Negociadores de Chile, Perú y Costa Rica, los tres países que tienen Tratados de Libre Comercio con China, compartieron su experiencia. Dificultades y oportunidades de la negociación bilateral.


 

El seminario “Las relaciones económicas de China con América Latina y el Caribe: una visión prospectiva” contó con los responsables principales de la región de las negociaciones comerciales con China. La agenda incluyó un panel con los negociadores de Chile, Costa Rica y Perú, los tres países de la región que cuentan con tratados de libre comercio (TLC) con China.


 

El panel estuvo moderado por Mauricio Mesquita Moreira (BID), y participó también Renato Baumann (IPEA Brasil), quien hizo un análisis comparativo entre 8 TLC firmados por China: ASEAN, Nueva Zelanda, Australia, Chile, Perú, Costa Rica, Corea y Singapur. Mientras que en general los TLC tienen que ver con proximidad geográfica, certificado de origen y cooperación cambiaria, los firmados por China no suelen incluir estos temas y son acuerdos muy pragmáticos con algunos temas comunes: transparencia, trato nacional, procedimientos aduaneros, referencia a reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC), disciplinas sobre contratación pública, concurrencia y competencia. No obstante, hay grandes diferencias entre los acuerdos ya que son hechos a medida.

Además, se observa un proceso de aprendizaje: los nuevos son más sofisticados y amplios. Son diferentes de los acuerdos de Estados Unidos y la UE, que constituyen un modelo único que se acepta o se rechaza, sin posibilidad de ajuste. En este contexto, ALC tiene un desafío pero también una oportunidad.

La complementariedad productiva se da en el marco de preferencias arancelarias en el sudeste asiático. En oposición, en ALC no solamente no ayuda la geografía, sino que también existe menos promoción de complementariedad. Además, en la consideración de AP y MERCOSUR, es importante señalar que Chile y Perú ya tienen TLC con China; México, Chile y Perú están en el TPP; lo que implica desafíos enormes y competencia para el MERCOSUR. Concluyó en la necesidad de tener claros los objetivos nacionales sin preconceptos en la mesa la negociación, además del problema de que el MERCOSUR no tiene clara su dirección ni participa activamente en ninguna de ellas.

Los negociadores de los tres acuerdos que los países de ALC suscribieron con China compartieron las lecciones más importantes de la negociación de los TLC y destacaron las particularidades que la distinguen de las experiencias con otros países.


 

Eduardo Ferreyros Kuppers (ex Ministro Comercio Exterior y Turismo de Perú), destacó que Perú buscó abrirse al mundo, pero la población estaba en contra de un TLC con Estados Unidos. Se realizaron presentaciones públicas sobre los objetivos, y comenzó a cambiar la posición de la opinión pública. Así, empezó a priorizarse la apertura de mercados como China y la UE. En 2006 se propone un estudio de prefactibilidad para un TLC con China. China tenía mucho interés en que se le declare economía de mercado para evitar que se le apliquen normas distintas dentro de la OMC sobre dumping y salvaguardias. Durante las negociaciones, se buscó arribar a normas más sencillas y reglas de juego claras para el fomento de intercambio de bienes, servicios e inversiones. A su vez, se buscó incorporar mecanismos transparentes de defensa comercial, especialmente en sectores con intereses defensivos para Perú, como el pesquero y agrícola.

Cabe resaltar que Perú y China tienen una historia común muy importante y se encuentran culturalmente unidos, lo que abrió ciertas puertas durante las negociaciones. Se intentó negociar rápidamente para culminar en noviembre de 2008 en la Cumbre de APEC, de la que Perú era sede. Para alcanzarlo, Perú propuso excluir textil, calzado y algunas partidas de metalmecánica. Aparte, se negoció un Acuerdo de Cooperación Aduanera.

Así, se logró un TLC amplio, con bienes, servicios e inversiones, materias relacionadas y un marco institucional. Quedaron 592 partidas arancelarias excluidas, que no forman parte de la desgravación arancelaria.

Como resultado del acuerdo, las exportaciones peruanas a China crecieron hasta 2012, pero cayeron en 2013 y 2014 por la reducción del precio de los minerales. Sin embargo, las exportaciones no tradicionales (del sector pesquero y agropecuario) han crecido y existen nuevas empresas exportadoras a China.


