Cómo afecta la volatilidad en el precio de los productos básicos a la economía de los países emergentes

En los últimos tiempos, la economía mundial ha sido testigo de grandes oscilaciones en los precios de los productos básicos negociados en los mercados internacionales. Estos cambios se han observado a través de distintos tipos de productos básicos, desde los productos agrícolas a los combustibles y metales. ¿Cuáles han sido las consecuencias macroeconómicas de estas variaciones para las pequeñas economías de mercado emergentes (EME) que exportan estos bienes?

El trabajo “Sharing a Ride on the Commodities Roller Coaster: Common Factors in Business Cycles of Emerging Economies (IMF)”, de Andres Fernández, Andrés González y Diego Rodríguez muestra cómo las fluctuaciones en los precios de los productos básicos son un factor importante de los ciclos económicos en los pequeños mercados emergentes (EME). Los autores documentan cómo estas fluctuaciones se correlacionan fuertemente con el ciclo económico de esos países, tienen una estructura común y un factor dinámico donde coexisten con otras fuerzas motrices del ciclo económico.

El modelo estimado asigna a los productos básicos el 42 por ciento de la varianza del ciclo. Otro mecanismo de amplificación del ciclo es un efecto de “derrame” que afecta a las primas de riesgo de los países.

La investigación se pregunta cuáles son las principales vías a través de las que las fluctuaciones de precios de estos productos afectan el ciclo económico de las EME.

Entre las conclusiones, los autores destacan que si bien los movimientos de los precios relativos han amplificado el ciclo económico de las EME, hay casos en los que han servido de colchón contra otras fuerzas. Este fue el caso durante la recuperación posterior a la crisis financiera mundial cuando se produjo una reversión rápida de la caída de los precios de los productos básicos, la cual contribuyó a contrarrestar los choques negativos de la producción nacional y de fuentes externas.

Por otro lado, se pregunta cuáles deberían ser las políticas fiscales y monetarias óptimas que pueden ser implementadas para contrarrestar el efecto de estos fenómenos cíclicos.