Por: Jesica De Angelis

El Monitor de Comercio e Integración 2019 refleja una caída interanual de 1,3% en las exportaciones de la región, y no se anticipa una reversión de la tendencia negativa en el corto plazo. Frente a este escenario, se propone apuntalar las estrategias de diversificación.

Noviembre 2019

 

El pasado 14 de noviembre se presentó vía livestreaming el Monitor de Comercio e Integración 2019. El informe anual del INTAL-BID analiza la coyuntura del comercio de América Latina y Caribe para el primer semestre del año, identificando los factores determinantes de la evolución reciente y los riesgos presentes en la misma.

Las exportaciones de América Latina y Caribe registraron en el primer semestre de 2019 una caída interanual de 1,3%. El índice adelantado de las exportaciones de ALC, incluido en el informe por primera vez, no anticipa una reversión de la tendencia en el corto plazo. De esa manera el año cerraría en terreno negativo, por lo tanto, se espera que las exportaciones de la región cierren el año mostrando una contracción, por primera vez desde 2016.

Los precios de exportación, que habían impulsado la expansión de las ventas externas durante el bienio previo, fueron en gran parte responsables de la contracción de 2019. En el primer semestre de 2019 cayeron 2,4% luego de crecer 4,6% durante 2018. El cambio de tendencia estuvo determinado, en mayor medida, por la cotización del petróleo, en un contexto de débil desempeño generalizado de los mercados de los productos básicos.

Los volúmenes exportados se desaceleraron. En 2019 crecieron 1,2%, luego de hacerlo a un ritmo de 4,0% durante 2018.  De todas formas, la desaceleración fue menor que en el resto del mundo, aunque el resultado se debió principalmente al desempeño de México.

El ritmo de crecimiento de las exportaciones de servicios de la región se redujo de 2,4% en 2018 a 0,4% interanual en el acumulado enero-junio de 2019. Si bien en 2018 habían sido menos dinámicas que las mundiales, resistieron mejor en el primer trimestre de 2019.

Este desempeño para la región se da en un escenario del comercio mundial mucho más complejo.  En 2019 el comercio mundial entra en fase de contracción, luego de crecer a una tasa de 9,6% en 2018, se contrae 2,6% en 2019. Los menores ritmos de actividad en economías desarrolladas y emergentes y el escalamiento de las disputas comerciales llevaron al estancamiento del volumen intercambiado. A ello se suma el retorno de presiones deflacionarias sobre algunas materias primas.

Los indicadores de tendencia más recientes apuntan a la permanencia de vientos adversos caracterizados por la desaceleración global sincronizada y el fin de la bonanza de los términos de intercambio. Hacia el futuro, la coyuntura incorpora riesgos vinculados a la desaceleración de la demanda externa, la volatilidad de los mercados de los productos básicos y los efectos de las tensiones comerciales globales.

Frente a este escenario, el Informe propone apuntalar las estrategias de diversificación exportadora: relanzar el comercio intrarregional y mejorar el desempeño en el comercio de servicios basados en conocimiento.

Un mercado regional integrado es un activo estratégico para la diversificación del comercio por lo que es importante relanzarlo. Este importante motor de crecimiento comercial durante 2018 se desactiva en 2019. La retracción del comercio intrarregional tuvo una marcada incidencia en el desempeño comercial de los países de la región. Luego de crecer 6,9% en 2018, cae 8,4% en el primer semestre de 2019. En prácticamente todos los esquemas de integración se registró una reducción de los flujos comerciales internos a los bloques.

En relación con el comercio de servicios, se observa que hay espacios para crecer. La participación de la región en el comercio de servicios (3%) es inferior a la que tiene en mercancías (5%) y menor a la esperada en relación con el tamaño relativo de su economía (6% del PIB mundial).

A pesar de algunos progresos notables en las ventas internacionales de servicios, la región aún presenta un perfil poco diversificado y se observan algunas fallas de competitividad. Si bien los servicios basados en conocimiento están creciendo rápidamente en algunos casos, los servicios tradicionales dominan la pauta de exportación. A su vez, solo el 5% del valor de las ventas externas de la región pudo ganar cuota de mercado en segmentos dinámicos. En contraste, más de la mitad del valor exportado se posiciona en segmentos donde la partici­pación de la región en el mercado mundial aumentó, pero son mercados poco dinámicos.

Se suman notorias carencias en la medición del comercio en este sector. Se realza, por lo tanto, la necesidad de reforzar la capacidad de posicionarse en los segmentos más dinámicos de la demanda mundial pero también de mejorar la base empírica de las políticas públicas.