Las partes alcanzaron un acuerdo de gran alcance que potenciará las exportaciones europeas. Además de la supresión de aranceles, los negociadores incluyeron cláusulas sobre protección de trabajadores, consumidores y medio ambiente.

Tras dieciocho rondas de negociación y varias reuniones a nivel técnico y político, Japón y la Unión Europea (UE) firmaron un Acuerdo de Asociación Económica que traerá importantes beneficios para los sectores productivos de ambas partes, principalmente por la eliminación de impuestos. En principio, se suprimirán la mayoría de los derechos que pagan las empresas de la UE (que anualmente ascienden a 1.000 millones de euros) en productos como quesos, carne y vinos. Así, la apertura al mercado japonés podría aumentar el valor de las exportaciones de la UE hasta 20.000 millones de euros.

Phil Hogan, comisario de Agricultura y Desarrollo Rural de la UE, señaló que “Este es el acuerdo más importante y de mayor alcance jamás celebrado en agricultura. Los aranceles aplicados a las exportaciones de vino, por ejemplo, desaparecerán desde el primer día de entrada en vigor (…) Así, otros 200 productos más de UE disfrutarán ahora del mismo nivel de protección en Japón del que tienen en Europa”.

El acuerdo incluye, además, normas sobre derechos de los trabajadores, seguridad de los consumidores, protección de datos personales, cuidado del medio ambiente y un capítulo específico sobre desarrollo sostenible. Con respecto a esto último, también contempla un compromiso específico con respecto al Acuerdo de París, lo que lo convierte en precursor en término de negociaciones comerciales.

Por su parte, la comisaria Cecilia Malmström añadió: “Mediante este acuerdo estamos demostrando que la UE y Japón, que son unos socios democráticos y abiertos a escala mundial, creen en el libre comercio. Al ser Japón la cuarta economía del mundo por su tamaño, con una gran demanda de productos europeos, es un acuerdo que ofrece un gran potencial para Europa. Esperamos un fuerte impulso de las exportaciones en muchos sectores de la economía de la UE”.

Para continuar con los avances, los negociadores de las dos partes seguirán trabajando para resolver los asuntos técnicos pendientes y ultimar un texto definitivo del acuerdo antes de que finalice el año. A continuación, la Comisión procederá a la verificación jurídica y la traducción del acuerdo a todas las lenguas oficiales de la UE, y lo someterá luego a la aprobación de los Estados miembros de la UE y del Parlamento Europeo.