“No puede haber gran Nación si no se es Nación Industrial, que sepa transformar la inteligencia y la actividad de su población en valores y riquezas por medio de las artes mecánicas”. Carlos Pellegrini, 1902
La presentación del nuevo libro Industria 4.0: Fabricando el Futuro, realizado en conjunto por la Unión Industrial Argentina (UIA), el Instituto para la Integración de América Latina y el Caribe (INTAL) y el sector de Integración y Comercio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), resultó una oportunidad única para que distinguidos académicos, empresarios y funcionarios debatieran sobre el futuro de la industria en el país.
De esta manera, en el marco de un desayuno de trabajo organizado por la UIA, se analizaron algunas de las conclusiones del libro respecto a las tecnologías de la llamada Cuarta Revolución Industrial, el impacto que están teniendo estos cambios sobre la industria manufacturera, el trabajo, las cadenas globales de valor y el comercio, y los desafíos y oportunidades que presentan para el país.
El punto de inicio
Miguel Acevedo, presidente de la UIA, fue el encargado de recibir a los presentes. “La decisión de realizar la Conferencia de la UIA en noviembre del año pasado sobre la Industria 4.0 permitió escapar de la coyuntura y pensar en el largo plazo. Gracias a la alianza con INTAL-BID estamos profundizando ese trabajo iniciado el año pasado”. Para el encargado de la principal unión industrial del país, la publicación resulta de suma importancia para entender a la economía argentina como un encadenamiento: “no se puede pensar que el sector agrícola por si solo nos va a sacar adelante; hay que trabajar en conjunto, en todos los sectores, y todos los sectores trabajando juntos, agro, industria, comercio y servicios”, destacó Acevedo.
A su turno, Eduardo Nougues, Gerente de Recursos Institucionales de Ledesma y Vicepresidente de la UIA, resaltó la oportunidad de la publicación: “La industria 4.0 está generando una revolución en el mundo y también en nuestro país. Hay empresas en el país que ya están invirtiendo en estas nuevas tecnologías. Se abre una gran oportunidad para la industria como un motor del desarrollo argentino”. En este sentido, Nougues aseguró que el libro “es solo un punto de inicio de un trabajo que continuará en la UIA, junto a socios como el INTAL-BID, para potenciar la productividad, la industria y el comercio”.
En última instancia, Gustavo Beliz, director del INTAL, definió a “Industria 4.0: Fabricando el Futuro” como “el fruto de un trabajo colaborativo con la UIA”. “Celebramos que la entidad madre de la industria argentina se ponga al frente de pensar en las implicancias de esta revolución”, agregó Beliz, una revolución que “ya está en marcha también en Argentina, como lo demuestran los casos de empresas como Tenaris y Sinteplast recopilados en el libro”.
En base a las conclusiones de la publicación, el director del INTAL urgió a desarrollar una mirada estratégica desde el Estado, como lo están haciendo otros países, como Alemania, Reino Unido, Francia, entre otros, donde ya están en marcha planes de Industria 4.0. “La revolución 4.0 requiere una institucionalidad 4.0, lo que no se puede lograr en piloto automático. Necesita una mirada estratégica del Estado, convocando a todos los sectores. Requiere analizar la historia del país, experiencias como las de Carlos Pellegrini que tanto tiene que ver con la historia de la UIA, en el marco de lo que fue el desarrollo de una industria 1.0 en Argentina, o como la de Pinedo, o los Planes Quinquenales de los años 50, o la visión de Frondizi, por ejemplo”, afirmó Beliz. “La industria 4.0 plantea otras lógicas y llama a realizar un pacto social tecnológico, que promueva instrumentos de política adaptados a la nueva realidad, desde compras públicas para la innovación, paritarias con cláusulas de innovación para los empleados del futuro, hasta el desarrollo de una tecno-diplomacia para consolidar los intereses tecnológicos nacionales en las negociaciones comerciales”.
La revolución 4.0
Paula Garnero, coautora del libro, inició la ronda de discusión, presentando los principales resultados de la investigación. “El principal aspecto de la Industria 4.0, que lo diferencia de revoluciones tecnológicas en el pasado, es la gran variedad de tecnologías disruptivas que la componen. Se trata de una matriz entrelazada de nuevas tecnologías que borran los límites entre lo físico, lo digital y lo biológico, generando una fusión entre estos tres planos y un cambio de paradigma”, afirmó Garnero. “La transformación más profunda se produce por la digitalización y el creciente alcance de la conectividad. Pero la novedad de esta época es que la conectividad alcanza también a los objetos, permitiendo la conexión en varios sentidos: máquina-máquina (M2M), máquina-producto, máquina-humano, producto-humano”, agregó la autora.
Figura 1: La matriz de la Industria 4.0
Esta matriz da lugar a fábricas inteligentes que “permiten descentralizar la toma de decisiones, y pasar de modelos preventivos a modelos predictivos en todas las áreas de la organización, lo que redefine el alcance del just-in-time”. Además, continuó Garnero, “con la ayuda de sistemas de integración y plataformas digitales, las empresas se integran vertical y horizontalmente generando mejoras de productividad en toda la cadena de valor en la que participan, y conformando redes dinámicas para potenciar los procesos de innovación”.
