En Aceleración del Comercio Digital en América Latina y el Caribe, elaborado por Late, Usina digital de América Latina, se exponen los resultados de una encuesta llevada a cabo a nivel regional en 300 empresas de la región orientadas a dilucidar el estado de situación respecto a la penetración e impacto que Internet tiene sobre ellas.
Los hallazgos de este estudio ilustran la forma en que Internet irrumpió en la escena de América Latina y el Caribe y está cambiando la forma en que los latinoamericanos interactúan, realizan sus compras y pasan su tiempo.
El dato genérico e impactante es que mientras en 2000 menos del 5% de los latinoamericanos utilizaba Internet, para el 2015, la mitad de la región estaba online.
En el ámbito específico del comercio, los autores identifican al menos cinco formas en las que podría plantearse que Internet conforma los patrones de intercambio en ALC:
1-Aumentando y diversificando las exportaciones de las pequeñas empresas
2-Expandiendo el comercio de servicios
3-Simplificando las operaciones comerciales
4-Otorgando mayor variedad a menor costo
5-Generando Pequeñas empresas y startups auténticamente regionales
Es evidente que el comercio digital se ha transformado en una palanca que potencia a las empresas. De hecho, la red es hoy en día un elemento central de las operaciones diarias de las firmas de la región. Mejora la interacción de las empresas con los clientes, simplifica sus operaciones y las ayuda a acceder a nuevos mercados para sus productos y servicios, entre otros beneficios. La presencia online también les ha hecho adquirir a las empresas de ALC nuevos clientes del exterior, que no tenían antes de vender online.
Sin embargo, más allá de este impacto transversal, y que no difiere mucho del que han tenido otras regiones del planeta, el estudio pone de manifiesto que la mayoría de las economías de ALC están rezagadas con respecto a países con niveles similares de desarrollo en cuanto al “entorno propicio” para el comercio digital. Esto ocurre, por ejemplo, respecto a las tarifas de los abonos de telefonía celular, las capacidades de absorción de tecnología de las empresas, el uso de Internet de empresa a empresa y entre empresa y consumidor, y el entorno político y regulatorio para los sectores de información y comunicaciones.
En este sentido, el trabajo propone algunas de las ideas principales para fortalecer el comercio digital en ALC, entre las que se incluyen:
- Mejorar el entorno regulatorio y de políticas para el comercio y la economía digital
- Garantizar la seguridad y la fluidez de los pagos online
- Focalizarse en la facilitación del comercio para los pequeños vendedores online
- Atraer a operadores digitales para proporcionar financiamiento
- Sumar el comercio exterior a la era digital
- Crear asociaciones público-privadas para la promoción de exportaciones en el comercio electrónico
- Desarrollar una infraestructura comercial y un entorno empresarial para el “nuevo comercio”
- Trabajar con un enfoque y a nivel regional
En ese último aspecto, se plantea la importancia de la Integración regional como actor clave relacionado al comercio digital. Sobre la base de varias experiencias, los países de ALC podrían trabajar en la creación de un entorno propicio para el comercio digital y desarrollar soluciones conjuntas para el flujo del comercio digital.
También se sugiere crear marcos reguladores y de políticas comunes a nivel regional en ámbitos como la libre circulación de bienes y servicios digitales, la privacidad, la protección del consumidor, la seguridad informática y el régimen tributario de las empresas digitales, entre otros. Se debería buscar una baja de costos para las empresas que operan en el mercado regional, incentivar la inversión y formación de startups y estimular la expansión de las redes y los servicios digitales.
Kati Suominen. 2017. Aceleración del Comercio Digital en América Latina y el Caribe. Late