Con una inversión de US$ 48 millones, la obra permitirá reducir tiempos de viaje, fomentando el comercio entre ambos países

FUENTE: COSIPLAN

Este proyecto tiene como objetivo principal consolidar las redes de infraestructura de alcance regional e internacional presentes en la región, mejorando la conectividad entre las ciudades y centros de producción de los estados de Acre, Rondônia y Mato Grosso en Brasil, con importantes ciudades del sureste peruano de los departamentos de Madre de Dios, Cusco, Apurímac, Ayacucho e Ica; y los terminales portuarios ubicados en la costa del Pacífico.

Esta conexión es la principal vinculación carretera terrestre entre Brasil y Perú. Atraviesa, a lo largo de su trazado, extensas áreas naturales que albergan gran diversidad sociocultural, económico-productiva y ambiental. El desarrollo de esta inmensa región, y en especial los distantes territorios de la vertiente oriental de los Andes en la cuenca amazónica, han estado históricamente fuera del foco de las grandes metrópolis, quedando relegados en cuanto a provisión de infraestructura y servicios se refiere.

Una obra que facilita el tránsito regional

Durante las últimas décadas, la apertura de las grandes economías de Asia, sumadas al auge del comercio marítimo mundial y la demanda creciente de materias primas, ha puesto a estos territorios -antes considerados marginales-, en una posición geopolítica estratégica, al ser potenciales proveedores de los principales insumos que demanda el mercado global como son los minerales, graneles y productos agrícolas, combustibles y alimentos.

En este sentido, la conclusión de las obras del “Puente sobre el Río Madeira (BR 364/RO) en Abunã”, consolidará los flujos crecientes de bienes y personas que se registran a lo largo de la Carretera Interoceánica Central y su continuación en territorio brasileño, facilitando el tránsito de pasajeros y cargas a lo largo de un corredor de 2.250 km de carreteras pavimentadas entre las ciudades de Porto Velho, en Brasil, y San Juan de Marcona, en Perú. La conectividad se complementa con una variante hacia el tándem portuario Ilo-Matarani, ubicado en la costa marítima de los departamentos de Arequipa y Moquegua.

Las obras de este proyecto incluyen los trabajos de construcción del puente carretero y sus accesos, y tienen un monto estimado de inversión de US$ 48 millones. El puente tiene una longitud de 1.084 m y un ancho de 14,45 m, con un ancho de canal navegable de 170 m y una altura para el paso de embarcaciones de 19,5 m. El tramo vial de acceso al puente es de 3,84 km.

La inversión es financiada con fondos públicos del Tesoro Nacional de Brasil, siendo responsable de su ejecución el Departamento Nacional de Infraestructura de Transporte (DNIT) del Ministerio de Transportes, Puertos y Aviación Civil de Brasil.

El proyecto data del año 2010, fecha en que fue incorporado en la segunda etapa del Programa de Aceleración del Crecimiento (PAC 2) de Brasil. En 2013 se licitaron y adjudicaron las obras bajo el Régimen Diferenciado de Contrataciones Públicas, iniciándose la construcción al año siguiente. En la actualidad, luego de retrasos ocasionados por la crecida del Río Madeira que paralizaron los trabajos, se lleva un avance del 53% de la obra contratada, correspondiendo el 75% de la infraestructura, 35% de la meso estructura y 15% de superestructura, estimándose su conclusión para el segundo semestre de 2018.

Un extenso recorrido que vincula regiones distantes

El corredor vial comienza en Porto Velho, capital del estado de Rondônia, por la carretera pavimentada BR-364 hasta la ciudad de Río Branco, capital del estado de Acre. A la mitad de este tramo de 512 km se produce el cruce del Río Madeira en la localidad de Abunã, el cual en la actualidad se realiza mediante balsas. Desde la ciudad de Río Branco se prosigue por la carretera pavimentada BR-317 hasta el Paso de Frontera Iñapari – Assis Brasil, distante 343 km, donde se cruza el Río Acre y se ingresa a territorio peruano en la localidad de Iñapari.

Ya en territorio peruano pasa a formar parte de la denominada Carretera Interoceánica Sur, incorporando un tramo de 393 km de la carretera PE-30C que vincula Iñapari – Puerto Maldonado – Mazuco. A partir de la localidad de Mazuco se presentan dos variantes: por un lado, se accede a la carretera PE-3S pasando por las ciudades de Cusco – Abancay- Nazca hasta San Juan de Marcona, ubicada en el departamento costero de Ica (1.034 km). Por el otro, se continúa por la ruta PE-34B pasando por las ciudades de Juliaca – Puno – Arequipa hasta arribar al puerto de Matarani, ubicado en la costa pacífica del departamento de Arequipa (756 km).

El paso de Frontera Iñapari – Assis Brasil, es el principal punto de intercambio terrestre entre Perú y Brasil, registrando durante el 2016 un movimiento de cargas por valores cercanos a los 18 millones de dólares. Entre los principales productos movilizados desde Perú figuran: ajos, cebollas, uvas, echalotes, semillas para siembra, muebles de plástico, cemento portland y manufacturas textiles por un valor FOB de US$ 1,8 millones, provenientes de los centros de producción de Arequipa, Ica y Tacna con destino a las ciudades de Río Branco y Porto Velho.