La Industria 4.0 también lleva a las empresas a cambiar los modelos de negocios. En particular, “se pueden eliminar intermediarios entre fabricantes y consumidores mediante plataformas digitales”. También se desarrollan estrategias de venta con “el cliente en el centro de la escena”. En este sentido, aseguró la investigadora, “el desafío dejó de ser producir mucho con pocos recursos o vender mucho para conseguir una mayor participación en el mercado. Ahora el desafío es “personalizar los productos, capturar el valor generado a partir del uso de su producto, y pasar del producto tradicional al producto-plataforma. La tendencia es fabricar productos inteligentes que incorporen servicios”.
Para las PYMES, surgen nuevas oportunidades para producir de forma inteligente y formar parte de redes de manufactura desconcentradas. Además, la democratización en el acceso a tecnologías puntuales reduce la importancia que tenían en algunos casos las economías de escala. Pero “las empresas tienen cada vez más información sobre sus clientes, y en muchos casos las PYMES no tienen las capacidades y habilidades de gestión necesarias para aprovecharla”, matizó Garnero. “Al mismo tiempo, ante estos cambios tecnológicos, las empresas se ven desafiadas a enfrentar una competencia crecientemente global”.
La digitalización y la automatización de la producción impactan sobre la demanda en el mercado de trabajo, las formas de trabajo, las habilidades demandadas a los trabajadores e incluso las remuneraciones que perciben. Esto abre “un escenario tridimensional de creación y destrucción de empleo y desplazamiento de trabajadores”, sintetizó la autora, “y aumenta la demanda por un mix de habilidades soft y hard, vinculadas a las TICs, la aritmética y las habilidades cuantitativas STEM, así como la auto organización, las habilidades de gestión y comunicación y la creatividad y la curiosidad”.
Figura 2: Habilidades para la Industria 4.0
“Es importante destacar -aclaró Garnero- que la Revolución 4.0 desafía particularmente a los países emergentes, ya que desplaza la competitividad basada en costos salariales y ventajas naturales, y revaloriza el ecosistema productivo y el capital humano. La necesidad de ecosistemas más exigentes en términos de infraestructura, logística, recursos humanos, requisitos regulatorios, base de proveedores, etcétera, aumenta los desafíos para la mayoría de los países en desarrollo”. A su vez, “el comercio se está desplazando cada vez más a bienes y servicios digitales, intensivos en conocimiento”, y aunque la evidencia aún es mixta, “las nuevas tecnologías pueden impulsar a las empresas globales hacia la relocalización (reshoring)”.
Respecto al caso específico de Argentina, la investigación da cuenta que la adopción de las nuevas tecnologías está en la agenda de las empresas, pero aún permanece baja y con heterogeneidades según el tamaño de la empresa. “Solo el 34% de las empresas argentinas tiene planeado incorporar todas las tecnologías de la industria 4.0 en los próximos 5 años, mientras que en Alemania y Francia ese porcentaje supera al 70%”, afirmó Garnero.
Industria 4.0 en acción
Guillermo Murphy, Director Comercial de Tenaris, y Miguel Ángel Rodríguez, Director de Operaciones de Sinteplast, presentaron experiencias concretas, recopiladas en más detalle en el libro, sobre la transformación tecnológica que están llevando a cabo ambas empresas en el país.
“Aunque el libro lo llama el caso Tenaris, tiene un socio clave que es YPF”, comenzó Murphy. Tenaris hace más de 20 años trabaja colaborativamente con YPF para lograr una provisión de tubos just-in-time. “Sobre la base de esta experiencia, en 2015 se desarrolló Rig Direct un producto plataforma ofrecido a nivel global que reduce el capital de trabajo destinado a inventarios de los tubos en la producción de petróleo. Es una plataforma que permite el comercio electrónico y brinda la posibilidad de intercambiar información de diferentes fuentes, por ejemplo, información directa desde el pozo de explotación. También estamos trabajando en incorporar a la plataforma un ‘símil blockchain’ para acelerar la certificación de los pedidos del cliente”, adelantó Murphy.
Por su parte, Sinteplast, en su búsqueda por reducir los inventarios y tiempos de entrega de los productos a sus clientes, opera con importantes niveles de automatización y digitalización. “Habíamos crecido en volúmenes de producción y ganado más participación en el mercado nacional, pero teníamos una limitación en nuestra capacidad de despacho. Decidimos automatizar almacenes y digitalizar el sistema logístico para ir hacia una entrega más rápida, sin errores en el pickeo y en la preparación de los pedidos”, explicó Rodríguez. “La empresa está construyendo un nuevo depósito inteligente que se espera que entre en operaciones hacia fines de abril de 2019. El nuevo almacén, totalmente robotizado, le permitirá duplicar su capacidad de despacho de pinturas pasando de 250.000 litros diarios a 500.000 litros diarios”, aseguró el especialista. “Esta planta inteligente, se complementa con mejoras logísticas y una plataforma digital que le permite al cliente ordenar el producto online y recibirlo en su casa en 24hs”, resumió Rodríguez.
