El nuevo informe de la Organización Mundial del Comercio: “World Trade Report 2017” , examina de qué modo la tecnología, el empleo y el comercio funcionan sinérgicamente en la economía global.
En el informe se señala que el “progreso económico continuo depende de la capacidad de las sociedades para mantenerse abiertas al comercio y al progreso tecnológico, así como de su capacidad para ajustarse, adaptarse y fomentar una mayor inclusión”. En esta línea centra el debate acerca de los efectos del progreso tecnológico para la productividad y el bienestar.
El comercio como motor y no como problema
Este informe no encuentra ninguna correlación entre la apertura comercial y el desempleo, o entre la apertura comercial y la desigualdad. Los estudios sugieren que el comercio impulsa el empleo y, en particular, la participación de las mujeres en la fuerza de trabajo.
En el debate actual acerca del impacto de la difusión de nuevas tecnologías con una mayor potencia de automatización y, por tanto, generando tensiones en el empleo, el estudio de la OMC muestra que, en este proceso, el comercio no es una variable causal. La reducción de empleos en la industria manufacturera y en la disminución del número de empleos con habilidades intermedias en relación con los empleos de baja y alta cualificación en los países desarrollados (“hollowing out”) es consecuencia de las nuevas tendencias tecnológicas, no de la apertura económica.
La apertura contribuye a una asignación más eficiente de recursos en las actividades más productivas y aumenta el bienestar de un país.
Mirando hacia el futuro
Las perspectivas de una mayor automatización sugieren que la tecnología puede tener un impacto aún mayor en el futuro de los puestos de trabajo. Si bien, los autores afirman que es difícil sacar conclusiones firmes sobre lo que esto podría significar para los mercados de trabajo, afirman que el “progreso tecnológico probablemente tendrá un impacto perjudicial, haciendo que algunas habilidades sean obsoletas, pero mejorando otras y conduciendo al desarrollo de nuevas habilidades y nuevos empleos.”
Por lo tanto, los desafíos recaen nuevamente en el empoderamiento y la solidaridad social, al tiempo que observa que el mayor uso de robots e inteligencia artificial exige una revolución en la educación y la formación. “Las habilidades que ya tenemos – la empatía, la compasión, la lectura mutua, la formación de los objetivos de cada uno al influir en el otro – son las habilidades indispensables para el futuro”, observan. Por esto se indica equipar a los trabajadores de educación y la formación profesional.
WTO, 2017. World Trade Report 2017.