 

Andrés Rebolledo Smitsman (DIRECON Chile) describió la experiencia de Chile en su relación comercial y política con China: fue el primer país de la región que estableció relaciones diplomáticas con el país asiático hace 45 años. La política comercial de Chile tiene en cuenta que es una economía pequeña y en ese marco, busca abrir mercados y ampliar sus relaciones con el mundo. Por ello también ha estrechado lazos con Asia y hace 10 años se firmó el TLC con China. Los dos países dependen mucho del comercio internacional y conciben el acuerdo en ese contexto.

La negociación con China fue muy fluida, pragmática, flexible y breve: demoró solo 10 meses. Se negoció un acuerdo por etapas y progresivo: primero fue desgravado el comercio de bienes y el resto de los temas, como inversiones y servicios, se negoció más tarde.

China era el quinto mercado de exportación de Chile, y en la actualidad es el primero. China tenía 3 acuerdos negociados, hoy tiene 20 (13 firmados, 7 en discusión). En particular Chile buscó desarrollar el sector exportador de alimentos. En ese entonces se exportaban USD 100 millones en alimentos, y en la actualidad se venden a China USD 1.800 millones en ese sector. Se exporta principalmente minerales, pero hubo mucho dinamismo de alimentos y el TLC influyó positivamente en eso.

Chile aprovechó no solamente la reducción de aranceles sino también la transparencia brindada por las normas para el comercio de alimentos, por ejemplo en MSF. Si bien tuvo impactos en el comercio, el TLC no impulsó la atracción de inversiones chinas, lo que permanece como un gran desafío. Hay proyectos productivos asociados a la exportación a China, especialmente en alimentos.

Las nuevas normas del comercio internacional no se generan en la OMC sino en los mega acuerdos, generando una fragmentación y nuevas normas a nivel global. En ese contexto, debe concebirse la participación de Chile en el TPP.

El proyecto de negociar un acuerdo en APEC se planteó hace una década, en 2014 China impulsó la necesidad de un estudio de factibilidad y se podría lanzar negociación el año próximo.


 

Por Costa Rica estuvo presente Marco Vinicio Ruiz (ex Ministro Comercio Exterior) quien describió su experiencia en las negociaciones de Costa Rica-China, con tres participaciones principales: en el establecimiento de relaciones diplomáticas en 2007, como negociador y como embajador en China.

Un acuerdo con China permitiría ampliar el mercado y sortear las dificultades de la OMC. El objetivo consistía en establecer reglas para que luego fluyera el comercio con China. Se planteó el estudio de factibilidad en enero de 2008 y en octubre de ese año comenzó la negociación. China era muy diferente de Estados Unidos y la UE con los cuales se había negociado: más directa, más pragmática, pone los intereses en la mesa desde el inicio y no cambia la posición en todo el proceso.

Una gran dificultad es el desconocimiento acerca de la realidad china por parte de la sociedad civil, la academia y el empresariado latinoamericano. Lo importante no son los aranceles sino las normas y la institucionalidad. Con 5 años en vigor, el acuerdo ha permitido un procedimiento donde quejarse y funciona. Sin embargo, la burocracia china es grande y fuerte. No hay ventanillas únicas de comercio exterior para resolver los problemas con las autoridades comerciales chinas. Por lo tanto, se necesita contar con institucionalidad en China para poder gestionar esas cuestiones.

Por una parte, Costa Rica quería atraer inversión en infraestructura con préstamos blandos, pero permanece como un desafío. Por otra parte, se necesita apoyar a las empresas para que exporten a China, con negociaciones, viajes, seminarios, debido a que hay grandes diferencias culturales, es un mercado enorme y en constante cambio. Para mejorar el conocimiento sobre China, una propuesta es crear un centro de facilitación de negocios coordinado entre varios países para poder ingresar a esos mercados. Australia y Nueva Zelanda vienen implementándolo hace tiempo.

En la actualidad, INTEL ya no exporta desde Costa Rica a China. Tiene plantas en China y además los microprocesadores que se exportaban desde Costa Rica fueron sustituidos por otros productos. Las exportaciones de los productos restantes que están en el TLC crecen mucho: jugo de frutas, carne vacuna, lácteos, café, etc.