En tanto las importaciones desde territorio brasileño alcanzaron los US$ 16 millones FOB siendo sus productos principales nueces del Brasil, máquinas niveladoras, electrodos para soldadura, aceites vegetales, maíz, oleaginosas, calzados y maquinarias livianas. En cuanto al tránsito de personas, en 2016 se registró un movimiento de alrededor de 65.000 trámites migratorios, de los cuales el 60% correspondió a ciudadanos peruanos y el 40% restante a extranjeros.

Los puertos como nodos logísticos de la región

Con relación al movimiento de cargas marítimas, el perfil de los puertos peruanos es principalmente granelero, destinados a embarcar minerales, hidrocarburos, materias primas y producciones derivadas de la industria pesquera de las costas peruanas con destino a puertos de Asia y Norteamérica. Los principales productos exportados son hierro en bruto e industrializado, cobre, soja y derivados, combustibles, pescado y harinas de pescado, gas, productos agrícolas y forestales. En cuanto a las importaciones, se componen principalmente de combustibles, fertilizantes, vehículos, maquinarias y carga en contenedores. Durante el 2016, el tándem Ilo-Matarani movilizó más de 11 millones de toneladas métricas (TM) totales de carga, con un movimiento de 33.279 contenedores que alcanzó las 508.315 TM.

Estos puertos vienen registrando movimientos crecientes de carga sólida a granel, fraccionada y contenerizada y se han consolidado en los últimos años como una de las mejores alternativas para cargas que buscan salida a los mercados del Pacífico, incluyendo carga boliviana procedente de los departamentos La Paz y Cochabamba, o brasileña, proveniente de los estados de Acre y Rondônia.

El puerto de Porto Velho está ubicado sobre el Río Madeira, principal afluente del Amazonas, y orienta sus actividades principalmente a la movilización de graneles agrícolas, combustibles, productos petroquímicos, e insumos para la agricultura sirviendo los estados de Acre, Rondônia, Amazonas y Mato Grosso.

Esta ciudad-puerto se ha convertido en el centro articulador de cargas más importante de la región, dados los distintos modos de transporte que en ella convergen: carretero, fluvial y aeroportuario; y a la posibilidad de realizar navegación de largo curso en buques transoceánicos por la Hidrovía del Río Madeira. Existen al menos tres líneas de carga principales que conectan Porto Velho con Manaos, Itacoatiara y Belem. De perfil netamente exportador, los tráficos de subida consisten principalmente en insumos agrícolas, fertilizantes, combustibles, vehículos semirremolques, camiones y contenedores, y materiales de construcción. Con relación a los tráficos de bajada, se componen mayormente de embarques de soja, maíz, azúcar, minerales y vehículos semirremolques con carga general.

Acceso al mercado internacional

En cuanto al transporte terrestre, se registran importantes flujos de bienes y servicios a través de la Carretera Interoceánica Central. La puesta en servicio de esta ruta a partir del año 2011 logró romper el aislamiento geográfico en el que se encontraba el departamento Madre de Dios, integrándolo con zonas de mayor desarrollo económico como el Eje Cusco – Juliaca – Puno, lo que ha redundado en una dinamización sin precedentes de la actividad comercial, productiva y turística de la región.

La presencia de esta infraestructura ha provocado interesantes sinergias transfronterizas en relación con pequeños y medianos emprendimientos que ven en la nueva conectividad la oportunidad de expandir sus fronteras comerciales a mercados antes inaccesibles. Asimismo, se ha activado el tráfico internacional entre localidades de Perú y Brasil, verificándose el intercambio de algunos productos como cereales, ajos, cebollas, cemento, hierro, materiales de construcción entre los principales. Con relación al transporte de pasajeros, se encuentran operando dos empresas que brindan el servicio desde Cusco a Río Branco y Sao Paulo.

Entre las principales potencialidades que presenta el corredor para Perú está la de aumentar sus exportaciones de combustibles, fertilizantes, cemento, hierro y alimentos producidos en la región andina hacia un potencial mercado brasileño de más de 8 millones de habitantes. Allí existe una demanda creciente motorizada por la expansión del desarrollo agrícola de la región y el establecimiento de Porto Velho como el centro articulador de cargas regionales al que convergen redes de transporte carretero, fluvial y aeroportuario.

En cuanto a Brasil, este desarrollo le permitirá proporcionar nuevas alternativas a su plataforma logística ya que contará con una red de carreteras adecuada para el transporte internacional de cargas que vincula importantes zonas de producción agrícola con los puertos graneleros especializados, ubicados en el pacífico peruano, constituyéndose en una opción atractiva para la salida de producciones de los estados de Acre, Rondônia y Mato Grosso hacia los mercados de Asia sin pasar por el canal de Panamá.

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