Analizando y cruzando información histórica de múltiples bases de datos, el modelo estadístico que utiliza la Dirección General de Tributación intenta predecir cuáles empresas son más propensas a evadir el pago de impuestos, dependiendo de su comportamiento histórico medido a través de transacciones, declaraciones tributarias y otros datos. Vinculando toda la información, identifican patrones de comportamiento similares a los de otras empresas que evadieron impuestos en el pasado.
El modelo también determina si las ganancias que se reportan al Estado coinciden con la capacidad económica que demuestra en su vida cotidiana. Si presenta una declaración de impuestos por un monto muy bajo, pero Hacienda detecta muchas salidas del país, importación de bienes, vehículos y propiedades nuevas, y matrículas en centros educativos privados, se vuelven a encender las alarmas. Si el contribuyente demuestra que los viajes y vehículos son costeados por medios legales y justificados, se acaba la investigación; en caso contrario, se abre un proceso.
Todos los datos se “cruzan” y se filtra por búsquedas particulares. Por ejemplo, para identificar proveedores falsos, se revisará si existe algún grado de consanguinidad entre cliente y proveedor, o si se trata de clientes únicos o proveedores únicos e incluso la edad del proveedor del bien o servicio.
Este es un ejemplo relevante del uso de nuevas tecnologías para el mejoramiento de la eficiencia del Estado.