El aporte del multilateralismo para combatir el cambio climático a través de la liberalización de los bienes ambientales.

El aporte del multilateralismo para combatir el cambio climático a través de la liberalización de los bienes ambientales

 

El aceleramiento del cambio climático ejerce una mayor presión para que los países avancen en la concreción de un acuerdo multilateral que permita facilitar los flujos comerciales de bienes ambientales a través de la eliminación de los obstáculos arancelarios y no arancelarios. La liberalización del comercio internacional puede contribuir a acelerar la difusión y reducir el costo de las soluciones ambientales en todo el mundo. De esta manera, se abren oportunidades para que América Latina y el Caribe (ALC) capitalice las ventajas competitivas existentes y aproveche la creación de nuevos mercados.

A la fecha, aún no existe una definición universalmente aceptada de qué constituye un “bien ambiental”. Tradicionalmente, han sido concebidos como aquellos bienes que pueden resolver problemas ambientales relacionados con la contaminación del aire y el agua, la contaminación sonora y el manejo de residuos. Sin embargo, en años recientes el foco se ha ampliado hasta incorporar bienes que permiten abordar los desafíos que plantea el cambio climático, como las tecnologías para el desarrollo de energías renovables y las soluciones con bajo consumo de carbono para el transporte, edificios y otras aplicaciones.

Se han presentado varias propuestas sobre cómo definir la lista de bienes ambientales que serán favorecidos por menores restricciones comerciales. En 2012, los líderes de las 21 economías que conforman el Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) acordaron liberalizar los aranceles aplicados a 54 subpartidas arancelarias de bienes ambientales (Kuriyama, 2021). Adicionalmente, tanto la Organización Mundial del Comercio (OMC) como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) desarrollaron un listado propio que contiene, en cada caso, 153 y 164 productos. Por su parte, la academia también formó parte del debate y elaboró una serie de clasificaciones alternativas. En efecto, para la realización de esta visualización se optó por utilizar la clasificación de Mealy y Teytelboym (2020), quienes proponen un universo más abarcativo de 293 subpartidas, al fusionar los listados de los tres organismos mencionados previamente.

US$ millones exportados en bienes ambientales sobre un total mundial de US$ millones

Explora, por país o región, los valores exportados de bienes ambientales (en millones de US$, promedio 2017 – 2021) y su peso sobre el total exportado a nivel mundial (en porcentajes). 

En 2001, por primera vez, los bienes ambientales se incluyeron en las negociaciones comerciales multilaterales como un subconjunto de bienes y servicios del Programa de Doha para el Desarrollo aprobado en la Cuarta Conferencia Ministerial de la OMC. Pero recién en julio de 2014, un grupo de 14 miembros de la OMC, incluyendo a Estados Unidos, la Unión Europea y China, comenzaron formalmente las negociaciones para un nuevo acuerdo destinado a liberalizar el comercio de bienes ambientales, tomando como base la lista acordada por APEC en 2012. Este acuerdo agrupa a algunos de los principales importadores y exportadores de bienes ambientales a nivel global, en tanto que el grupo negociador cubre más del 80% del comercio mundial de «mercancías verdes». Costa Rica es el único país de ALC que se sumó al lanzamiento de esta negociación, teniendo en cuenta que también Chile, Perú y México son economías que integran el APEC. Cabe destacar el caso de este último, que durante 2017 y 2021, en promedio, exportó bienes ambientales por un total de US$ 47.000 millones, concentrando el 2,6% de las exportaciones mundiales y el 77% de las ventas al mundo de ALC. Por otro lado, no obstante, hay países en desarrollo que no pertenecen a este grupo y que, sin embargo, participan activamente en el comercio de bienes ambientales.

Las negociaciones se han centrado en una serie de rondas de discusión donde los países debaten los productos a incluir dentro de tipos específicos de bienes o sectores, incluyendo el control de la contaminación del aire; el manejo de aguas residuales y tratamiento de agua potable; el manejo de residuos sólidos y peligrosos; la remediación ambiental; la mitigación del ruido; el monitoreo y análisis ambiental; la energía más limpia y renovable; la eficiencia energética, y la eficiencia en el uso de recursos. No obstante, a la fecha no han mostrado un avance significativo. 

Los desacuerdos entre los países desarrollados y en desarrollo permearon la trayectoria de las negociaciones. Uno de los principales puntos de conflicto ha sido si, el hecho de tener un solo uso final posible que no sea favorable al medio ambiente debería ser suficiente para descalificar a un producto. Uno de los puntos de vista radica en que, si las negociaciones tuvieran lugar en el Comité de Comercio y Medio Ambiente de la OMC, las mercancías deberían tener exclusiva (o predominantemente) usos finales favorables al medio ambiente. Mientras que los países desarrollados argumentan que esto excluiría a muchos productos, Argentina e India han propuesto un enfoque integrado que liberalizaría temporalmente cualquier bien utilizado para proyectos ambientales específicos. Otros miembros, sin embargo, han expresado su preocupación respecto del hecho de que esta aplicación selectiva no tendría como resultado la liberalización obligatoria a largo plazo y sería difícil de implementar.

Otra crítica de los países en desarrollo ha sido la falta de inclusión de productos de interés exportador para sus economías. Pero, a excepción de Brasil que propuso el etanol, ningún otro producto específico ha sido respaldado por los países en desarrollo.

La liberalización del comercio de bienes ambientales presenta una oportunidad significativa para los países de América Latina y el Caribe (ALC). Al capitalizar las ventajas competitivas existentes y crear nuevos mercados, estos países pueden beneficiarse enormemente. Al concretarse este acuerdo, los países en desarrollo que produzcan estas mercancías verdes se alinearán con las mejores experiencias, estándares y tecnologías, promoviendo así una adopción más rápida de prácticas sostenibles. Además, la reducción de tarifas en el comercio de estos bienes resultará en menores costos de insumos y tecnologías verdes. Esto aumentará las posibilidades de la región de avanzar hacia un desarrollo menos intensivo en energía y con menores emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), marcando un camino claro hacia un futuro más sostenible y competitivo.

  • Datos de comercio internacional extraídos de COMTRADE (WITS)
  • De Melo, J. y Solleder, J.M. “The EGA negotiations: why they are important, why they are stalled, and challenges ahead”, Journal of World Trade Volume 54, n°3 (2020): pp. 333-348. 
  • De Melo, J. y Solleder, J.M., “Barriers to trade in environmental goods: how important they are and what should developing countries expect from their removal”. World Development. Volume 130 (June 2020). 
  • Kuriyama, C. “A review of the APEC list of environmental goods”, APEC Policy Support Unit, Policy Brief No. 41 (October 2021).
  • Mealy, P. y Teytelboym, A., “Economic complexity and the green economy”, Research Policy, Volume 51 issue 8 (October 2022). 
  • World Trade Organization. Making trade work for the environment, prosperity and resilience. Genève: WTO y UN, 2018