Por: Belisario de Azevedo

En el marco del Diálogo Regional de Política del BID, Gustavo Béliz presentó los principales resultados de la edición 2018 de la encuesta INTAL-Latinobarómetro.

El Diálogo Regional de Política constituye uno de los principales instrumentos del BID para fomentar el intercambio de experiencias y conocimiento entre funcionarios de alto nivel de América Latina y el Caribe y expertos en áreas clave de desarrollo. En este marco, el pasado 27 de noviembre, el Director del INTAL, Gustavo Béliz, presentó los resultados de la encuesta INTAL-Latinobarómetro edición 2018, realizada a una muestra de más de 20,000 personas de 18 países de la región para evaluar sus opiniones sobre temas como comercio e integración y sus actitudes hacia las nuevas tecnologías digitales.

Crisis de confianza

La encuesta revela una crisis gradual de confianza en la región sobre el funcionamiento de las instituciones democráticas. Una crisis que se refleja en la caída en el nivel de apoyo a la democracia desde 61% en 2010 a 48% en 2018, el menor registro en la serie desde 2001.

Gráfico 1: Democracia o régimen autoritario

Lo que es más preocupante es que las generaciones más jóvenes son menos partidarias de la democracia, más indiferentes a tener un régimen democrático o autoritario: solo el 44% de las personas menores de 25 años apoya la democracia, mientras que la indiferencia supera el 30%. Asimismo, solo el 30% de las personas en “muy malas condiciones socioeconómicas” apoyan la democracia, con una incidencia muy alta de no sabe/no responde.

Este declive democrático está relacionado con la percepción de una creciente desigualdad y los privilegios. Mientras que en 2009 61% de las personas consideraba que su país estaba siendo gobernado por unos pocos grupos poderosos en su propio beneficio, ese porcentaje ha aumentado a 79% en 2018.

La desconfianza de los latinoamericanos no se limita a las instituciones democráticas, sino que también alcanza a sus propios conciudadanos. Solo el 14% de las personas en la región confía en sus compatriotas. Esto significa que América Latina es la región más desconfiada del mundo (comparada con los resultados de la misma pregunta en los barómetros regionales reunidos en el Globalbarómetro y con los resultados del Estudio Mundial de Valores)

Esperanza en la integración y el comercio

Frente a esta crisis de confianza, los Latinoamericanos muestran una esperanzadora confianza en la globalización como camino de progreso. El 78% de los latinoamericanos confía en que la globalización es una oportunidad para el crecimiento económico, y el 72% se muestra a favor de la integración económica regional.

Gráfico 2: A favor de la integración económica con la región

El apoyo a la integración es mayor entre los jóvenes, cercano al 74% entre las personas entre 16 y 40 años, y aunque el apoyo a la integración económica disminuye al 50% entre los más pobres de la región, eso no se traduce en un rechazo a la integración económica que sigue siendo muy bajo, cercano al 20%.

Del mismo modo, 72% de los latinoamericanos está a favor de que sus países aumenten el comercio con otros países, y una gran mayoría considera que el comercio tiene consecuencias mayormente positivas. En particular, 53% de los latinoamericanos cree que el comercio produce más empleos, en contraste con 14% que dice que el comercio significa menos empleos.

Gráfico 3: Consecuencias del comercio

Aunque hay grandes diferencias entre países, en todos los países de la región, son más las personas que consideran que el comercio genera empleos que las que piensan que reduce empleos. Solo en el caso de Argentina esta diferencia es pequeña.

Gráfico 4: Comercio genera más empleo vs. comercio genera menos empleo

Estos resultados contrastan con los altos niveles de desconfianza en los beneficios del comercio en algunos países desarrollados. Una encuesta de Pew Research Center de 2014 reflejó que en EE.UU. solo 20% de la población afirmó que el comercio crea empleos, versus un 50% que aseguró que el comercio genera pérdida de empleos. En Francia se dieron resultados similares (24% crea empleos vs. 49% genera pérdida de empleos), así como en Italia (13% vs. 59%) y Japón (15% vs. 38%).

Esperanza en la tecnología

La encuesta también revela una elevada confianza de los latinoamericanos en la tecnología como medio de conexión y progreso. Dos tercios de los latinoamericanos afirman que el acceso universal a internet, las conexiones digitales, son más importantes que las conexiones físicas de las carreteras.

Al mismo tiempo, las tecnologías digitales se han vuelto ubicuas. Casi 9 de cada 10 latinoamericanos ahora tienen un teléfono celular, y casi la mitad cuenta con un smartphone. Los teléfonos celulares se han vuelto tan extendidos como el agua potable y los smartphones están más presentes que algunas tecnologías mucho más antiguas como los automóviles, el agua caliente o la calefacción.

Gráfico 5: Porcentaje de personas que poseen los siguientes bienes/servicios

De hecho, el 80% de los latinoamericanos que solo tienen una comida por día a menudo posee un teléfono celular, y el 32% de ellos posee un smartphone. La tecnología digital se ha convertido en una forma de conectar incluso a las personas más pobres.

Por otro lado, la demanda de aplicaciones para ahorrar tiempo y mejorar la calidad de vida parece bastante elevada en la región, con un porcentaje significativo de los latinoamericanos dispuestos a usar el celular para pagar cuentas (38%), controlar electrodomésticos (35%) e incluso para controlar su estado de salud (28%). También parece haber amplio espacio para un mayor desarrollo del comercio electrónico – solo 26% de las personas compran o querrían comprar en línea – y de la llamada economía compartida – solo 9% de los latinoamericanos ha generado ingresos a través de una plataforma digital.

Pero a pesar de reconocer el valor de la tecnología para mejorar sus vidas, casi la mitad de los latinoamericanos piensa que los robots los reemplazarán en sus trabajos en el futuro cercano. Así, la expectativa de que la tecnología mejorará sus vidas coexiste con el temor de volverse obsoleto frente a la automatización. Un temor que se traduce en un pedido mayoritario a los responsables de la formulación de políticas para limitar la introducción de robots y la automatización, incluso a expensas del crecimiento económico.

Gráfico 6: De acuerdo o en desacuerdo con limitar el reemplazo de humanos por robots

Además, a pesar de sus opiniones favorables sobre las tecnologías digitales, la mitad de los latinoamericanos están en contra de que sus hijos reciban clases en línea. La resistencia es alta incluso entre algunos de los países con mayor ingreso per cápita en la región, como Argentina y Uruguay. También se percibe una barrera cuando se trata de imaginar robots inteligentes en tareas sociales generalmente reservadas para los humanos. Así, a pesar de que la mayoría de las personas se han acostumbrado a interactuar con las máquinas por teléfono o para comprar boletos, por ejemplo, solo el 6% se sentiría cómodo presentando una queja ante un robot.

La privacidad es otro aspecto que despierta resquemor entre los latinoamericanos, ya que 61% de las personas considera que el uso de datos privados en línea con fines comerciales es una violación de un derecho humano básico.

En resumen, Béliz comparó INTAL-Latinobarómetro a “una brújula que permite ayudar a los políticos y empresarios a atravesar la diversa topografía de la región, a cruzar los valles de expectativas insatisfechas, a capear las tormentas de descontento social y a escalar los picos de oportunidades de las nuevas tecnologías”.