creación de fondos de estabilización como los que existen en varios países que exportan recursos naturales (de los cuales solo hay un caso en América Latina: el Fondo de Estabilización Económica y Social, heredero del Fondo de Estabilización de los Ingresos del Cobre, en Chile). La difusión de este tipo de mecanismos ayudaría a que la región enfrente en mejores condiciones la volatilidad de los términos de intercambio, que se traduce en fluctuaciones económicas que no sólo generan recesiones o crisis, sino que disminuyen el potencial de crecimiento de sus economías.

  • BID Sector de Integración y Comercio con datos de INTEGRA, Bureau of Labor Statistics (BLS) y fuentes nacionales 
  • Giordano, P.; Campos, R.; Michalczewsky, K. Monitor de Comercio e Integración 2022. Qué sigue: reforzar la competitividad ante las demandas de seguridad alimentaria y cambio climático. Washington DC: BID, 2023.
  • Giordano, P.; Campos, R.; Michalczewsky, K. Monitor de Comercio e Integración 2022. Shock tras shock: América Latina y el Caribe frente a las turbulencias del comercio global. Washington DC: BID, 2022.
  • Giordano, P.; Campos, R.; Michalczewsky, K.; De Angelis, J. Monitor de Comercio e Integración 2021. El día después: la recuperación comercial de América Latina y el Caribe tras la pandemia. Washington DC: BID, 2021.
  • Giordano, P.; Campos, R.; Michalczewsky, K. Monitor de Comercio e Integración 2020. Shock COVID-19: un impulso para reforzar la resiliencia comercial tras la pandemia. Washington DC: BID, 2020.
  • Giordano, P.; Campos, R.; De Angelis, J.; Michalczewsky, K.; Ortiz de Mendívil, C.; Ramos Martínez, A. Monitor de Comercio e Integración 2019. Cuesta arriba: América Latina y el Caribe frente a la desaceleración del comercio mundial. Washington DC: BID, 2019.
  • Giordano, P.; Ramos Martínez, A. Monitor de Comercio e Integración 2015. La recaída: América Latina y el Caribe frente al retroceso del comercio mundial. Washington DC: BID, 2015.