Elementos para construir una industria argentina 4.0
Para Diego Coatz, Economista Jefe de la Unión Industrial, “la industria 4.0 es una oportunidad para mejorar nuestra inserción en el mundo”. Al mismo tiempo, estos cambios “obligan a repensar las políticas productivas del país. Las políticas industriales vuelven a ser indispensables, incluyendo créditos blandos, incentivos fiscales y otras herramientas tradicionales. En este sentido -continuó el economista- es importante que la consolidación fiscal en curso en el país se realice en forma estratégica, contemplando los requerimientos de esta nueva realidad”.
En coincidencia, Fernando Peirano, Vicepresidente del Departamento de Ciencia, Tecnología e Innovación de la UIA, aseguró que hoy “es momento de definición: ¿queremos que Argentina sea un jugador global en la industria?” Para ello -precisó Peirano- debemos “construir una mirada propia que tenga en cuenta nuestras fortalezas y debilidades”. Parte de esta mirada propia implica concebirnos como “usuarios pero también como productores, lo que significa, por ejemplo, una industria del software que mire no solo al exterior, sino también al costado, a la industria doméstica”, agregó el experto. A su vez, esta mirada “requiere reconocer lo valioso de la Argentina”. Argentina tiene recursos naturales, una buena base tecnológica, con una de las mayores inversiones en I+D de la región, y un importante sector industrial, con un PIB industrial per capita relativamente alto. “Lo que se necesita es una mayor articulación de estos tres aspectos”, afirmó Peirano. “No sabemos cómo va a ser el futuro de la industria. Lo que sí sabemos es que el futuro va a tener cada vez más industria y desde la UIA apostamos a que Argentina tenga su espacio”, finalizó.
Luego, Ana Basco, Especialista en Integración del INTAL, destacó que la alianza entre la UIA y el INTAL incluye otras iniciativas como la realización de una encuesta sobre el uso de tecnologías 4.0 en las empresas argentinas. “La encuesta permitirá tener un nuevo estado de situación de la industria 4.0 en Argentina, con resultados comparables con Brasil y potencialmente con el resto de la región”, afirmó. Por otro lado, Basco compartió algunos de los resultados de la encuesta realizada por INTAL en alianza con Latinobarómetro, a más de 20 mil ciudadanos en 18 países de la región. “Un poco más de 70% de los argentinos -en línea con el promedio regional y encuestas similares en Europa y EE. UU.- cree que la automatización y la tecnología son una amenaza para el empleo”. Sin embargo, subrayó la especialista, los argentinos también muestran un mayor grado de utilización de nuevas tecnologías, incluyendo acceso a internet, y disponibilidad a usarlas, como refleja, por ejemplo, la penetración del e-commerce.
Figura 3: Compras por internet y penetración del comercio electrónico según país
“Esto, junto con indicadores objetivos, como el PIB per capita, la inversión en I+D, la cantidad de investigadores por habitante, entre otros, refleja que la Argentina está más preparada, en comparación con el promedio de la región, para beneficiarse de esta revolución”, aseveró Basco.
Finalmente, tomaron la palabra Bernardo Kosacoff, distinguido académico industrial quien participó de la publicación, y Paula Szenkman, flamante Secretaria de la Transformación Productiva de la Nación.
Kosacoff destacó dos ideas que surgen del libro. La primera, que “la industria es parte de la solución para el desarrollo argentino, y no parte del problema”, y la segunda, que “aunque hay que trabajar mucho, todo se construye sobre los activos ya generados”. Es necesario “terminar con los viejos dilemas entre industria y campo” y “revalorizar la importancia de nuestro mercado interno, como plataforma para desarrollar las capacidades necesarias para luego poder exportar”. Para ello, destacó el economista, “debe haber un mayor involucramiento del sector público”.
Szenkman recogió el guante, asegurando que el gobierno conoce los desafíos y desde la Secretaría se está trabajando en varias áreas, incluyendo en nuevas herramientas de medición de la economía digital, análisis de impacto de la automatización sobre las cadenas de valor y nuevas iniciativas para el fortalecimiento de las capacidades en las PYMES, elevando el rol del INTI. Sin embargo, agregó la funcionaria, “el contexto requiere priorizar y apostar a las áreas y sectores donde se puede realizar un mayor impacto”. En este sentido, “también se trabaja en la oferta de tecnología” con sectores como el software y otros sectores de tecnología.
Sin tiempo para más, Acevedo dio por finalizado el debate, llamando a difundir el estudio “Industria 4.0. Fabricando el Futuro”, que reúne también artículos de otros especialistas como Graciela Ciccia, Martín Rapetti, Joao Carlos Ferraz y Sergio Drucaroff. Además, se analiza en profundidad las políticas públicas de fomento a la industria 4.0 que están adoptando Alemania y México, con el objetivo de contribuir al desarrollo de una agenda argentina de industria 4.0.