Cómo pueden aprovecharse las nuevas energías como motor para las industrias locales, en especial para las pymes, y en la creación de empleo.

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Las energías renovables juegan un rol cada vez más importante en la economía global gracias a su contribución para mitigar el impacto del cambio climático y garantizar la seguridad energética. Las energías eólica y solar, además, poseen un vasto potencial como motor para las industrias locales, la inversión y la creación de empleo.

En 2014 la inversión global en energías renovables alcanzó los US$ 310.000 millones, concentrando más de 10,5 millones de empleos directos. De acuerdo a Bloomberg Energy Finance, unos US$ 2.000 millones de este total fueron a México y US$ 1.200 millones a Chile.

Países como China, Alemania, Estados Unidos, Japón y España son líderes en investigación y en implementación de programas de energías limpias, con un compromiso a largo plazo de inversión del Estado. Lo consideran una herramienta útil, no solo para nuevas tecnologías y productos, sino también para desarrollar la ingeniería local y la construcción con habilidades y capacidades que hacen a la cadena de valor de las energías renovables.

Los procesos productivos de las energías renovables abarcan una amplia variedad de etapas en las cuales intervienen un gran número de personas con diferentes perfiles profesionales, instituciones privadas y públicas, y compañías nacionales y extranjeras. En general, las empresas más grandes se centran en sus competencias esenciales, subcontratando para otras actividades a terceros, que pueden ofrecer una ventaja competitiva por especialidad o ubicación.

El ciclo de vida de un proyecto de energía renovable, desde la idea hasta la ejecución, abarca las siguientes etapas:

  • Investigación y desarrollo
  • Desarrollo del proyecto
  • Ingeniería
  • Fabricación de componentes
  • Adquisiciones

Financiamiento, tecnología y consultoría son tres factores clave que atraviesan a cada una de las etapas. También representan oportunidades para crear valor agregado, el potencial depende del nivel de desarrollo de cada energía en las distintas geografías.

¿Quién desarrolla un proyecto?

Una característica común cuando comienzan estas iniciativas de tecnologías limpias, es que la mayoría de los participantes de la cadena de valor quieren convertirse en “desarrollador del proyecto”. Cualquiera puede jugar ese rol, el gobierno, una compañía pública, un fondo de inversión, un banco de inversión, una empresa privada, etc.

El desarrollador es una figura central al que le corresponde asegurar que todos los elementos de la cadena están optimizados, lograr el financiamiento y pasar a la producción. Asume también los riesgos asociados a la documentación requerida, los permisos y el control de los distintos actores en la cadena de valor. La mayoría de los proyectos, a nivel mundial, tienen una estructura de financiamiento que requiere que el contrato sea con una compañía que tenga la fortaleza económica para asumir la construcción, la adquisición de tecnología y los riesgos de performance. Es muy difícil para compañías locales sin experiencia completar todos esos requerimientos, por lo que son subcontratadas por jugadores más experimentadas con los que adquieren experiencia y estatus bancario.

Operación y mantenimiento es una parte importante de la cadena de valor porque constituye una fuente de ingresos a largo plazo. Generalmente la misma empresa de ingeniería o una de sus subsidiarias se hace cargo durante los primeros años para asegurar el buen funcionamiento. Luego es probable que se subcontrate a alguna local para asumir este rol.

Distintas energías

La fabricación de componentes de energía solar y eólica son muy distintos en naturaleza y sofisticación tecnológica. Para proyectos eólicos, las turbinas requieren trabajo industrial de alta calidad y ofrece considerables oportunidades laborales que los contratistas locales pueden aprovechar y crear el valor ahí.  Mientras que los componentes de alta tecnología son producidos en países con más investigación y desarrollo.

La oferta de materia prima o componentes permite también que nuevos proveedores ingresen al sector. Por ejemplo, para la construcción de palas eólicas se requiere una industria de procesamiento de acero sofisticada. En un comienzo, la ingeniería local también se puede ocupar de las primeras tareas como obras de ingeniería civil, tendido de líneas eléctricas y subestaciones y las autorizaciones administrativas locales. La creación de valor en el lugar para los sistemas solares depende del involucramiento de los subcontratistas locales.

Mientras que los componentes de alta tecnología son importados en su mayoría, la materia prima básica o componentes pueden ser proveídos en el lugar, lo mismo que sistemas menos complejos que pueden ser producidos en una etapa de desarrollo más temprana.

A nivel mundial, hoy Asia domina el mercado de energía solar. China es líder en instalaciones y posee más de 10.000 empresas activas en el sector. El 62% de la producción global de células solares ocurrió en Taiwán y China continental en 2010.