Altos funcionarios de la región analizaron la diversidad de las experiencias de los procesos de integración en la búsqueda de puntos en común para armar una agenda regional en común.


 

Funcionarios de América Latina compartieron las diversas experiencias en materia de integración en el Coloquio de Otoño del Instituto para la Integración de América Latina y el Caribe (INTAL).

La moderación del panel estuvo a cargo de Alejandro Ramos, Especialista en Integración y Comercio del BID-INTAL, y contó con la participación de representantes de los gobiernos de Costa Rica, Uruguay, Paraguay y Argentina.

La primera exposición la realizó Alexander Mora, Ministro de Comercio de Costa Rica, y reflejó uno de los casos de éxito más importantes en la región. A principios de los años 90, la canasta exportadora de Costa Rica consistía primordialmente de café y banano. En la actualidad, el país centroamericano exporta más de 4500 productos a 147 países. Varios de estos productos requieren actividades complejas que utilizan alta tecnología y recursos humanos sofisticados.

Según Mora, el 42% de las exportaciones totales son de servicios, y a contramano de su primacía en el año 2000, solamente la mitad corresponde al sector de turismo. El resto se compone con servicios de informática y otros servicios empresariales. “El servification (la utilización de servicios en la producción de manufacturas) es esencial en Costa Rica. De hecho, nuestros modelos computacionales nos marcan que un aumento en el comercio de bienes incrementa más el empleo en el sector servicios que un aumento en el comercio propio de servicios. Por eso, en las negociaciones no puede haber una separación entre bienes y servicios”. El servification también explica por qué si bien el 50% de las exportaciones de manufacturas se realizan desde zonas francas (de libre importación), más de un 60% del valor agregado es de contenido local.

Uruguay es otro país de la región que logró éxitos en su estrategia de diversificación exportadora, en este caso centrado en el sector agroindustrial.

Sin embargo, José Luis Cancela, Viceministro de Relaciones Exteriores de Uruguay, se mostró preocupado por el shifting mood en las negociaciones mundiales. “Antes, la cláusula de la nación más favorecida era la norma. Hoy es la excepción”. Según el funcionario uruguayo, el peligro está representado por la inmovilidad de los últimos años del MERCOSUR. “Australia y Nueva Zelanda acaban de cerrar un acuerdo de libre comercio con China. En breve, nuestros productos lácteos van a ser excluidos del mercado chino”. En este sentido, reafirmó que el acuerdo con la Unión Europea es clave para el reposicionamiento y la salida del aislamiento del bloque regional. “A diferencia de antes, el riesgo no son las presiones externas para abrirse al mundo, sino que el riesgo es ser intrascendente para el mundo”.

 


 

En cuanto al mercado regional, mencionó que una convergencia entre el Atlántico y el Pacífico es una oportunidad para insertarse en las dos cuencas del mundo. Empero, antes pidió que el MERCOSUR recalibre sus objetivos. “Debemos implementar en serio una zona de libre comercio”, dijo. Dada la sensibilidad del comercio en un país pequeño, pidió también pragmatismo y flexibilidad en el arancel externo común.

Por su parte, Lucio Castro, Secretario de Transformación Productiva del Ministerio de Producción de Argentina, resaltó que el país está viviendo grandes cambios en su relación con el mundo, y que el verdadero desafío es el aumento de la productividad y la generación de empleos de calidad. “Las PyMES tienen que participar más en las cadenas globales de valor, integrándose a los flujos de comercio e inversión”. Sin embargo, también aclaró que será un proceso que llevará tiempo. Todavía quedan por resolver diferencias entre los principales miembros del MERCOSUR, esperar por avances en la negociación con la Unión Europea, y solo recientemente se logró un acuerdo marco con los Estados Unidos. Asimismo, reducir costos logísticos y de transporte necesita de la maduración de grandes inversiones en infraestructura, sobre todo en las regiones de menor desarrollo relativo. “Es un proceso gradual, pero también sistemático”, subrayó.

En tanto que José Cuevas, Director de la Dirección de Integración del Ministerio de Hacienda de Paraguay, añadió que el MERCOSUR debe resolver las asimetrías entre los países. También coincidió en que la capacidad institucional del bloque está muy centrada en aranceles y mecanismos de salvaguardia, y que el temor por no dañar al sector privado obstaculiza la integración regional.

Las diferentes experiencias regionales permitieron encontrar puntos de acuerdo para la agenda común: incentivar la infraestructura de la integración y la conectividad física, fomentar el desarrollo de las pymes exportadoras, diversificar la canasta de productos exportados y apostar a nuevos servicios y sectores que permitan incorporar tecnología y afianzar la inserción en las cadenas globales de valor.

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