En una entrevista con INTAL-BID, Richard Baldwin argumenta que las nuevas tecnologías permitirán a los latinoamericanos trabajar en una oficina en EE. UU. sin moverse de su casa.

El 23 de agosto se realizó en Buenos Aires, el XIV Seminario del Boletín Techint sobre “Disrupción en la economía global”. En esta edición del ciclo de conferencias disertaron Richard Baldwin, Profesor de Economía Internacional en el Graduate Institute of Geneva, y Arvnid Panagariya, profesor de Economía en la Universidad de Columbia y ex Sherpa de India en el G20.

La nueva globalización

En este marco, Richard Baldwin, autor de “The Great Convergence: Information Technology and the New Globalization” conversó con INTAL-BID sobre el rumbo de la globalización.

Baldwin se refierió en particular a la sucesión de distintos procesos de desagregación (o unbundlings) que han marcado la historia económica moderna.

El primer unbundling fue el de los bienes, “cuando el consumo y la producción se separaron”. Las tecnologías de la primera Revolución Industrial permitieron reducir enormemente el costo de mover bienes a través de grandes distancias, facilitando la separación entre el lugar de producción y el lugar de destino. En pocas palabras: el comercio exterior. Sin embargo, debido a la dificultad de mover ideas y conocimiento a través de las fronteras, la innovación y la modernización se limitó en gran medida a los países desarrollados de Occidente.

El segundo unbundling fue el del conocimiento, “cuando los procesos productivos se separaron”. Las tecnologías de TIC a partir de los años 1990 redujeron el costo de mover ideas a través del mundo, lo que “permitió que ahora los procesos productivos no tengan que estar juntos en un mismo lugar sino distribuidos en el mundo”. El conocimiento previamente limitado al G7 pudo trasladarse al resto de los países, permitiendo a las empresas deslocalizar procesos de producción. El resultado fue la desindustrialización de Occidente y la convergencia de un número de economías en desarrollo, especialmente en Asia, que se beneficiaron de la transferencia de conocimiento y tecnología. Fue también el periodo de surgimiento de “las cadenas globales de valor (que) permiten llevar el conocimiento a países de salarios bajos. Estas altas tecnologías con bajos salarios fueron las que revolucionaron la manufactura global”.

Hoy, asegura Baldwin, estamos entrando en el tercer unbundling, “cuando el trabajo se separa de la prestación de servicios”. Los avances en términos de tecnología digital, robotización, realidad virtual, interpretación y traducción de lenguaje natural, entre otros, permitirá a una persona “en Argentina trabajar en una oficina en Dallas o en Londres. Me gusta llamar a eso telemigración porque en esencia está migrando al país, pero no en forma física sino a través de las telecomunicaciones. Es el tercer unbundling y creo que el futuro de la globalización se mueve en esa dirección”.

En este sentido, advierte Baldwin, “mucha gente ve la globalización del futuro como una extensión de lo que pasó hasta ahora y eso es un gran error: la globalización que viene en el futuro es distinta”.

“¿Qué puede hacer Argentina ante este nuevo panorama?”, se pregunta Baldwin. “Ustedes deben aprovechar que bajan los costos de mover los bienes, de conseguir los conocimientos y de hablar con otras personas”, opinó y aclaró que la nueva globalización va a afectar a los trabajos de oficina, no solo a los de las industrias. “Hasta ahora los trabajadores de una oficina no competían internacionalmente, ahora empezarán a hacerlo”, advirtió. La clave para un país como Argentina pasará por la capacidad de exportar trabajo de calidad a menor costo en forma directa y remota.

Así, con la telemigración, una de las principales limitantes de la participación del Cono Sur en las cadenas globales de valor – la gran distancia que lo separa de los mayores centros urbanos del mundo – deviene menos importante. “El trabajo remoto puede generar que los trabajadores de Argentina puedan suplantar a un trabajador de Nueva York, obteniendo salarios mucho mayores que los que tendrían en un empleo doméstico”, anticipó. Sitios online como Upwork, Freelancer, Fiverr y Witmart son ejemplos de plataformas que hoy mismo permiten la contratación de servicios laborales en forma internacional.

En este contexto, aunque “Factory Asia” va a seguir liderando, aseguró Baldwin, la telemigración abre la posibilidad de desarrollar una “Office America”, que podría permitir a “Sudamérica proveer servicios laborales a Canadá y EE. UU.”, aprovechando los usos horarios similares. Esta transformación requerirá por supuesto “una amplia revisión de las regulaciones laborales, marcos de seguridad social y sistemas impositivos existentes”, advirtió.

Transformando las economías en desarrollo

Por su parte, Arvind Panagariya relató ante las cámaras del INTAL-BID su experiencia al frente de NITI Aayog (Instituto Nacional para Transformar India), la institución a cargo de desarrollar estrategias y políticas innovadoras que sustentan la profunda transformación que lidera el Primer Ministro Modi en India desde 2014.

“NITI Aayog funciona en la práctica como el think tank del Primer Ministro y también del gobierno”. Como tal tiene responsabilidad en la planificación, diseño e implementación de reformas en todas las áreas de política pública. Además, se convirtió en una institución clave de coordinación de políticas tanto entre los distintos ministerios nacionales, como entre las 29 regiones que componen el Estado Federal de India. En este sentido, Panagariya rescata la amplia experiencia del país en la planificación de la economía y el desarrollo de estrategias consensuadas para modernizar y globalizar la economía y la sociedad del país.

Algunas de las áreas en las que trabajó NITI Aayong durante su cargo fueron: ordenamiento y privatización de empresas del sector público; educación, especialmente del sistema de educación superior que no había sido reformado desde los años 1950’; transparencia en la educación médica; y reforma de las leyes de arrendamiento de tierras, que en India son responsabilidad de las regiones; entre otros.

Finalmente, José Guilherme Reis, especialista en Comercio Internacional del BID, analizó el potencial impacto del nuevo contexto internacional y las tensiones comerciales actuales en la región. A su turno, Jorge Katz, Profesor de la Universidad de Chile, y Juan Carlos Hallak, presidente de la Comisión Nacional de Comercio Exterior, examinaron los desafíos y oportunidades de Argentina frente al nuevo contexto global. En particular, Hallak aseguró que Argentina tiene “potencial para aumentar las exportaciones de productos diferenciados y generar más y mejores empleos de forma sostenible”, pero que aún tiene mucho camino por recorrer en términos del desarrollo de una institucionalidad que acompañe a las empresas argentinas en el exterior.